Qué ver en Darién: Mogue, aldea Emberá
América Panamá

Darién, el agujero de la Panamericana

Escrito por la
el
1 diciembre, 2016

Ojos vivos y castaños. Piel morena tan solo revestida de unos calzoncillos y unos falsos crocs. Su mirada me taladra, curiosa. Le sonrío y esboza una tímida respuesta. Entonces me señala una pelota: quiere jugar en esta explanada de hierba, la plaza mayor de la aldea y hasta ahora centro de su universo conocido. Me presto a la petición de Kelvin, un pequeño que habita en Mogue, en la selva del Darién. Ese lugar al que me dijeron que no debía de ir: «no está preparado para el turismo», no hay nada que ver en Darién.

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Kelvin. Mogue, Darién, Panamá

Darién, el fin de la Panamericana.

¿Por qué ir a un lugar donde los panameños no van? ¿Por qué ir a Darién? «Malaria, guerrilla, narcos, selva impenetrable…» Durante años el sur de Panamá ha sido un lugar inhóspito. Un agujero en la carretera Panamericana que recorre el continente como una espina dorsal, deteniéndose en Yaviza, el fin del camino. Desde allí solo montañas y selva donde no existen los senderos, sellando la frontera con Colombia de manera permanente. Lo que se conoce como «el tapón del Darién».

Darién, al sur de Panamá

Darién, al sur de Panamá. Fuente: Google.maps

La información en Internet es poco precisa. Preguntando a panameños tampoco aclaran nada: «la gente no va a Darién»… Localicé un par de agencias que ofrecían tours desde ciudad de Panamá a La Palma, la capital. Y desde allí, en bote a las aldeas de los Emberás, una de las cinco comunidades indígenas de Panamá. Emberá significa literalmente «la gente del maíz» y viven junto a los ríos ejerciendo la pesca, aunque también cazan y cultivan la tierra, de toda la colectividad. Si bien el precio de la agencia no era apto para nuestros bolsillos (400$ por persona, 3 días), decidí que si hacían tours también nosotros podíamos intentarlo por nuestra cuenta.

Qué ver en Darién: la aldea Emberá de Mogue

Qué ver en Darién: la aldea Emberá de Mogue

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Sobre viajar al Darién por libre…

¿Estábamos siendo imprudentes? La guerrilla está controlada. No íbamos a acercarnos a la frontera con Colombia ni adentrarnos solos por la selva. Para la malaria portábamos profilaxis y repelente… La verdad es que hasta entonces la ruta por Panamá había sido muy fácil, incluso demasiado. No creo que fuera temeridad: nos apetecía algo virgen, un poco de aventura… Cierto que Darién no aparece en las guías, no es un lugar turístico. Pero no solo es la casa de los Emberás; también es el segundo pulmón del mundo tras el Amazonas, Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biósfera por la diversidad de su flora y fauna, entre la que se encuentra el águila arpía, ave nacional de Panamá. Por lo tanto, aunque se diga lo contrario, creo que sí que hay cosas que ver en Darién y merece la pena ir hasta allí.

Mariposa en Darién

Mariposa en Darién

El Darién no es turístico… Pero queremos ir.

Con esa determinación nos plantamos en Albrook, la terminal de autobuses de ciudad de Panamá, a las 6 y media de la mañana. El pasaje que habíamos adquirido el día anterior tras llegar de Santa Catalina nos quemaba en las manos de pura emoción. Ni las risas de las chicas de la taquilla cuando nos lo vendieron (y nos preguntaron dos veces si estábamos seguros de que íbamos a Darién) iban a desalentarnos.

De ciudad de Panamá a La Palma, la capital de Darién.

Para llegar a Darién solo hay una carretera: la Panamericana. 9$ cuesta el billete en autobús hasta Metetí, a 236 kilómetros de la capital. Tan solo salir de ciudad de Panamá ya es una tortura con el caos del tráfico matinal. Me adormilo hasta alcanzar la puerta de Darién. Hay un cartel y un control del ejército. Tenemos que bajar y mostrar el pasaporte: ¿Dónde van? ¿Cuánto tiempo? Escriben en su libreta. Registran los macutos, las bolsas de plátanos y las mochilas. Continuamos. La carretera está en obras, con baches imposibles. Cada vez hay menos pueblos y el manto de árboles que se extiende a lado y lado se apiña, perdiéndose hasta el horizonte.

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Carretera Panamericana poco antes del final

Metetí, en medio del Darién. 

