Por cercanía y porque quise. Apenas empecé a ganar un poco de dinero dando clases particulares mientras estudiaba tenía claro dónde iban a ir destinados mis ahorrillos: quería recorrer Europa. Pisar, oler, tocar, poner cara a esas urbes que había leído en tantos libros y visto tantas veces en fotografías. Reconozco sin ápice de vergüenza que no me apetecía conocer otras culturas ni cruzar el mar. Tenía sed de ruinas clásicas, ciudades medievales, pintores impresionistas… De eso hace 20 años. Cambié, por suerte. Ahora, mientras planeo viajar lejos y explorar lugares insólitos en otros continentes, los países vecinos siguen siendo mi refugio ideal. Siempre hay ganas de una escapada a Europa. Pero, ¿cuáles son las mejores ciudades de Europa para viajar? Eso dependerá de lo que busques… Confeccionar una lista con las que son, para mí, las 10 ciudades más bonitas de Europa no ha sido tarea fácil. Vaya por delante que es un inventario subjetivo en base a emociones y lo que esa ciudad me hizo sentir. Y es que la mayoría de las veces nos conquista más lo que no se ve…
Contenido del artículo
Las 10 ciudades más bonitas de Europa (lista personal).
«Viajar es como flirtear con la vida. Es como decir: me quedaría y te querría. Pero me tengo que ir, esta es mi estación». Lisa St. Aubin de Teran.
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1 – Edimburgo, el hechizo de Escocia.
Sentí el flechazo nada más apearme del autobús en Princess Street. Atardecía y el Scott Monument se alzaba frente a mí con su puntiagudo vértice gótico. Creo que tardé horas en caminar toda la Royal Mile desde el castillo de los reyes de Escocia hasta el palacio de Holyroodhouse, entre oscuros callejones y cabinas rojas. No me cansaba de tomar fotografías. De fondo, la música de gaitas me hacía soñar con una ruta por las Highlands, sus lagos, vacas peludas y acantilados con cascadas cayendo al mar.
Edimburgo, «la Atenas del Norte», es una ciudad medieval y encantada que te empapa el alma y se queda contigo. Si en verano conocí la locura que inunda sus calles de perfomances y conciertos al aire libre en el festival internacional, al regresar en invierno la encontré aún más bella, solitaria. Tuve casi para mí ese atardecer mágico desde Calton Hill o el enigmático Greyfriars, al que los expertos en esoterismo señalan como «el lugar más embrujado del mundo». Sé que a Edimburgo volveré una y otra vez.
2- Siempre nos quedará París.
París habitaba mis sueños. Desde que era una niña, las gárgolas de Nôtre Dame, la Torre Eiffel y el Sena pululaba por mi imaginación como un destino de cuento que quería hacer tangible. Viajar a la ciudad de la Luz fue un autorregalo por mi 24 cumpleaños. Para mí, París nunca fue la ciudad del amor. París es la de las catacumbas y las intrigas de Víctor Hugo, la de los universitarios e intelectuales de la Sorbona, la de los poetas malditos y los músicos románticos. La de los cafés de las tertulias de Picasso o Cezanne. París es el corazón de la revolución, la bandera bordada de Liberté, égalité, fraternité. París también es la ciudad del cine, con escenarios como el Montmartre de la heroína Amèlie con la banda sonora del piano de Yann Tiersen… Y los dramas de Truffaut. Amo París y si tienes alma de artista, tú también lo amarás.
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3 – Praga, el corazón de Europa.
El top 3 es para mi amada Praga. A la capital de la República Checa le tengo un cariño especial y es que fue la primera ciudad de Europa que visité, en mi viaje de estudios. Aún no formaba parte de la Unión Europea y tuve que sellar el pasaporte. A cambio, me conquistó su trazado medieval de torres, iglesias y palacios en torno a ese gran río Moldava cruzado por el puente de Karluv. Todavía recuerdo a Praga dormida entre la niebla desde el castillo… Donde deposité un deseo en la tumba del rabino Loew en el viejo cementerio judío.
