Europa Republica Checa

Praga entre la niebla

Escrito por la
el
18 diciembre, 2013

En la vieja casa, libre ante mí
diviso Praga entera a la redonda;
al fondo, silencioso y quedo el paso,
pasa de largo la hora honda del crepúsculo.
La ciudad se desvanece como detrás de una luna.
Alta sólo, al modo de un gigante empenachado,
se alza ante mí la cúpula verdosa
de la Torre de San Nicolás.”
Rainer María Rilke (“Ofrenda a los lares”, 1895)

Vistas de Praga

Vistas de Praga

“Anoche volví a Praga…”

Aún algunas noches, igual que la protagonista de “Rebecca” con Manderley, sueño que regreso a Praga y de nuevo mis pies recorren sus calles encantadas,  presa de su hechizo. Aunque hayan pasado años, y las imágenes se tornen borrosas en mi recuerdo, otra vez me vuelvo a sorprender y maravillar en cada esquina de la belleza silenciosa que la impregna, paseando por el puente Karluv sin prisa, observando el  atardecer en el Castillo, desde donde parece que la ciudad dormita, desdibujada entre la niebla. 

Fuente: www.disfrutapraga.com

Puente de Carlos

Praga se encuentra en el corazón geográfico de Europa. Capital del que fuera el Reino de Bohemia, también es conocida como «la Ciudad de las Cien Torres” o “la Ciudad Dorada”. En ella vivieron personajes célebres como Kafka, Dvorak o Mozart…  Resulta fácil dejarse inspirar por el aire cultural que la envuelve. Todavía en su suelo empedrado se pueden sentir los ecos libertarios de “la Primavera del 68”  a la vez que los pacifistas, como se refleja en el “Muro de Jonh Lenon”. La mayor, la más espléndida de las ciudades checas enamora. 

Con decenas de museos y lugares históricos, no hay nada como adentrarse y perderse por la “Ciudad Vieja”, entre los rincones de su casco antiguo, gótico con torres altas, rectas y negras, coronadas por cúpulas verdes. Patrimonio de la Humanidad, está entre las veinte ciudades más visitadas del mundo.

Pongamos de fondo la melodía del Río Moldava, de Smetana, para dejarnos llevar por su torrente hasta la ciudad más romántica de Europa.

Río Moldava

Río Moldava

Cómo ir a Praga desde Madrid.

Fui en avión, con la compañía Check Republic, que tienen vuelos directos vía Madrid. Otra posibilidad es Iberia. No son baratos: salvo ofertas, los billetes rondan los 300 euros ida y vuelta. Las compañías Swiss Air y Lufhtansa ofrecen vuelos con escala en Suiza o Alemania y cuestan la mitad. Lo mejor: mirar en un buen buscador, para encontrar la alternativa más económica, como Kayak.

También es fácil la conexión con otras ciudades europeas. Echa un vistazo a este artículo sobre Viajar a Praga, Viena y Budapest en tren.

Documentación necesaria: la República Checa desde principios del S.XXI está dentro de la Unión Europea, por lo que para ciudadanos europeos sólo es necesario su DNI. Aún no tienen euros, la moneda es la corona checa, resultando favorable al cambio: un euro es igual a 27 coronas aprox. Se puede comprobar cómo está el cambio de divisas en The Money Converter.

Además de Praga, merece la pena tomar un tren y explorar otras ciudades menos turísticas como Olomouc, la joya barroca de Moravia.

Alojamiento y comida en Praga.

Nuestro hotel, cogido desde España, un 4* más o menos asequible (una doble por 70 euros la noche). Situado en la parte alta de la ciudad, el barrio del Castillo, para desplazarnos al centro teníamos que coger el tranvía. (Hotel Pyramida) Lo recuerdo como grande e impersonal, pero limpio y cómodo, ideal para descansar después de un día de intensa pateada. En el centro también se pueden encontrar alojamientos económicos y sencillos: hay albergues desde 3 euros la noche en cuarto compartido.

