The Scottish Borders, el insólito (y desconocido) sur de Escocia
Suenan las gaitas. Huele a lluvia. Las olas del mar baten contra los acantilados y el paisaje se despliega en verdes y suaves colinas. Estamos en los llamados Scottish Borders. Una tierra donde vivieron reyes, combatieron contra sus enemigos ingleses, construyeron abadías -hoy en ruinas- y castillos. ¿Hacemos una ruta por el sur de Escocia?
Sí. Lo reconozco: yo también lo hice. La primera vez que viajé a Escocia mi motivación era la promesa de las Highlands -las Tierras Altas- con sus montañas de leyenda, el castillo de Los Inmortales, lagos donde se rumorea que entre la niebla se intuye a Nessy o ese paisaje que sólo puede pertenecer al mundo de los sueños en la isla de Skye. Enamorada del imperio verde, mi segunda vez quise ir aún aún más al norte: a las recónditas Shetland a vivir el festival vikingo del fuego: el Up Helly Aa. Nunca lo olvidaré. Pero… No hay dos sin tres.
Volví a la patria de William Wallace esta vez para hacer una ruta por el sur de Escocia: la región conocida como The Scottish Borders. Fronteriza con el norte de Inglaterra y «olvidada» por los turistas, he descubierto pueblos encantadores que parecen sacados de Harry Potter. Románticas ruinas de abadías abandonadas. Castillos escondidos en el bosque… Una Escocia auténtica, solitaria, de belleza apacible y a la vez, arrebatadora.
Contenido del artículo
Ruta por el sur de Escocia: The Scottish Borders.
Cuatro días son suficientes para un itinerario en coche de Newcastle a Edimburgo -la ciudad que me robó el corazón hace ya una década-, cruzando la línea divisoria donde tantas batallas se libraron entre las huestes de escoceses con el rostro pintado de azul y las del rey de Inglaterra. También tierra codiciada por invasores vikingos: Ragnar Lothbrok era famoso -y temido- por sus incursiones en Northumbria. Por tanto no es extraño encontrar torres defensivas, pueblos amurallados y castillos donde graznan los cuervos desconfiados y sigilosos. ¿Acaso hay un territorio más épico que Escocia?
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Itinerario por The Scottish Borders. Qué ver en el sur de Escocia. Hoja de ruta.
Día 1. Newcastle – Jedburgh. 50 millas (1 hora).
Aterrizo en Newcastle (Inglaterra), con un vuelo con Ryanair por 19€ ida y vuelta (comprado 4 meses antes, para el puente de octubre). Un coche de alquiler me llevará hasta Jedburgh, tan sólo a una hora por la preciosa carretera A-68, que atraviesa el Parque Nacional de Northumberland. Si quieres hacer la misma ruta: te recomiendo echar un vistazo a los precios y vehículos disponibles en la web de Rentalcars.
Este primer día recorriendo el sur de Escocia hacemos noche en Jedburgh, en un acogedor bed and breakfast: el St. Ola. El primer sorbo de una deliciosa Ale es en el pub del pueblo, frente a las ruinas de la abadía que visitaremos al día siguiente. Llueve pero da igual ¡esto es Escocia!
Día 2. Jedburgh, Kelso y Melrose.
Lo bueno de hacer una ruta por el sur de Escocia es que está todo cerca. Al menos los hitos más importantes que visitar. Con las otras rutas por Escocia en coche que he hecho, eso es otro cantar… Incluso en un día de excursión desde Edimburgo pueden verse los lugares más interesantes. Mi intención, recorrer los sitios emblemáticos entre Jedburgh e Innerleithen, para continuar al día siguiente hasta la capital escocesa.
Para la segunda noche, he reservado otro bed and breakfast en este pequeño pueblo escocés, Innerleithen, rodeado de naturaleza: el Glede Khowe Guest House. Mi primera búsqueda fue dormir en Melrose, pero el alojamiento salía por más de 100 libras la noche. No importa, tenemos coche para tirar millas por estas preciosas carreteras de Escocia teñidas de otoño, entre vacas, caballos y ovejas.
La vieja Abadía de Jedburgh.
Las ruinas de la abadía de Jedburgh dibujan una silueta fantasmal en una mañana de niebla y lluvia, típica escocesa. La abadía fue fundada en el 1138 por el rey David I de Escocia junto al río Jed Water, a tan sólo 16 km de Inglaterra. Por su situación de frontera, sufrió constantes ataques e incendios por parte del reino vecino, hasta ser destruida en 1523. Los monjes agustinos la abandonaron y sus muros de piedra quedaron desiertos. En su cementerio están las sepulturas de dos obispos de Glasglow, John Capellanus y Hugh de Roxburgh.
Además de la vieja abadía, en Jedburgh se puede visitar la casa donde se alojó la reina María Estuardo de Escocia y el castillo – prisión, a las afueras del pueblo. Con sus casitas de cuento, merecería estar en la lista de los pueblos más bonitos de Escocia.
Kelso: la abadía y el castillo de Floors.
Sin duda un imprescindibles en la ruta por el sur de Escocia es el precioso pueblo de Kelso, ubicado en un valle en la confluencia de los ríos Tweed y Teviot. Merece la pena dar un paseo por su centro de calles empedradas y pintorescas casitas. Escenario de batallas entre ingleses y escoceses durante la Edad Media, Kelso sufrió la terrible Guerra de las Fronteras que asoló su territorio. Testigo de aquella época terrible quedan las ruinas de la abadía, una de las más bonitas y prósperas de Escocia, hasta que fue víctima de los soldados del duque de Somerset en un ataque de despecho: María Estuardo se negó a casarse con su hijo.
