Hoy emprendemos un siniestro viaje. Dejaremos atrás la ciudad con sus ruidos mundanos rumbo a las misteriosas montañas de los Cárpatos. Las reconocerás por su silueta de riscos afilados como cuchillos y bosques tupidos donde la luz no penetra. Por esa niebla que cubre sus valles al caer la noche incluso en los días más calurosos del estío. Hoy cruzaremos océanos del tiempo en busca del mito de aquel que no debe nombrarse: el hijo del Dragón. Entre la fantasía y la realidad, la literatura y la memoria, al embarcarnos en esta ruta de Drácula por Transilvania experimentaremos la emoción de la viajera que mira el sutil rostro de la Historia. Y al hacerlo, se estremece. Porque tal vez quien busca, encuentra.
Así pues… Enciende una luz. Ponte un crucifijo. Porta en tu bolsillo una cabeza de ajos. Porque, como decía Abraham Van Helsing, “Quiero que creas, que creas en cosas”. Vamos tras las huellas del Empalador, el temible Vlad Tepes, recordado por el imaginario colectivo como el sanguinario Conde Drácula.
«¿A qué clase de lugar había ido a parar y entre qué clase de gente. ¿En qué especie de sombría aventura me había embarcado? Empecé a frotarme los ojos y me pellizqué para comprobar que estaba despierto. Todo se me antojaba una horrible pesadilla y esperaba que despertaría de repente y me encontraría en casa… Pero mi carne respondió a la prueba del pellizco y mis ojos no podían engañarse. Estaba despierto en los Cárpatos. Lo único que podía hacer ahora era tener paciencia y esperar la llegada del amanecer». Bram Stoker, Drácula (1897).
Contenido del artículo
Ruta de Drácula por el corazón de Transilvania.
Todo circuito de Drácula que se precie, como preludio, debería comenzar por Bucarest, la capital de Rumanía. No sólo por ser la puerta de entrada a tan fascinante país. Si no porque fue el príncipe de Valaquia, Vlad Tepes, quien fortificó la vieja Ciudadela en 1459 convirtiéndola en su residencia. También donde moriría -o eso dicen- luchando contra el ejército turco en 1476. De la Bucarest que existió en los tiempos de Vlad Draculea poco queda en la actualidad; pero tal vez si nos asomemos al recogimiento de sus iglesias ortodoxas y viejos monasterios vislumbremos destellos de su pasado en la tenue luz que arrojan las velas sobre los mosaicos.
Desde Bucarest, son mil kilómetros de coche en un itinerario de ida y vuelta por los enclaves más importantes de esta ruta vampírica por Transilvania diseñada sólo para valientes. El regalo: descubrir una región de belleza rural y salvaje, castillos medievales encaramados en las alturas y pueblos de cuento con torreones de piedra a los que se anexan casas pintadas en alegres colores. Puede que el conjurar el nombre de Transilvania transmita miedo… Por suerte, como todo mal conjuro, se desvanece con la luz del sol.
Nota: para hacer esta ruta de Drácula por Transilvania mi consejo es que reserves un coche de alquiler en el aeropuerto de Bucarest para poder moverte por tu cuenta. Si la idea de conducir por Rumanía no te seduce, también puedes reservar un tour para conocer el castillo de Drácula desde Bucarest.
Viaje a Transilvania. Mapa de ruta.
Fuente: Googlemaps.
- Bucarest.
- Monasterio de Snagov.
- Brasov.
- Castillo de Bran (castillo de Drácula).
- Sighisoara.
- Sibiu.
- Castillo de Hunyad.
- Castillo Poenari.
- Targoviste: la torre de Drácula.
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Monasterio de Snagov: la tumba de Drácula.
Empecemos este tour de Drácula por el final. O tal vez, según la creencia popular, por el principio. Porque la muerte es sólo el tránsito hacia lo eterno: donde comienza la maldición del vampiro. A una hora en coche de la capital Rumana se localiza el lago Snagov, en cuya isla se ubica el monasterio ortodoxo donde según las crónicas fue enterrado el príncipe de Valaquia. Sin embargo, dentro la tumba no se halló ningún cadáver humano cuando fue abierta en 1933. En su interior, sólo había huesos pertenecientes a un caballo y un anillo con las armas de Valaquia. El dónde se encuentran realmente los restos del gobernante sigue siendo un misterio.
Nota: entre Snagov y Brasov se ubica el impresionante castillo de Peles en Sinaia. Construido posteriormente a la época de Vlad Draculea, si se tiene tiempo merece la pena hacer una pequeña parada.
Brasov, la ciudad rebelde.
La ruta sigue adentrándonos cada vez más en las montañas. El paisaje se torna agreste, la temperatura desciende de manera brusca. Puede que incluso comience a llover. Llegamos a una de las ciudades más bellas de Rumanía, durante siglos rica y floreciente gracias al comercio y una buena ubicación estratégica en un cruce de caminos. Hoy Brasov es una tranquila ciudad abrazada por las montañas, con un primoroso centro histórico. Sin embargo, Brasov conoció la cara más atroz de Vlad Tepes, siendo víctima de su furia y crueldad sin límite. En 1459, mandó empalar a la mayoría de los sajones que la habitaban, por haberse rebelado contra él y haber apoyado a otro pretendiente al trono. El príncipe se cobró su venganza y, al caer la noche, prendió fuego sobre un bosque de sangre, horror y gritos.
Alojamiento en Brasov: Teleferic Grand Hotel en Poiana Brasov, en plena montaña.
Castillo de Bran: la falsa casa del conde Drácula.
