Andalucía España

Geografía poética de Jaén

Escrito por la
el
12 octubre, 2017
Castillo de Santa Catalina, qué ver en Jaén

Castillo de Santa Catalina, qué ver en Jaén

Plateado Jaén, un campo de olivos que se cierra y se abre como un abanico. Paisaje de terraplenes, pedregales, olivares, caseríos, praderas y cardizales, montes y valles sombríos… Jaén, la del cielo hundido que una mariposa de la sierra sobrevuela desde Cazorla. La ciudad de las tres morillas que iban a coger olivas, Axa, Fátima y Marién, bajo su imponente castillo…

Vistas de Jaén desde el castillo

Vistas de Jaén desde el castillo

Inspiración de poetas del pasado, los más grandes de Andalucía, Jaén es esa pequeña capital discreta, recogida, cuyas calles guardan lugares con encanto para aquel viajero que la vio resplandecer, blanca, junto al camino de la costa. En los alrededores, sus pueblos se enmarcan en parques naturales que son un tesoro de la ecología. No hagas como yo tantas veces: no pases de largo hacia Granada, montes de sol y piedra. Párate. Respira. Empápate de cultura y naturaleza. Y si te gusta, atrévete a quedarte.

Naturaleza en la Sierra Sur de Jaén

Naturaleza en la Sierra Sur de Jaén

Qué ver en Jaén: un viaje en cinco poesías.

Jaén, mar de olivos. 

¿Qué es un olivo? 

Un olivo es un viejo, viejo, viejo.

Y es un niño con una rama en la frente,

Y colgado en la cintura un saquito todo lleno de aceitunas».

Rafael Alberti

Olivares de Jaén

Olivares de Jaén, fuente: Shutterstock

Jaén es una de las provincias más «olvidadas» dentro del sur de España. Sin embargo, catalogado como «paraíso interior», para mí uno de los lugares imprescindibles que ver en Andalucía.

Jaén ciudad, tesoros bajo tierra. 

Estrellas de luz proyectan un haz de ocho puntas sobre el suelo que piso, hace siglos cubiertos de agua. Piscinas mansas y limpias en las que se bañaban los habitantes de al-Andalus, esperando la llamada del muecín. Los Baños Árabes de Jaén son el legado de la cultura musulmana que yace bajo los cimientos de la ciudad moderna, cruce de caminos entre Castilla y el Mediterráneo, escenario de conquistas y batallas.

Baños árabes, qué ver en Jaén

Baños árabes, qué ver en Jaén

«Jaén, la cenicienta de heráldicos solares, ceñida de empolvados y grises olivares, antiguos peregrinos de un quieto caminar. Getsemaní de plata, postrado de rodillas entre las duras tierras, rojizas y amarillas, que se hicieron montaña para servir de altar». Bernando López García. 

Castillo de Jaén

Castillo de Jaén

Fue el rey Santo el que conquistó la atalaya y erigió el castillo sobre las ruinas y la roca viva, con vistas a todo el horizonte. De la nueva época cristiana un templo gótico para sustituir alminares por campanas, y, con el esplendor del Renacimiento, la obra del gran Vandelvira en el interior de la catedral de Jaén. Alrededor de sus torres simétricas se despliega la arquitectura de callejuelas andaluzas, de comercios y tabernas. El ocaso es la hora ideal para perderse en ellas, y es que Jaén es una de las mejores ciudades españolas para practicar el arte del cañear y tapear que tanto gusta. Bar mítico: el Panaceite. Sin olvidar que en el subsuelo se oculta una oscura visita: la de los Refugios antiaéreos de la Guerra Civil. Quizá por sus largos corredores aún se esconda el famoso lagarto de Jaén…

Catedral de Jaén

Catedral de Jaén

«Así revientes como el lagarto de Jáen»

El Lagarto de Jaén

El Lagarto de Jaén

Recorrido monumental a pie, desde el centro de la ciudad hasta el castillo, que se puede conocer en un fin de semana tranquilo, descubriendo la ciudad poco a poco. Mi lugar recomendado para alojarse: el hotel Condestable Iranzo, un cuatro estrellas asequible a un paso del casco antiguo. Para bolsillos más pudientes, o un capricho sibarita, el Parador de Jaén, en el que también se almuerza de lujo, se ubica en el mismo castillo de Santa Catalina.

Baeza, el refugio del poeta. 

«De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.
El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza».
Antonio Machado
Baeza, qué ver en Jaén provincia

Baeza, qué ver en Jaén provincia, fuente: Shutterstock

Atrás quedaba Soria y la muerte de Leonor. Machado llegó a Baeza el otoño de 1912. Pasó bajo el Arco de Villalar arrastrando su torpe aliño indumentario y su pena, para vivir en una de las ciudades góticas y renacentistas más bellas de Andalucía. Los años que habitó en sus rincones le sirvieron de inspiración para una de las etapas más prolíficas de su pluma. Sus palacios y torreones, la hermosa catedral de la Natividad, con el gorgoteo de su fuente… Aún parecen echar de menos los paseos del poeta taciturno. Quizá en la medianoche tengas suerte y lo veas pasar desde el balcón, si pernoctas en el señorial Palacio de los Salcedo.

El río Borosa, manantial de Cazorla. 

¿No eres tú, mariposa,
el alma de estas sierras solitarias,
de sus barrancos hondos,
y de sus cumbres agrias?

Machado

Río Borosa, Cazorla, qué ver en Jaén

Río Borosa, Cazorla, qué ver en Jaén

El mayor espacio natural protegido de España (y segundo de Europa) dota a la provincia de Jaén de un patrimonio vivo único, reserva de la Biósfera. Cielos azules casi todo el año por los que vuela el quebrantahuesos y otras rapaces emblemáticas, cuajados de estrellas por las noches. Senderos por los que perderse junto a ríos de aguas celestes como el Borosa, donde el agua se convierte en poesía. La sierra de Cazorla ha cautivado a artistas y amantes del mundo animal como pocos sitios de la península, siendo escenario de «El hombre y la Tierra».

Jaén para morir de amor: Quesada.

«Y en la sierra de Quesada:
Vivo en pecado mortal:
no te debiera querer;
por eso te quiero más.”

Machado

Quesada, Jaén

Quesada, qué ver en Jaén. Fuente: Shutterstock

TAGS

DEJA UN COMENTARIO