El otro gran atractivo de Kelso es el castillo de Floors, en una gran finca abrazada por un bosque, propiedad del Duque de Roxburghe. Construido en el S.XVIII, un recorrido por sus lujosas estancias -con salón de billar, retratos familiares, pinturas, porcelanas, trofeos de caza y pesca, sala de baile…- Da una idea de la vida lujosa de los lords británicos. Actualmente, Floors es el castillo habitado más grande de Escocia.
La torre de Smailholm.
La carretera de Kelso a Melrose es una delicia entre colinas de prados verdes donde pacen las ovejas. En medio, un pequeño desvío para admirar la torre de Smailholm. La fortaleza rectangular del S.XV, sobresale del páramo encaramada a las rocas. Su sobrio interior alberga una colección de tapices y de vestidos de muñecas.
Melrose y el corazón de Escocia.
Probablemente cuando se piense en the Borders, la ciudad que más suena es Melrose. Se trata de una popular excursión al sur de Edimburgo gracias a su bella abadía, fundada a petición del rey David I de Escocia por monjes cistercienses en 1136. La inscripción grabada por el maestro albañil John Morrow: «Be Halde to ye hende» («Conserva en el espíritu, al final, tu salvación») es el lema de Melrose. Los dragones, gárgolas y otros animales fantásticos vigilan el corazón embalsamado de Robert de Bruce, el rey escocés que luchó junto a William Wallace en la Guerra de la Independencia y, a la muerte del héroe, le sucedió en el título de Guardián de Escocia.
Scott´s view, el mirador de Sir Walter Scott.
La casa del gran poeta romántico escocés, Sir Walter Scott, fue un sueño de niño que convirtió en realidad en Abbotsford. Una granja transformada en castillo de cuento de hadas, escenario de novela, ubicada a las afueras de la ciudad de Melrose, donde tuvo lugar la famosa batalla. Dicen que las orillas del río Tweet con sus bosques atlánticos, granjas, colinas y pueblos melancólicos inspiraron a Sir Walter. Su lugar favorito, un mirador sobre el valle donde se contempla la magia del paisaje de los Borders donde sobresalen las Eildon Hills, volcanes ya extintos.
Estatua de William Wallace.
Muy próxima al mirador, se encuentra una estatua dedicada al gran héroe escocés, William Wallace. Capricho del conde de Buchan, fue construida en arenisca roja en 1814 por John Smith de Darnick. Representa un Wallace de 31 metros de altura sujetando su espada y con el escudo en el suelo, mirando al río Tweet, de donde vendría el ejército invasor.
«La vida sin libertad no tiene sentido». Braveheart.
En los alrededores de Melrose también se encuentra el Viaducto de Leaderfoot, junto al antiguo asentamiento romano de Trimontium. La abadía de Dryburgh es otra de esas ruinas míticas, saqueadas e incendiadas por los ingleses, donde fue enterrado Sir Walter Scott.
Día 3. Peebles, la ciudad de John Buchan.
Tras pasar la noche en Innerleithen, un apacible pueblo donde se ubica la casa habitada más antigua de Gran Bretaña, Traquair House, seguimos hacia el norte en dirección Edimburgo. Peebles fue Burgo Real en el S.XII y lugar estratégico entre las sucesivas guerras y rebeliones entre escoceses e ingleses. En ella vivió el escritor escocés John Buchan, autor de «Los treinta y nueve escalones». Hoy, Peebles es una pequeña ciudad con bastante vidilla: tiendas, restaurantes, cafeterías, gente practicando deporte al aire libre junto a la orilla del río Tweed.
Salimos de The Scottish Borders y entramos en los Lothian. La tarde y la noche la gastamos en mi ciudad favorita del mundo: Edimburgo. He reservado el hotel Britannia, económico y básico con parking para dejar el coche, ubicado junto a Dean Village, a 15 minutos caminando del centro. Qué felicidad volver a pasear por la Royal Mile, saludar al perrito Bobby, o despedir al sol en Calton Hill. ¡Amo Edimburgo!
Día 4. Edimburgo – Newcastle por la carretera de la costa.
Último día en la ruta por el sur de Escocia. Toca volver de Edimburgo al aeropuerto de Newcastle y esta vez elegimos la carretera de la costa, con parada en dos bonitos pueblos de The Scottish Borders: Eyemouth y St. Abbs. El paisaje marino que rodea a la Reserva Natural del cabo de St Abbs es de gran belleza. Con suerte, ¡se pueden avistar frailecillos anidando en las rocas! Definitivamente, merece la pena recorrer las Tierras Bajas de Escocia.
Mapa de la ruta por el sur de Escocia.
Fuente: Google maps.
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Margalliver
¡¡Que ganas de ir a Escocia!! esos colores otoñales, tanta naturaleza, cuando vaya me la voy a recorrer entera 😀 La Abadía de Jedburgh me ha impresionado bastante. Sin duda hay que pillarse un coche y recorrer este precioso país de punta a punta.
cosmopolilla
Ja ja pues entonces te vas a tener que ir 3 meses mínimo, ¡es tan grande! 3 veces he estado y me queda tanto por ver… Amo Escocia 🙂
Krid
Me parece que como en otros tantos lugares el Sur sigue a la sombra del Norte. Me has descubierto un rincón del mundo que seguro en cualquier época del año está precioso, y además me has llevado a lugares de los que no había oído hablar y que sin duda debe merecer la pena visitar. Apuntados para cuando decida visitar tierras escocesas. Un abrazo
cosmopolilla
Sí, sin duda merece tanto salirse de los circuitos típicos del lago Ness 🙂
SantiMB
Bien, yo ya hice las Highlands y tenía previsto descubrir el norte más agreste. Ahora me apunto también los Scottish Borders. 😉
cosmopolilla
Je je siempre repetimos Escocia, ¡por qué será!