Cuenta la leyenda que el hada Viviane habitaba a orillas del lago de Comper, en el bosque encantado de Broceliande. De prodigiosos poderes, era conocida como la Dama del Lago y fue quien entregó la espada Excalibur al mago Merlín y educó al pequeño Lancelot hasta que se convirtió en uno de los caballeros de la Mesa Redonda. Enamorados el mago y la dama, vivieron un intenso romance en la profundidad del follaje. Pero en ocasiones Merlín la abandonaba para acudir a la corte del rey Arturo y resolver problemas mundanos, lo que sumía a Viviane en profunda tristeza. Merlín le había confiado todos sus secretos, incluido el más terrible: cómo aprisionar un humano sin muros ni cadenas. En su última visita, el hada le cantó una dulce melodía hasta que Merlín se durmió en su regazo. A continuación, lanzó el encantamiento para que nunca más pudiera marcharse. Ambos amantes yacen para siempre bajo una tumba señalada con dos piedras en el corazón del bosque de Broceliande.
Tumba del mago Merlín en el bosque de Broceliande
Por sus escenarios de fantasía donde flota la auténtica magia, La forêt de Brocéliande es una parada imprescindible en una Ruta por la Bretaña francesa en coche. ¡Inolvidable!
Contenido del artículo
La magia del bosque de Broceliande en la Bretaña.
Una voz susurrante -la del guardabosques- hace de narrador en la Puerta de los Secretos, invitando al visitante a internarse en un paraje de naturaleza envuelto en la leyenda. Desde Camelot y el mago más famoso de todos los tiempos: Merlín; la bruja Morgana y sus tétricos dominios; estanques de hadas y fuentes de la eterna juventud… La Fôret de Paimpont -antiguamente conocido como Broceliande- no es un bosque cualquiera. Hay que saber ver y escuchar, adivinar las señales… Y tal vez atravesemos esa entrada al mundo de lo invisible, que cobra vida al otro lado de las sombras sólo para aquellas personas que están destinadas a encontrar la magia.
La magia del bosque de Broceliande
La Abadía de Paimpont.
Desde los muros de la abadía de Paimpont y su lago cristalino comienza un itinerario repleto de encanto. A coche o a pie, dependiendo del tiempo disponible, en busca de los hitos más relevantes, marcados en un mapa de cuento dibujando los pasos tras la leyenda y la figura del hechicero mayor de todos los tiempos. ¿Encontraremos la piedra donde está clavada Excalibur? ¿Serás capaz de extraerla y convertirte en el rey o la reina de Camelot?
Abadía de Paimpont
El mítico bosque de Broceliande es un extenso hayedo -robledal de 7.000 hectáreas, frondoso y apacible, cuajado de historias que sus habitantes han ido tejiendo con la tradición oral de abuelos a nietos desde la Edad Media, cuando la masa boscosa era oscura y temible.
Final de verano en el bosque de Broceliande
La iglesia del Santo Grial.
El sendero es amplio y brilla el sol. La luz se filtra entre las hojas amables de hayas y robles centenarios. Se proyecta en finos rayos sobre una cama de helechos y hojas secas que anuncian el inevitable otoño. ¿No se esconden duendecillos bajo las ramas? El camino principal conduce hasta uno de los enclaves esenciales del bosque de Broceliande: la iglesia del Santo Grial, próxima al monumento megalítico que se señala como la casa del hada Viviane. Muchos caballeros soñaron encontrarlo, alcanzando fama y vida eterna. Ninguno aún lo ha logrado…
Murales en la iglesia del Santo Grial
Bajo la sombra de Morgana: el valle sin retorno.
Cuidado. Camina ahora en silencio. El deslumbrante destello dorado del árbol de Oro y el pacífico estanque de las hadas parecen atraer a los incautos. Estamos al borde de donde comienza el valle prohibido. Las tierras empantanadas habitadas por la malvada bruja Morgana. Se dice que aún perdura su maldición: en sus senderos de árboles secos y lodo andan perdidos los amantes infieles, que un día juraron amor eterno cegados por la pasión momentánea y, más tarde, traicionaron a su amada faltando a su palabra.
Árbol de oro en Brocèliande
El castillo de Comper.
Al norte del bosque de Broceliande se ubica el castillo de Salomón, el rey de Bretaña durante el siglo IX. Fortaleza estratégica en la Alta Bretaña, fue fuertemente codiciado, escenario de batallas y combates. Hoy Comper alberga una exhibición de los personajes que forman parte del legado de Broceliande.
Castillo de Comper
Según la leyenda, bajo las aguas del lago de Comper Merlín construyó un palacio de cristal para su amor, Viviane.
Seres de Broceliande: el Roble de los Hindres.
Pero tal vez los habitantes más antiguos del bosque de Broceliande son los árboles centenarios que se alzan con sus gigantescas copas a muchos metros sobre el suelo. Verdaderas joyas naturales, son de parada obligatoria el roble de Guillotin y el roble de los Hindrés. Sagrados para la cultura celta, este último resulta impresionante. El cartel indica su ubicación en un bello sendero donde, si se camina en silencio, parece que el bosque habla a través de los susurros del viento entre las ramas de los árboles.
Camino al roble des Hindrés
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La tumba del mago Merlín.
El agua de la Fuente de la eterna juventud fue testigo del romance entre el hada Viviane y el mayor consejero del rey Arturo. En el cauce cristalino sellaron su amor y bebieron conjurando una vida infinita, juntos. Se cumplió su deseo… Las dos piedras donde los creyentes de Merlín aún colocan ofrendas pidiendo un poquito de su magia señala el túmulo bajo el que durmieron en eterno abrazo, para siempre.
La tumba de Merlín, bosque de Brocéliande
Datos prácticos.
Paimpont se encuentra a 44 kilómetros de Rennes, la capital de la Bretaña. La entrada al bosque es totalmente libre, excepto en lugares concretos como la Puerta de los Secretos (un espectáculo audiovisual ideal para quienes viajen con niños) y la exhibición en el castillo de Comper. Por su extensión, visitar el bosque de Brocéliande al completo requiere más de un día. Mi consejo es que reserves un hotel en Paimpont.
Roble de 300 años
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Agradecimientos: gracias a Turismo de Bretaña por invitarme a conocer esta bella región. Todo lo que he escrito en artículo sobre el bosque de Broceliande está basado en mi propia experiencia.
Jorge
Es una maravilla