En los últimos años, gracias a mi trabajo como periodista y bloguera de viajes, he podido volver a República Checa en Navidad y recorrer de nuevo el centro de Praga iluminada con la magia de los mercadillos navideños. Un sueño hecho realidad.
4 – Roma, la Ciudad Eterna.
Muchas de Italia se merecerían estar en este ranking de las 10 ciudades más bonitas de Europa. Florencia, Siena, Venecia, la ciudad de los canales e incluso Palermo, capital de la cultura italiana 2018 me pareció que era dueña de una gran personalidad… Pero puesta a elegir, sin duda Roma tiene ese aura de monumentalidad que me abrumó hasta dejarme sin aliento. La Fontana de Trevi, San Pedro, el impresionante legado romano del Foro, el Coliseo, el Panteón o el Circo Máximo, donde parece que aún se siente el rugir de los leones y el eco de los cuadrigas… Son esos lugares que, por muy altas que tengas las expectativas, las superan. Yo quiero volver a Roma. Arrojé mi moneda a la Fontana por si acaso…
5 – Suspendida entre dos continentes, Estambul.
La más exótica del listado es la capital turca. Romana, cristiana, otomana… Estambul, antigua Constantinopla y Bizancio me resulta una de las ciudades más fascinantes del mundo. Más allá del valor de sus monumentos como Santa Sofía o la Mezquita Azul, lo que me atrapó de Estambul fue callejear por el Gran Bazar y el mercado de las Especias, el auténtico barrio Asiático o navegar por el Bósforo al atardecer, con el sonido de la llamada de la oración. Lo de Estambul es pura magia.
6 – Budapest, el París del Este.
Y hablando de magia, Budapest es otra ciudad de leyenda que, sin duda, la posee. Tuve la suerte de descubrirla hace ya más de una década, cuando aún el turismo de masas no la había invadido. Su porte de capital imperial decadente me sedujo al instante. El contraste entre el circular de tranvías y autobuses soviéticos, la vida del gran mercado central junto a desconchados palacios y mansiones me resultó uno de los escenarios más pintorescos que había visto hasta entonces. Pero lo mejor lo viví con el castillo de Buda a mis espaldas. De frente, las vistas desde el Bastión de los Pescadores con el puente de las Cadenas cruzando el majestuoso Danubio. Abajo, la silueta de la gran cúpula del Parlamento de fachada neoclásica. Recuerdo que pensé que me había despertado en un sueño.
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7 – Lisboa, la ciudad de las Siete Colinas.
«Quem não viu Lisboa, não viu ciosa boa», reza un dicho popular.
Pasaron diez años entre mi primera y segunda visita. Lisboa se puso guapa, sin perder su autenticidad. Eso sí, encontré muchos más turistas, excesivos en el barrio de Belem. Aún así, cómo disfruté al perderme de nuevo por las callejas de la Alfama, de cuestas y fachadas genuinas. De despedir al sol en sus muchos miradores al Tajo. Del runrún del viejo tranvía, de las notas de un fado en el barrio de Graçia. Del sabor de ese bacalao delicioso que en Portugal saben preparar de 365 formas, una para cada día del año. ¡Razones sobran para volver a Lisboa!
8 – Brujas, un viaje a la Edad Media.
Los mercaderes de Flandes prosperaron en una rica ciudad en torno a lagos y canales. Edificaron plazas, iglesias, casas gremiales, y un beginaje, todo a vista de pájaro desde la cumbre del Belfort, su campanario. Pero, siglos después, la ciudad no supo adaptarse a una revolución industrial que buscó otros puertos más prósperos al norte como el de Amberes. Brujas entró en decadencia y fue abandonada al olvido. Una villa fantasma, redescubierta y ahora admirada como una de las ciudades mejores conservadas de la Edad Media en Europa. Amante del gótico como soy y de esas ciudades de alma antigua, obviamente, me enamoré de una Brujas iluminada con los mercadillos de Navidad.