En cuanto a la comida, la gastronomía checa no es gran cosa. Los platos más típicos: el goulash (una especie de estofado de ternera con pasta de patata), la kulajda (una sopa cremosa de patata y setas), pato con choucrout, o  el knedliky (bolas de patatas fritas). Alrededor de la plaza de Wenceslao pululan los restaurantes de comida rápida, para los bolsillos ajustados. Un perrito en los puestos itinerantes también es una opción rica y económica, con gran variedad de salchichas donde elegir… ¡Muy alemán!

¡Lo que sí es obligatorio es probar la cerveza checa! Es suave y muy barata, incluso existe el dicho «cerveza más barata que el agua», esto es: una pinta por un euro o euro y medio. Incluso la negra resulta exquisita y poco amarga.  La más famosa, la Pilsner Urquel, aunque hay sitios donde tienen cerveza casera, de elaboración propia.

cerveza-checa

Transporte en Praga.

Moverse en transporte público por la ciudad es sencillo: el tranvía funciona muy bien. Pintoresco, barato y rápido, la ventaja es disfrutar en el recorrido de las vistas de la ciudad. El metro, aunque hay pocas líneas, también es una buena opción para desplazarse rápida y cómodamente:

Una última recomendación: el tiempo es continental, a veces extremo: frío en invierno y mucho bochorno en verano. Yo recomiendo ir en temporadas intermedias, en octubre-noviembre o marzo – abril, como fue mi caso. En verano el centro se colapsa de turistas y puede resultar muy agobiante. La belleza de Praga se aprecia mejor con las calles semi vacías y el abrigo bien abrochado. En cuanto a la gente… Bueno, teníamos un dicho: “esta gente son muy checos”… Ahí lo dejo… Chapurreando inglés no hay problemas.

De ruta por Praga:

Día 1 – Llegada a Praga.

Lo reconozco, lo mío con Praga fue amor a primera vista. El primer día allí fue «tan sólo» de situación en la ciudad, explorando poco a poco sus callecitas, la Ciudad Vieja… Sintiéndome fascinada por la arquitectura gótica y negra, como si me hubiera trasladado varios cientos de años atrás en el tiempo: a la época medieval, con nobles caballeros y damiselas, paseando entre coches de caballos.

El río Moldava es la arteria azul y majestuosa que atraviesa y divide la ciudad. Sobre él se alza el Puente de Carlos– Karluv Most– del S.XII, punto emblemático de la capital checa. Es una referencia perfecta para comenzar a conocer Praga, ya que comunica la Ciudad Vieja (Stare Mesto) con la Ciudad Pequeña (Mala Strana).

Karluv Most

Karluv Most

Eso sí… ¡Imposible familiarizarse con el idioma!

Día 2 – Stare y Nove Mesto (La Ciudad Nueva y Vieja).

Desde nuestro hotel en la parte alta nos trasladamos en el simpático tranvía (línea 17) hasta el centro de la ciudad. Empezar a conocer Praga por la parte vieja de la ciudad es una buena idea, sobre todo si se dispone de poco tiempo ya que es la que alberga los lugares más célebres.

Karluv Most.

A excepción quizá del reloj astronómico, el Puente de Carlos sobre el río Moldava es el monumento más famoso de Praga. Construido en 1357, entre músicos ambulantes y puestos de artesanía se atraviesan los 500 metros de largo del puente, bajo la atenta mirada de sus 30 estatuas de piedra. La más famosa es la de San Juan Nepomuceno,  patrón de la ciudad, en cuya base se encuentra “la estrella de Praga”: sólo hay que tocarla y pedir un deseo…

Plaza de la Ciudad Vieja.

Desde Karluv Most nuestros pasos nos guían hasta la Plaza de la Ciudad Vieja, uno de los lugares más bellos de Praga. Rodeada de cafés acogedores y antiguos, la plaza alberga edificios de gran interés como la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Iglesia de San Nicolás y el famoso Ayuntamiento de la Ciudad Vieja.

