¡Feliz Cumpleblog! 7 años de La Cosmopolilla
28 de febrero, 2013.
Un sala fría con cristales empañados de humedad. Estoy en la clase de un curso de Social Media en el Matadero de Madrid. Titubeo antes de darle a la tecla: «Publicar». Lo hago. Mi primer artículo relatando un viaje lanzado al ciberespacio en un blog recién creado como proyecto para conseguir el diploma. La tarea de aquella semana consistía en hacernos un blog (de cualquier tema) en una plataforma que hasta el momento era totalmente desconocida para mí: WordPress. Pensé en una bitácora viajera porque ya por aquellos entonces aprovechaba cualquier puente, fin de semana, vacaciones o fiesta de guardar para poner una chincheta en el mapa en un nuevo destino. En aquel momento no era para nada consciente de que se era un acto trascendental que lo iba a cambiar todo. Nacía mi pequeño blog. Ni siquiera era La Cosmopolilla -le puse un nombre horrible que es mejor no recordar-. ¿El artículo? Sobre Islandia: mi fascinante periplo a la Isla del Hielo y el Fuego un mes de diciembre, en busca de un sueño u obsesión, la Aurora Boreal. La cual, por cierto, me dio esquinazo como en este último viaje…
Contenido del artículo
Octubre, 2014.
Sigo escribiendo. Cuando llego de la oficina, después de cenar, mis dedos vuelan sobre el ordenador. ¿Por qué? ¿Para quién? Puede que como ejercicio contra el olvido, porque siento que al ponerle palabras de alguna manera revivo el viaje. O como forma de desahogar mi periodista frustrada interior (que desde que terminó la carrera trabaja en márketing…) Porque simplemente me hace feliz. Por todo a la vez… No tengo muchos lectores pero no me importa. Por redes sociales hablo con otros viajeros que, como yo, tienen un blog para contar sus batallitas. Vacaciones. Roadtrips por Europa: me enamoro de Escocia, la Selva Negra, los lagos de Austria… Doy el salto a América, me hago «mochilera», recorro Indonesia, Costa Rica, Turquía, Brasil… Ay, cómo lloro de emoción en Iguazú. Viajar es como una fiebre incontenible, una adicción liberadora. Espera ¿qué es esto? Veo en Facebook un taller de Blogs de Viajes impartido por Paco Nadal en El País. Me apunto, por supuesto. «Patri, tienes que cambiar el nombre», me dice el último día. Así surge La Cosmopolilla. Otro punto de inflexión.
Enero, 2015.
Mi primer FITUR, mi primer Birratour, mi primera Quedada Viajera en Minube… ¡Quién me iba a decir entonces que, unos años después, me vería subida en ese escenario! Desvirtualizar, poner cara, entablar contacto y amistad con otros viajeros. No soy profesional, soy una aficionada que trabaja en una agencia de marketing y en mis ratos libres, viajo y lo cuento. Descubro gente con increíbles historias, inspiración auténtica: lo han dejado todo y se marchan sin billete de vuelta. ¿En serio? ¿Se puede? Escucho asombrada a Sólo Ida o Algo que recordar. Mi mundo se ensancha y mi mente echa a volar. Me apunto a la asociación de bloggers para estar en contacto con este mundillo y asistir a charlas y talleres.
Marzo, 2015.
Mi corazón late deprisa. He recibido un email: me invitan a unas jornadas de mujeres viajeras en Cinque Terre, Italia. A la vuelta me compro un billete: un avión a San Petersburgo y una vuelta desde Pekín. Ese verano lleva nombre de tren legendario: el Transmongoliano.
Otoño 2015, invierno 2016.
Quedadas. Eventos. Charlas. Viajes de bloggers. Asambleas de la asociación… Voy conociendo a mi «familia viajera», sin duda de las mejores cosas que me ha dado este mundo de los viajes. Ya no son nombres de blogs: Objetivo Viajar, Sin Mapa, Tragaviajes, Los viajes por el Mundo, Viajar Lo Cura Todo, El viaje me hizo a mí, A tomar por mundo, Viajes Con Humor, Un viaje creativo, Vivir para Viajar, Los viajes de Claudia… Son Alícia, Vero, Irene y David, Luis, Sara, Jose y Gloria, José Pablo y María José, Rafa, Dani, Javi o Claudia.
Verano 2016.
Se acabó. Vértigo. Miedo. Alegría. Adiós trabajo fijo; adiós oficina. Hola incertidumbre; hola mundo. ¿Realmente podré vivir de lo que me gusta?
El Caribe más lindo jamás soñado en Kuna Yala…
Enero 2017.
Soy la alumna más feliz y orgullosa. Aparezco en primer lugar en la lista de 20 blogs recomendados por Paco Nadal en El País.
Estoy sola en Escocia y recibo una llamada: he sido nominada a los premios de la comunicación turística (PICOT) como blog revelación. La gala, al mes siguiente, la sigo en streaming desde las islas del Rosario en Colombia con un wifi intermitente. No me hago con el premio pero, flotando esa noche en una laguna encantada de plancton luminiscente, bajo un millón de estrellas, intuyo que se viene un buen año…
Marzo, 2017.
Ahí está, danzando, coloreando el cielo de Noruega Ártica la Dama Verde. He hecho muchos viajes de prensa -ahora que me dedico al blog en exclusiva- pero éste será inolvidable…
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Septiembre, 2017.
He cumplido un sueño. Un reto. Estoy en el Campo Base del Annapurna tras varios días de trekking por el Himalaya de Nepal.
Enero, 2018.
Ahora mi vida es viajar y escribir. Publico un libro: «Crónicas de una cosmopolilla«, una selección de relatos viajeros en papel.
Febrero, 2020.
«Busca un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida». Confucio.
Dejé Madrid por Barcelona. Aunque sólo es un cambio circunstancial; realmente, cualquier lugar podría ser «mi oficina». De vuelta al Mediterráneo, es difícil recopilar los atardeceres que he vivido, los pueblos y ciudades, gente que he conocido, paisajes visitados en los últimos años desde aquel «salto al vacío». Soy autónoma, periodista freelance. Sigo escribiendo en mi blog y, a veces, para otros medios. ¡Me siento tan afortunada de haber convertido mi pasión en mi trabajo! Aunque a veces sea duro, aunque a veces no cuadren las cuentas, soy rica en experiencias. Soy lo que quise ser. Soy libre.
Seguiré soñando caminos….
#gomerosenelmundo
Felicidades y enhorabuena Patri. Cómo dices, el viajar lo cura todo… Realmente cierto.
Entiendo y comparto el sentimiento. Soy también viajero, pero en moto…
Felices viajes…!!
#gomerosenelmundo
Felicidades y enhorabuena Patri. Me encanta tu historia, también soy viajero pero en moto. Cómo dices, el viajar es vivir…
Cierto, es cómo el aire que necesitas para respirar… Felices viajes…!!