9 – Gdansk, la ciudad del ámbar.
La mayoría de personas que viajan a Polonia afirman que su antigua capital, la monumental Cracovia, es la ciudad más bonita del país. Y razones no le faltan: la silueta de la catedral y el castillo de Wawel dominando la colina. Su centro histórico donde la plaza del mercado es la plaza medieval más grande de Europa. Las casitas burguesas… Toda ella es una delicia. Pero, aunque me gustó mucho, a mí me enamoró Gdansk, a orillas del mar Báltico bajo la luz casi eterna del verano. Con una arquitectura similar a Flandes, prosperó gracias al comercio del ámbar desde su cosmopolita puerto. Danzing en alemán, por ella comenzó una guerra -la Segunda Guerra Mundial-. Y, años más tarde, una revolución obrera que llevaría a la caída del régimen soviético. Merece mucho la pena.
10 – Copenhague, la ciudad de la sirenita.
Copenhague es otra de esas ciudades que disputa el título de la «Venecia del Norte». La mítica capital de Dinamarca, forjada con leyendas de vikingos y relatos de Hans Christian Andersen, me sorprendió gratamente. Las fachadas de colores del canal de Nyvah, donde trajinan los marineros. La solitaria sirenita, traicionada por su príncipe. La idiosincrasia de Christiania, la Ciudad Libre. Saborear un bollo de canela entre gaviotas y bicicletas. Copenhague es de esos sitios que, a pesar del frío, se disfruta en la calle. Y eso es algo que siempre suma puntos para una sureña como yo.
Como dije al principio, me ha costado elaborar este ranking. He tenido que dejar fuera ciudades que también me gustan mucho como Utrecht, entre flores y bicicletas; la pequeñita capital de Malta, La Valetta, mi más reciente descubrimiento; la musa de Goethe Heidelberg, para mí la ciudad más bonita de Alemania, por donde discurre su Ruta Romántica; o Viena, la elegante capital imperial. Tentada estuve de incluir mi Granada, pero mejor la dejo para cuando haga una lista de las 10 ciudades más bellas del mundo 😉
hola!!! me encanta tu blog… para mi las ciudades mas bonitas de europa se encuentran en el este… esas grandes desconocidas… albania o bulgaria
Muchas gracias 🙂 ojalá seguir viajando y descubriendo para poder seguir ampliando la lista ¡le tengo muchas ganas a Albania y Bulgaria, dos países que aún no he pisado! Ojalá pronto… Un abrazo
Mi clasificación de las 61 ciudades más bonitas de Europa para mí, tras haber visto casi toda Europa y por este orden :
Moscú
Venecia
Roma
Praga
Dubrovnik
Estambul
San Petersburgo
Florencia
Córdoba
Gdansk
Gante
Dresde
Paris
Granada
Londres
Kotor
Amalfi
Split
Palermo
Budapest
Tallin
Santorini
Ryga
Cracovia
Viena
Edimburgo
Brujas
Copenhague
Tubingen
Sibiu
Bremen
Mikonos
San Sebastián
Berlín
Positano
Oporto
Ljubliana
Hamburgo
Toledo
Amsterdam
Copenhague
Lisboa
Bolonia
Carcassonne
Salzburgo
Ohrid
Barcelona
Munich
Belgrado
Nápoles
Skopie
Sofía
Rovijn
Rotemburgo
Heilderberg
Estrasburgo
Atenas
Madrid
Sarajevo
Sevilla
Dublin
Hola Joaqun, gracias por tu comentario, aunque algunas no son estrictamente ciudades como Santorini (una isla) je je a mí me faltan algunas de esa lista por conocer, ¡ahora mismo estoy en Sibiu! Un saludo y feliz 2024