Ayuntamiento y el Reloj astronómico.
Reloj Astronómico de Praga

Reloj Astronómico de Praga

Sin duda es el viejo Ayuntamiento el edificio que más miradas atrapa gracias a su hipnótico y fascinante Reloj astronómico. Está a punto de marcar la hora y eso se nota por la cantidad de turistas que bajo él se agolpan.  Os desvelaré su misterio: la esfera superior representa las órbitas del Sol y de la Luna. En su esfera inferior se dibujan los meses del año, los signos del zodiaco y el escudo de la Ciudad Vieja.  El calendario tiene cuatro pequeñas esculturas: un filósofo, un ángel, un astrónomo y un orador. Llega la hora en punto y con ella se inicia la danza de las figuras: en las ventanas superiores desfilan los doce apóstoles liderados por la Muerte. También aparece un turco, la Avaricia y la Vanidad.

Una recomendación: subid a la torre gótica de 60 metros de altura. Si hace tiempo despejado podréis capturar hermosas panorámicas del centro de la ciudad.

Torre del Reloj

Torre del Reloj

Al otro lado de la plaza destaca con sus dos afiladas torres idénticas la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, de gran valor histórico y el mayor símbolo gótico de Praga. Otras atracciones turísticas de la Ciudad Vieja son el Clementinum, un antiguo colegio jesuita o la Torre de la Pólvora: una de las torres más bonitas y con mayor historia de Praga. La Iglesia protestante de San Nicolás es otro punto de interés.

Tras esta incursión al centro, nos ponemos rumbo a descubrir la “Ciudad Nueva”.

Nové Město: el barrio de los museos.

El corazón de la Ciudad Nueva lo ocupa la enorme Plaza de Wenceslaoun enclave histórico especialmente en la más reciente historia de la República Checa: allí se inició la manifestación que dio lugar a la “Revolución del Terciopelo” y la caída del comunismo.  Ahora la Plaza de Wenceslao es un concurrido lugar ceñido de hoteles, restaurantes y tiendas.

Fuente: www.disfrutapraga.com

Praga

El edificio más famoso es el Museo Nacional de Praga, de estilo neorenacentista, que se alza con grandes dimensiones en el extremo sur. La colección permanente del museo es de corte genérico y permiten una aproximación al país: Historia de Bohemia, Moravia y Eslovaquia, una exhibición mineralógica y litológica, así como una sección de Paleontología, Antropología y Zoología.

Para los amantes de la música clásica, en la Ciudad Nueva también se encuentra el Palacio de la Ópera de Praga. En los alrededores y en diversos puntos turísticos se pueden comprar entradas para asistir a espectáculos. Recuerdo que cuando yo fui ofrecían entradas para el “Requiem de Mozart” por tan sólo 10 euros al cambio. Además, para los que les guste el Art Nouveau, el Palacio Kaunicky alberga el Museo Mucha, con decenas de obras del artista nacional. Una inspiradora tournée por la refinada estética de la Belle Époque.

Museo Mucha

Museo Mucha

Otros lugares a destacar son el Teatro Nacional y el Museo del Comunismo, “escondido” en la calle Na Příkopě tras el callejón del Casino Palace, resultando un instructivo viaje a los años de influencia soviética. La original “Casa danzante” se encuentra poco más adelante, a orillas del Moldava.

Día 3 – Josefov, leyendas en el barrio judío.

Al norte de la Ciudad Vieja se localiza Josefov, barrio judío de Praga desde la Edad Media hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando sus moradores fueron trasladados a los campos de concentración al ser Praga ocupada por los nazis. Más de veintidosmil judíos de Praga fueron víctimas del Holocausto, como se recuerda en el Memorial de la Sinagoga Pinkas.

Un Museo Judío al aire libre: se pueden recorrer las que fueran las calles del antiguo gueto y visitar sus seis sinagogas: la Alta, la Española, Sinagoga Klausen, Sinagoga Maisel, Sinagoga Pinkas y la Vieja-Nueva. Las más destacadas son la Española, decorada con estuco pintado imitando a “la Alhambra” y la Vieja-Nueva, una de las más antiguas de Europa.

sinagoga-espanola

En Josefov, el antiguo Cementerio Judío es sin duda lo que más me gustó. Durante más de 300 años fue el único lugar donde estaba permitido enterrar a los judíos en Praga y se ha mantenido casi intacto. Se puede dar un silencioso paseo entre lajas quebradas y superpuestas, vigilados por los grajos que habitan los desnudos árboles en invierno. Es costumbre coger una piedra y dejarla sobre la tumba del famoso Rabino Loew, personaje mítico que según cuenta la leyenda construyó el “Golem de Praga”.