Siete horas después nos bajamos en Metetí. Ya casi no quedan pasajeros. En este viaje hemos sido los únicos extranjeros, lo que significa un blanco para la curiosidad: «ah, son de España» … «¿A qué van a La Palma?» … «No hay nada que ver en Darién» … «Vayan a Bocas del Toro y San Blas, es lo más lindo de Panamá».  La estación de Metetí es una estructura abierta y descolorida. Enormes avispones revolotean en torno a las papeleras saturadas de basura.

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Estación de autobuses de Metetí, qué ver en Darién

De Metetí a Puerto Kimba.

Dos furgonetas están prontas a salir: a Yaviza, el último pueblo, y a Puerto Kimba, ¡esa es la nuestra! Ya solo queda tomar la barca a La Palma, tras otro control militar en el muelle. Un cartel con fotografías de desertores colombianos decora el muro. «¿Por qué hay tantos controles militares en Darién?». «Por la frontera, me responde el militar más joven. Pero hace mucho que no hay problemas con la guerrilla, no tiene nada que temer».

Puerto Kimba, barca a La Palma

Puerto Kimba, barca a La Palma

La Palma se encuentra a orillas del Pacífico, en el estuario del gran Turia, el río más caudaloso de Panamá, de  aguas profundas y color chocolate. La espuma salpica mis mejillas mientras nos acercamos a las casas coloridas, aferradas a la colina. En un primer fogonazo me recuerda a las favelas de Río de Janeiro. Me revuelvo inquieta sin formular la pregunta que me persigue todo el camino: ¿encontraremos alojamiento? ¿Hemos hecho bien en venir a Darién?

La Palma, qué ver en Darién

La Palma, qué ver en Darién

La Palma, alojamiento en el Biaquirú. 

Desembarcamos. Apenas quedan un par de horas de luz. Nos indican dónde está el único hotel: el Biaquirú. Su dueña es una maestra jubilada que también regenta la tienda de ultramarinos situada en el piso de abajo. Conseguimos una habitación por 25$ la noche con baño privado y aire acondicionado. Desde la terraza se visualiza toda la bahía, donde se sumergen los pelícanos pescadores. Incluso me logro conectar a una señal wifi… ¿No era tan poco desarrollado Darién?

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Terraza del Hotel Biaquirú, La Palma

Escasamente comunicada, La Palma es una isla en medio de la selva cuya única conexión con el resto de civilización es por el agua. Sus habitantes hablan de forma pausada: no tienen prisa por llegar a ningún lado. Lo que más me llama la atención es la abundancia de murales con mensajes directos a sacudir las conciencias. Realmente, en La Palma las paredes hablan

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La Palma, Darién

Paredes de La Palma

Paredes de La Palma

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Murales de La Palma, qué ver en Darién

Qué ver en Darién: excursión de La Palma a Mogue.

La primera parte, llegar a La Palma, estaba resuelta. Ahora toca averiguar cómo ir hasta una aldea Emberá: Puerto Indio, Sambú o Mogué son algunos de los poblados de Darién. Indagamos en el mismo muelle, donde nos había dejado la barca una hora antes. La caseta que vende los pasajes está a punto de cerrar y la joven niega con la cabeza: no, no hay barcos que zarpen allá. Tenemos que buscar a alguien que quiera llevarnos. «Ellos vienen, a veces, los martes y viernes». Enfatiza lo de «ellos», dejando bien claro que son «diferentes».

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¿Quién nos lleva a una aldea Emberá?

A continuación preguntamos a nuestra anfitriona, la maestra, quien encuentra solución: podemos ir a Mogue, la aldea Emberá más cercana a unas dos horas en barco con Kevin, un pescador de 24 años hijo de la que señora que limpia el hotel. Por 60$ cada uno estará a nuestra disposición todo el día siguiente, saliendo a las 9 de la mañana y regresando al atardecer. Aceptamos: ¡esta es la aventura que veníamos buscando! 

En barca a Darién

En barca a Darién

Los fuertes españoles del Pacífico. 

El día amanece nublado y con impaciencia esperamos a Kevin, que se retrasa. Nos explica el motivo mientras subimos a su barcaza de madera: la marea aún está baja y va a tardar en subir. Para acceder a Mogue hay que bordear el estuario y remontar río arriba, cosa que solo se puede hacer con marea alta so pena de encallar en el lodo. Comenzamos la travesía con una parada: en un solitario saliente donde se encuentra uno de los fuertes españoles del S.XVIII. Llegar hasta sus ruinas es una lucha con la selva: perece en el olvido siendo sus piedras pasto de la la vegetación.