“Una vez más, bienvenido a mi casa. Ven libremente, sal con seguridad; deja algo de la felicidad que traes.” Drácula.
Bienvenida a los dominios de Vlad III Drăculea, el feroz príncipe de Valaquia en quien se inspiró Bran Stoker, escritor irlandés, para crear al mítico personaje que ha inspirado tantos relatos, películas, pesadillas y leyendas. Y es que, según la tradición popular, fue en esta fortaleza medieval donde habitó el Príncipe de las Tinieblas que resucitaría tras su muerte para perseguir y aterrorizar a las doncellas. ¿Pero es este el verdadero castillo de Drácula en Rumanía? si nos aferramos a la Historia, no se tienen evidencias de que Vlad hubiera habitado estas estancias, más allá de dos días en una oscura mazmorra preso, tras ser capturado en un batalla, de camino a Budapest. Así, fue gracias a esa fábrica de sueños llamada cine, que eligió este castillo para las películas del Rey de los Vampiros, quien le dotó de la popularidad que hoy goza.
Consejo: el castillo de Bran es uno de los lugares más visitados de toda Rumanía. Para verlo con tranquilidad, te recomiendo que acudas a primera hora de la mañana. Adquiere previamente tu entrada rápida al castillo de Bran para no hacer cola en taquilla.
Sighisoara, la villa natal de Drácula.
Continuamos esta ¿morbosa? ruta de Drácula por Transilvania y llegamos a Sighisoara, la pequeña ciudad donde nació Vlad Drăculea en noviembre de 1431. La verdad, aunque no fuera famosa por semejante hito, merecería la pena hacer un alto en el camino sólo por pasear por su centro histórico: se trata de una villa medieval fortificada tan bien conservada, que es Patrimonio de la Humanidad.
Como caminar dentro de un cuento: Sighisoara es la ciudad más bonita de Transilvania y puede que, si me apuras, hasta de Rumanía. El empedrado de las callejuelas dibuja unas travesías entre casonas antiguas, torreones, plazuelas, pasadizos, arcos… Hasta la Torre del Reloj, edificada en el siglo XIV. La casa natal del príncipe, hoy es un mesón.
¿Dónde alojarse en Sighisoara? Te recomiendo la Casa Georgius Krauss Sighisoara, un alojamiento histórico y con encanto en pleno centro de la ciudad.
Sibiu, la ciudad de los sajones.
No muy lejos de Sighisoara se encuentra Sibiu, ciudad fundada por germanos en el siglo XII, capital de Transilvania entre los siglos XVII y XVIII y donde se imprimió el primer libro en rumano en 1544. Como en Brasov, también los sajones de Sibiu se opusieron a Vlad Draculea y fueron castigados con la peor suerte. Su leyenda negra, el gusto por la sangre y el empalamiento que le proporcionó su segundo nombre –Țepeș- que en rumano significa «empalador», comenzó aquí.
El Castillo de Hunyad.
También conocido como el castillo de Corvino, esta fortaleza medieval es uno de los castillos más bonitos de Transilvania, aunque en un principio perteneció al reino de Hungría. Un puente levadizo, torres defensivas, un patio de armas, una capilla, La sala de los Caballeros… Hacen de Hunyad escenario ideal para un cuento de hadas, príncipes y princesas, aunque con un vampiro preso en las mazmorras: se cree que el príncipe Vlad estuvo encarcelado durante siete años. Sin embargo, otra versión de la historia apunta a que Draculea fue tratado más como un invitado que como prisionero. Incluso Corvino le obsequió con una segunda esposa, miembro de su familia…
Las ruinas del castillo de Poenari.
Retornamos a Bucarest pero antes de terminar nuestra ruta de Drácula por Transilvania haremos dos importantes paradas. La primera, en la que sí hubiera sido la auténtica residencia de Vlad: el castillo de Poenari, hoy en ruinas. Desde una de sus torres se cuenta que se arrojó al vacío la primera esposa del príncipe, cuando los turcos sitiaron la fortaleza y lanzaron una flecha envenenada a su ventana. Sin embargo, Vlad logró huir por un pasadizo y no fue capturado. Es por ello que el río que se divisa al fondo se conoce como «El arroyo de la princesa». La ciudad de Targoviste, antigua capital de Valaquia donde los antecesores de Vlad Draculea tenían la corte, posee la Torre Chindia, construida por el Empalador como defensa. Hoy, es el símbolo de la ciudad conservando en su interior documentos y armas de la época del príncipe de Valaquia.
Vampiro o no, lo cierto es que Vlad Draculea fue temido y odiado por los turcos, contra quienes batalló, frenando su expansión hacia Europa. En Rumanía, es un héroe nacional; en la superstición y la leyenda, un ser maldito condenado a la oscuridad en tributo a sus terribles crímenes. Yo sólo digo: los campesinos de Rumanía aún siguen poniendo una corona de ajos en sus puertas…
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Agradecimientos: muchas gracias a Experience Romania por hacer posible este viaje. Todo lo que he escrito en este artículo sobre esta Ruta de Drácula por Transilvania está basada en mi propia experiencia.
Jorge González
Excelente ilustración de la historia que Bran convierte en leyenda que magnífico, vivencias que nos compartes haciendo más interesante de por sí; la fantasía de Vlad.
Que notable y contrastante el aporte de Héroe nacional.
Varias ópticas de un personaje social mítico y sanguinario.
Mil Gracias Patri
cosmopolilla
Muchas gracias por tus palabras 🙂 me alegra que te haya gustado esta ruta por Transilvania inspirada en el personaje de Drácula