Viejo Cementerio Judío

Viejo Cementerio Judío

 Día 4: el Castillo y Mala Strana

El Barrio del Castillo o Distrito de Hradčany, recostado en la colina de la ciudad, merece todo un día de recorrido intenso. Destaca la Catedral de San Vito, iluminando el atardecer con sus torres desde su enclave privilegiado, enfrente del Puente  de Carlos. En el Monasterio de Loreta se encuentra “el Sol de Praga”, dorado y reluciente en su vitrina.

Catedral de San Vito

Catedral de San Vito

El Castillo de Praga es un conjunto arquitectónico del siglo IX y está considerado como la mayor fortaleza medieval del mundo.  Franqueadas sus puertas por dos gigantes de piedra, en su interior se alojan edificios tan importantes como la Catedral, la Casa del Preboste, el antiguo Palacio Real, la Torre Dalibor, o el Palacio Lobkpwicz, conectados entre sí por pequeñas y pintorescas callejuelas como el Callejón del Oro.  Éste es famoso porque en el número 22 vivió Franz Kafka, aunque muchos años antes fue lugar de reunión de los alquimistas en su afán de búsqueda de la piedra filosofal.  Ahora es una pintoresca callecita de comercios típicos de artesanía, con marionetas, armaduras medievales o cristal de bohemia.

Fuente: http://www.turismo.it/viaggi/praga

Fuente: http://www.turismo.it/viaggi/praga

La Catedral de San Vito es una construcción gótica e imponente, lugar donde se coronaban a los reyes de Bohemia. Guarda la tumba de Wenceslao IV (El «rey bueno») y las joyas de la Corona. Se puede subir a la torre y observar una maravillosa perspectiva de casi toda la ciudad. Desde 1918 el Castillo de Praga es la residencia oficial del presidente de la República Checa. Si queréis saber más, os dejo la web oficial del Castillo.

Otras visitas recomendables en el barrio del Castillo es el Monasterio barroco de Loreta, uno de los centros de peregrinación más importantes de la República Checa. Entre sus silenciosos muros se encuentra una réplica de la Casa de la Virgen María y el tesoro, con el famoso “Sol de Praga”, (una custodia con nada menos que seis mil diamantes, donados por la condesa Ludmila Kolowrat), del siglo XVII.

Loreta

Loreta

Terminamos en la cumbre de la colina: el edificio más alto de Hradčany es el Monasterio de Strahov, del S.XII.  La visita al Monasterio consiste en ver el claustro y su impresionante biblioteca, de libros y pergaminos tan antiguos como sus muros. Aunque, bajo mi perspectiva de enamorada de Praga, nada más hermoso que contemplar cómo se extiende la bella ciudad al frente, a los pies mismos del Monasterio.

Mala Strana: palacios, iglesias y jardines.

Tras patearnos todo el barrio del Castillo, bajamos hacia el centro y nos encontramos en el camino con Mala Strana, el Barrio Pequeño, menos turístico y cautivador. También se puede acceder fácilmente viniendo de la Ciudad Vieja, tan sólo cruzando el Puente de Carlos a la otra orilla del Moldava.

El encanto de Mala Strana: entre sus estrechas calles se suceden como por arte de magia regios palacios, tranquilas plazas y bonitas iglesias, destacando la de San Nicolás o la del Niño Jesús de Praga. La Iglesia de San Nicolás puede resultar un tanto ostentosa en su interior rococó y recargado; su fama viene desde que Mozart tocara el órgano en ella.

Mala Strana es también el pulmón de la ciudad, en forma de bonitos jardines en los que buscar el frescor en verano: el Jardín Vrtba, la Isla Kampa, el Monte Petrín o el Parque Vojan, donde por experiencia propia recomiendo no perderse por la noche…

Un lugar que no hay que olvidar echar un vistazo es el Muro de John Lennon, en la Plaza del Gran Priorato, oculto entre embajadas: una pared como alegoría de la paz.