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En la selva buscando un fuerte español del S.XVIII

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Qué ver en Darién: fuerte español del S.XVIII

Algo decepcionada por el lamentable estado continuamos río arriba. Las orillas se estrechan cada vez más en manglares de tupida selva. De repente no podemos avanzar: Kevin tenía razón, la marea está demasiado baja y el motor se atasca. Toca remar e incluso bajarse para empujar la barca con el agua hasta las rodillas…

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Kevin, río arriba hasta Mogue

Mogue, la aldea de los Emberás. 

El esfuerzo merece la pena: ahí está la entrada a Mogue. Nos apeamos hundiendo las botas en el barro y seguimos a Kevin, nuestro barquero y guía, quien porta un tambor. Ha aprovechado el viaje para traer un encargo a la escuela, donde trabaja su hermana de maestra.

Mogue, qué ver en Darién

Mogue, qué ver en Darién

El sendero que conduce a Mogue entre altos árboles, pájaros y mariposas parece conducir al corazón mismo de la jungla. Nos cruzamos con algunas gallinas y cerdos domésticos que campan a sus anchas. Ni rastro de su gente… Me siento nerviosa ante esta excursión improvisada: ¿qué les parecerá a los Emberás que nos presentemos por sorpresa aquí, dos europeos? ¿Les molestará que vengamos a verlos como si fueran algo exótico, unos bichos raros? ¿Saco o no mi cámara de fotos? 

Entrada a Mogue, Darién

Entrada a Mogue, qué ver en Darién

Bienvenidos a Mogue.

Mogue es una aldea de casas esparcidas en torno a una gran explanada de hierba, alrededor de la que se ubican los edificios principales: un consultorio médico, la casa comunal y la escuela. Hay una cabina de teléfonos y un cepo «para los que se porten mal». «¿Y qué hacen los que se portan mal, exactamente?». «Pelearse o robar una gallina», me responde Kevin.

Cepo, cabina y centro médico, Mogue. Qué ver en Darién.

Cepo, cabina y centro médico, Mogue. Qué ver en Darién.

Por fin se acercan varios Emberás y saludan a nuestro guía. Nos presenta y acude Gabriel, el gobernante. Nos explica que no hay problema por visitar la aldea aunque como extranjeros tenemos que pagar una tasa de 10$. ¿Puedo sacar fotos? Puedo. Hasta podemos quedarnos a dormir por 5$ más, nos preparían la casa comunal. Pero como no lo sabíamos ya hemos reservado la noche en el Biaquirú. Gabriel es muy amable y me relajo. Tan solo se lamenta de que no hubiéramos avisado: «las mujeres se hubieran preparado y bailado para ustedes». No importa, le digo. La verdad es prefiero ver cómo viven los Emberás su día a día y no un show para turistas.

Mogue, qué ver en Darién

Mogue, qué ver en Darién

Con el beneplácito del gobernante exploramos Mogue a nuestro gusto: una tiendecita donde compramos un refresco, las aulas de la escuela vacías: ya terminó la clase. Los niños juegan a la pelota. Conocen al Barça y al Madrid; unos son fans de Ronaldo y otros de Messi. Kelvin, que no es otro que el hijo de nuestro guía, no se despega de nuestra sombra. El médico del consultorio cuenta con orgullo que ya nadie enferma de malaria, aunque hacen controles a la población cada dos meses.

Niños jugando a la pelota, Mogue

Niños jugando a la pelota, Mogue

Techo de la casa comunal

Casa comunal de Mogue, qué ver en Darién

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Ducha en Mogue, Darién

La casa de la tía de Kevin. 

Hora de almorzar y en la austera casa de la tía de Kevin, cuyo mobiliario consta de un hornillo, dos sillas y dos hamacas, nos invitan a arroz con frijoles y pescado. Su tía teje la chaquira, tradición ancestral indígena con la que se engalanan. Durante la comida entablo una larga conversación con la hermana de Kevin, la maestra. Tiene 26 años y le encanta vivir en Darién, respirando aire puro. Pero nunca ha salido de Panamá y le gustaría conocer Europa. Me hace preguntas sobre cómo es vivir «allá en Madrid»… Y yo de su vida en Mogue. «¿Vienen muchos turistas?». «Sí, hace dos meses llegó un crucero con diez o quince. Y el año pasado dos chicos españoles que eran profesores y visitaron también la escuela». Su respuesta me desconcierta. Somos de dos universos paralelos, extraños… Que hoy han confluido aquí, en el que a mí se me antoja uno de los lugares más remotos de la Tierra.

