Ella despidió a su amor
Él partió en un barco en el muelle de San Blas
Él juró que volvería
Y empapada en llanto, ella juró que esperaría…
Cuentan que Rebeca Méndez perdió al amor de su vida, un pescador llamado Manuel, tres días antes de su boda por culpa de una tormenta. Corría el año 71. La joven estuvo varios días vestida de novia esperando en la playa; la tristeza la volvió taciturna y pasó el resto de sus días en el puerto vendiendo muñecas de trapo. Esto sucedió en San Blas, una pequeña ciudad a orillas del Pacífico en la Riviera Nayarit. Fher Olvera, vocalista del grupo Maná, escuchó la historia y la hizo canción, convirtiéndose en un gran éxito mundial. En 2015 -tres años después de muerte de la protagonista- se alzó una estatua de Rebeca y el músico en la plaza central. Otra segunda escultura en el nuevo muelle de Matanchén recuerda también a este personaje icónico que hizo famosa San Blas.
Monumento a Maná y a Rebeca Méndez
Su cabello se blanqueó
Pero ningún barco a su amor le devolvía.
Y en el pueblo le decían
Le decían la loca del muelle de San Blas…
Barcas en San Blas, Nayarit
Contenido del artículo
Visita a San Blas, un puerto en el Pacífico.
Dicen que gracias a Maná esta zona vio cómo se incrementaba el turismo: todos querían conocer el muelle de la canción. Pero hay otras muchas razones por las que visitar San Blas: rodeado de una naturaleza salvaje, en el puro manglar, es un paraíso para pajareros o amantes del avistamiento de aves. Garzas, cocodrilos y otras especies se esconden en la espesura, visibles para la gente con ganas de madrugar y paciencia. Tomar una barca al Parque Nacional de isla Isabel, a dos horas navegando, es una experiencia inolvidable: en ella anida el extraño Bobo de patas azules. Además, hay playas vírgenes abrazadas de palmeras, un ambiente relajado y deliciosa gastronomía. No lo dudes: pasar unos días en esta población nayarita es todo un acierto.
Cartel de San Blas en el nuevo muelle
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Breve reseña histórica.
Segunda mitad del siglo XVII. Es donde nos tenemos que remontar para el origen de este puerto construido por los españoles durante los tiempos de la colonia. Fundado por Nuño Beltrán de Guzmán entre 1529 y 1531, es en 1768 cuando el rey Carlos III lo reconoce como “puerto de altura”. En este mismo año, zarparon desde el muelle una misión de frailes franciscanos con el propósito de evangelizar las tierras de California, al norte. Aquí se instaló la primera aduana del Pacífico, convirtiéndose en un relevante puerto de la costa oeste.
Fuerte español en el cerro San Basilio
Testigos de aquella época: el fuerte de La Contaduría y las ruinas de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, llamada «La Marinera», en la parte alta del cerro de San Basilio. Desde los muros del fuerte hay excelentes vistas panorámicas a un mar verde de palmeras envolviendo la ciudad con el océano, al fondo. Abajo, a dos pasos del puerto, el antiguo edificio de la Aduana hoy es la Casa de la Cultura. Carácter eminentemente marinero, esta es la seña de identidad que sigue latente en esta villa.
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario
En siglos posteriores, el puerto de San Blas tuvo un papel importante en la guerra contra Inglaterra en Filipinas -de allí zarparon dos naves- y fue escenario de batallas en la Guerra de la Independencia.
El centro urbano: la plaza principal.
De vuelta al casco histórico, las calles rectas conducen al mar entre haciendas y edificios históricos. Una gran plaza central es el eje de la vida en San Blas. Dos iglesias parroquiales -la vieja y la nueva-, un quiosco de música, cafeterías… Y la estatua de “La loca del muelle” son elementos entrañables que forman parte del corazón de la villa.
Plaza principal de San Blas
En la calle Sinaloa, la que lleva a la antigua Aduana y el original muelle, se instala un mercadillo matutino de frutas, verduras, carnes y pescado fresco cada día. Puestos de artesanía, taquerías, comercios variopintos dibujan un escenario colorido y animado caminando hasta la basílica de Cristo Rey en la segunda plaza municipal. Un paseo que es puro México.
Puestos de artesanías en el centro del pueblo
El muelle de San Blas, Nayarit
Nuevo muelle de Matanchén.
Desde el aire tiene forma de cruz celta (una cruz latina con un círculo en su intersección). El cartel de “Nayarit enamora” da la bienvenida a la gran pasarela de cemento con 200 metros de longitud de un moderno muelle -construido en 2016- en cuyo centro una figura simbólica recuerda a Rebeca Méndez, protagonista de la canción de Maná. Contemplar el atardecer desde uno de sus bancos, con las olas largas del Pacífico y la maravillosa naturaleza que lo rodea en la playa de Matanchén, es el broche perfecto para una jornada de turismo, relax en la playa y/o “pajareo”.
Nuevo muelle de San Blas
Parque Nacional La Tovara.
La pura jungla rodea San Blas. Los canales de agua de los manglares con pequeños caminos entre la selva que comunican con el mar, siendo una maravillosa experiencia recorrerlos al amanecer en barca, prestando atención a las aves que despiertan y a los sonidos de la naturaleza.
Parque Nacional La Tovara
Al final del recorrido se ubica un cocodrilario, centro de recuperación y rescate de esta especie amenazada, con cientos de ejemplares de todos los tamaños.
Cocodrilo
Playas de San Blas.
El turismo masivo aún no ha llegado a esta zona del Pacífico ¡y que siga así! Un litoral con 40 kilómetros de playas vírgenes: de esto presume San Blas y con razón. Las olas son suaves y largas, ideales para practicar surf. Los bosques de palmeras enmarcan este paisaje marino donde en invierno -la estación seca- se pueden observar las ballenas jorobadas en su peregrinaje a aguas más frías. Aunque también los delfines, el tiburón ballena, tortugas y las mantarrayas son habituales en estas aguas salvajes. Algunas de las mejores playas de la zona para disfrutar de un cálido baño: El Borrego, de arena fina y dorada. La bahía de Matanchén, antiguo refugio de piratas, con playas como los Cocos o las Islitas. En la playa del Rey cuenta la leyenda que vivió el rey Naya, quien dio nombre a todo el estado. Para llegar a ella hay que tomar una barca en el famoso muelle, el viejo, al que canta Maná.
Playas de San Blas al atardecer
Sola en el olvido, sola con su espíritu, sola con su amor el mar…
En el muelle de San Blas.
Atardecer en el nuevo muelle de San Blas
Alojamiento en San Blas.
Mi recomendación: el Hotel Garza Canela. Alojamiento agradable en una gran finca de ambiente familiar, con piscina y la deliciosa gastronomía nayarita de la prestigiosa chef Betty Vázquez.
Hotel Garza Canela
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Agradecimientos: gracias a Turismo de Riviera Nayarit por invitarme a conocer esta maravillosa zona de México. Todas las opiniones y recomendaciones que he escrito en este artículo sobre San Blas están basadas en mi propia experiencia.