Muro de John Lenon

Muro de John Lenon

Día 5 – Karlo Vivary: el pueblo balneario.

Día para hacer una excursión fuera de Praga: a 120 km (dos horas en coche) se encuentra esta villa – balneario, entre bosques de coníferas: un marco verde oscuro que contrasta con sus edificios rococó color crema.  Al calor de sus aguas medicinales que emanan de la tierra han acudido desde siempre personajes ilustres como Beethoven, Liszt, Chopin, Goethe, Tolstói, Karl Marx o Sigmund Freud.

Vale la pena echar la jornada entre sus casas señoriales, visitar las sesenta fuentes de diferentes presión, altura y temperatura, o echarle un vistazo a la iglesia ortodoxa rusa de cúpulas doradas. Hay mucho que ver en Karlovy Vary, la ciudad – balneario de Chequia.

Karlovy Vary

Karlovy Vary

Para ir, se puede contratar una excursión con minibús bastante económica en las agencias locales que hay por la Ciudad Vieja con guía (como fue nuestro caso): te llevan y te traen por unos 50 euros. También se puede ir por tu cuenta, en autobús desde la Estación de Florence en Praga. La frecuencia es de un bus cada hora y el precio de 10 euros ida y vuelta.

En mi segundo viaje a esta ciudad – balneario, coincidió con la temporada de Navidad en República Checa. ¡pura magia!

Día 6 – Recreo y cultura.

Día de compras (típico cristal de bohemia, muñecas rusas, marionetas hechas a mano…), de disfrutar de los cafés, la cerveza y volver a recrearse en los lugares más bonitos… Y, por la noche, una actividad cultural nocturna imprescindible: “El teatro negro”.

El Teatro Negro.
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Teatro negro de Praga

El Teatro Negro de Praga es una exhibición única, un espectáculo que combina las luces y las sombras basado en un juego óptico: la incapacidad del ojo humano de distinguir negro sobre negro. Los actores están vestidos con ropa negra y actúan sobre un fondo del mismo color, jugando con objetos fosforecentes y creando sorprendentes efectos como personajes flotando…  Las obras de teatro son mudas, siendo la música y las luces los protagonistas.  Nuestra obra elegida: «Cats in Prague», una versión del popular musical. ¡Me encantó!

Las entradas se pueden comprar en los propios teatros que abundan por el centro: Ta Fantastika (Karlova 8, Stare Mesto), Teatro de Imagen de Luz Negra (Parizska 4, Stare Mesto) o el Teatro Blanik (junto al metro Muzeum). El precio por función ronda los 20 euros.

Salir en Praga.

Para finalizar, un pequeño apunte sobre la noche en Praga: si aún quedan fuerzas, la capital checa tiene una animada vida nocturna, sobre todo gracias al gran número de turistas y estudiantes Erasmus. Hay varias zonas para salir. Yo estuve en la zona de Kaluv Most, en la orilla este del río Moldava, donde hay animadas discotecas de diferentes ambientes, como la Karlovy Lazne. En la Plaza de Wenceslao y las callecitas que discurren desde ella a la Plaza del Ayuntamiento, hay cantidad de pub animados donde disfrutar de música en directo y de pintas de cervezas barata y rica. ¡A divertirse!

Día 7: vuelta a Madrid, con mucha pena…

Praga es y será siempre especial. Para mí fue la primera, mi primer viaje al extranjero, mi primera capital europea… Y donde me picó ese bichito y comencé a contraer la “fiebre viajera”… Gracias, Praga.

Adiós Praga

Sigue viajando por Chequia en el blog:

10 sitios que ver en Brno, la ciudad checa donde el tiempo es relativo

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7 Comentarios
  1. Responder

    KIM

    1 noviembre, 2022

    Praga es maravillosa! Es una ciudad a la que volvería cien veces tal cual el numero de sus torres. Gracias por la maravillosa reseña.

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