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Pulseras y collares de chaquira

De vuelta a La Palma…

La tarde se nos echa encima. Comienza una lluvia fina que indica la hora de regresar a La Palma. Me voy feliz de Mogue, con la maravillosa experiencia de haber conocido a la familia de Kevin. Una botella de Cocacola flota en el río a modo de despedida, símbolo de una globalización que también ha terminado por alcanzar esta distante aldea de los Emberás en Darién. Allí donde no debería de haber ido… Porque no hay nada que ver en Darién.

La riqueza de Darién

Qué ver en Darién: la riqueza está en su gente

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18 Comentarios
  1. Responder

    Mauxi Leal

    4 diciembre, 2016

    Me ha encantado leer tu relato Patri. Fue toda una aventura llegar, pero qué bueno que no hiciste caso a toda la gente que te dijo que no había nada que ver en Darién, porque seguro valió la pena ir y con el paso del tiempo, quizá hasta destaque en tu lista de rincones favoritos no por el lugar, sino por la experiencia. Un abrazo.

    • Responder

      cosmopolilla

      8 diciembre, 2016

      Gracias, Mauxi, al final es lo que queda, la experiencia bonita de haber llegado hasta allí 🙂 ¡un abrazo!

  2. Responder

    Ire

    7 diciembre, 2016

    Por fin!, Por fin!, un hueco tranquilo para leerte, porque es así como me gusta hacerlo, tranquila y sin distracciones. Siempre te lo digo y te lo diré me gusta como escribes, me ha encantado, AY! Darién, Darién… todos los lugares tienen para ver lo que tu quieres que tengan, a veces no se sabe…Pero, ¿Y lo divertido que es ir sin saber lo que te vas encontrar? Ese pellizco, esa «intringulis» ese pensar como dices en el post¿» habrá alojamiento»?
    Lo mejor de los viajes, no siempre son los monumentos que puedas encontrar, sino las experiencia humanas que te encuentras, me ha dado la risa con lo del cepo, jajaja «pelearse o robar una gallina» y me gustan las frases que has fotografiado, muy buenas! y que decir de la aventura hasta llegar. Sólo una duda, me la puedes contestar in person 😉 , ¿cómo diste/supiste de este rinconcito escondido? besos cosmoamiga ;)!!

    • Responder

      cosmopolilla

      8 diciembre, 2016

      Muchas gracias, Ire, me alegro de que te gusten mis relatos viajeros y que transmitan las sensaciones que viví estando allí que es de lo que se trata. Un lugar curioso y sorprendente Darién… ¿Cómo lo descubrí? Pues la primera idea que tenía cuando empecé a planear la ruta fue pasar la última semana en Colombia, en Cartagena de Indias, pero indagando vi que era casi imposible ir. Por tierra desde luego no, porque está «el tapón del Darién». Por mar era una odisea de muchas horas, y el vuelo caro, no merecía la pena por tan poco tiempo. Entonces, ¿qué hacíamos esos días restantes si no íbamos a Colombia? Me pregunté si habría algo que ver en esa remota zona, el Darién, y buscando por Internet vi lo de las aldeas emberás con un tour, como explico en el post muy caro, así que decidí hacer lo mismo pero por nuestra cuenta ¡y salió bien! Viva las aventuras viajeras 🙂 un besazo

  3. Responder

    Paola

    4 enero, 2017

    Hola Patri,

    viajo sola y en marzo quiero ir a Darien. Averiguè pero las agencia en Panama City cobren demasiado. Si me voy sola hasta Meteti o La Palma piensas que alla puedo organizar una visita y trekking en el Darien mas barata??? Esta seguro viajar sola por alla? me gusta mucho la aventura. Disculpa mi español. soy italia y lo hablo mas o menos. Muchas gracias y mucha suerte. Una sonrisa Paola

    • Responder

      cosmopolilla

      8 enero, 2017

      Hola Paola, yo creo que puedes llegar hasta Meteti y La Palma por tu cuenta sin problema. El tema seguridad yo no vi nada extraño ni me sentí insegura, ahora bien te aconsejo que sigas las precauciones habituales y el sentido común: no salgas de noche sola y demás. El problema que veo es que en La Palma no había transporte habitual a Mogue o a otras comunidades indígenas, tendrías que buscar a alguien que quisiera llevarte y si eres tú sola no te va a costar menos de 100$, pienso. Quizá lo mejor sea preguntar en el embarcadero y estar al tanto porque nos dijeron que los lunes, miércoles y viernes suele bajar una barca de Mogue y puedas ir con ellos. ¡Suerte con la aventura! Un abrazo

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