Sur de Barcelona provincia, comarca del Garraf. A orillas del Mediterráneo se ubica un pueblo blanco de alma marinera y tesoros modernistas. Rodeado de naturaleza y con una apasionante vida cultural, vibra en eventos todo el año. Con un centro urbano repleto de tiendas de artesanía, tabernas típicas con gastronomía excelente y por supuesto, playas cristalinas ¡no se me ocurre mejor plan de fin de semana! Te cuento lo mejor que hacer en Sitges en una escapada de un par de días para exprimir al máximo esta pintoresca localidad catalana ¡una de mis favoritas!
Planes como probar un vino de origen griego denominación única, cultivado en el Garraf desde hace más de dos milenios. Disfrutar del ambiente festivo gracias a un clima suave y templado con días soleados incluso en invierno. Un chute de arte e historia en sus museos… Creéme, Sitges es mucho más que la sede del Festival Internacional de Cinema de Cataluña -primer festival de cine fantástico del mundo-. Por su carácter abierto y cosmopolita, es uno de los destinos LGTB por excelencia en Europa. El trasiego permanente de visitantes durante todo el año ha generado un ambiente sofisticado, manteniendo su esencia. «Perderse» en Sitges ¡es un placer!
Calles del centro histórico de Sitges
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1 – Pasear por el centro histórico.
La primera visita que hacer en Sitges es su oficina de Turismo, ubicada estratégicamente junto a la estación de tren. En ella podrás informarte sobre los monumentos, lugares de interés, coger un mapa o preguntar por recomendaciones locales. ¡Siempre se consigue algún consejo útil! Después, sólo hay que comenzar a caminar por el Carrer Francisco Gumà para sumergirse en el meollo: el enjambre de callejuelas y encantadoras placitas del centro urbano de Sitges que discurren paralelas al mar.
El casco histórico de Sitges es una sucesión de travesías empedradas con casitas blancas de puertas azules, algunas con buganvillas y patios, de marcado aire mediterráneo. Desde la animada plaça del Cap de la Vila, donde se alza la Casa de la torre del Reloj, a los vestigios de las murallas de Sitges en el Carrer d´en Bosc. Pasando por el que fue antaño mercado de abastos y la casa de la Villa, hoy Ayuntamiento de Sitges. ¿Te apetece un café? Aquí se ubica una de las pastelerías con deliciosos dulces típicos: la patisseria Cafeteria Sabaté, repleta de gente local un sábado o domingo a la mañana. Por algo será.
Murallas de Sitges
Salpicada por las olas, la escalinata que conduce a la iglesia de Sant Bartolomeu i Santa Tecla lleva hasta la ermita de San Sebastián en un paseo junto al mar, atravesando el Racó de la Calma. Uno de los rincones más fotogénicos que ver en Sitges, entre el Palau de Maricel y el Museo de Maricel. Dos joyas del patrimonio histórico – artístico de esta villa que en realidad es una, ya que están unidos por un estrecho puente. Consejo: reserva media mañana para disfrutarlos con tranquilidad.
Racó de la Calma, lugares que ver en Sitges
2 – Visitar el Cau Ferrat, el santuario de Santiago Rusiñol…
No se puede hablar de Sitges sin mencionar a Santiago Rusiñol. Artista polifacético -pintor, escritor y dramaturgo- nacido en Barcelona en 1861. Tras vivir en el barrio más bohemio de París -el Montmartre- a finales del XIX con Ramón Casas, padre del Modernismo Catalán, Santiago regresó a Cataluña y fundó el Cau Ferrat en Sigtes.
Santiago Rusiñol y Ramón Casas en Sitges
Corría el año 1893 y este taller – museo cambió este pueblo agrícola y pesquero para siempre: en el Cau Ferrat se dieron cita los intelectuales de la época, trayendo de Europa las nuevas corrientes artísticas y de pensamiento. Para la creación de este espacio, Rusiñol adquirió varias casas de pescadores en el antiguo barrio de San Juan de Sitges, reformándolas por completo.
Cau Ferrat, qué visitar en Sitges
Conocido como el Templo del Modernismo, penetrar a los muros del Cau Ferrat es sentir cómo cobra vida el sueño mismo de Santiago Rusiñol: no es sólo un refugio para artistas. Es un lugar donde cada objeto -los muebles, vidrios o cerámicas- tienen su propia historia. Aquí guardó su propia colección privada de arte: pinturas, esculturas, forjados, armaduras.. Incluyendo cuadros de los grandes maestros: El Greco, Velázquez, Goya, Zurbarán, Ramón Casas o Picasso. Hoy este museo pertenece a la villa de Sitges, tal y como expresó Rusiñol en su testamento.
Cuadros de El Greco en el Cau Ferrat, qué ver en Sitges, Barcelona
3 – … Y el anexo Museo Maricel.
Pegado al Cau Ferrat -se pueden visitar juntos- el Museo Maricel forma parte del conjunto monumental. Un atracón de arte pasearse por sus salas donde se exhibe la colección del doctor Jesús Pérez – Rosales: más de dos mil obras de diferentes etapas y estilos. Un Pantocrátor románico, pinturas góticas y renacentistas, además de esculturas y cuadros modernistas.
Museo de Maricel, qué ver en Sitges
En el segundo piso del museo, hay obras de artistas sitgetanos, con algunos de los mejores lienzos de la pintura catalana de los siglos XIX y XX. Este doctor asentado en Barcelona, gran coleccionista, quiso que su colección se exhibiera en Sitges por sus lazos familiares con la villa.
Cuadros de Sitges en el Museo de Maricel
4 – Alucinar con el Palau de Maricel.
El broche de oro al mejor plan cultural que hacer en Sitges es finalizar con una visita al interior del Palau de Maricel, justo enfrente del Cau Ferrat y Museo de Maricel. A caballo entre el Novecentismo y el Modernismo, en este caso hay que hablar de Charles Deering. Filántropo estadounidense y coleccionista de arte hispánico, amigo de Rusiñol, que se enamoró de Sitges. Proyectó una gran mansión en lo que fue un antiguo hospital. Tras comprarlo por 40 mil pesetas, le encargó a Miquel Utrillo su reforma, llevándola a cabo entre 1913 y 1916. El arquitecto se fue de viaje por toda la península, trayéndose elementos de castillos medievales o conventos que estaban siendo demolidos: el balcón de Santa Coloma de Queralt o la puerta del Palau Raixa de Mallorca forman parte de esta residencia.
Patio del Palau Maricel, Sitges
¿Resultado? Un excepcional palacio ecléctico, digno de la realeza, con impresionantes salas como el Saló d’Or, el Saló Blau o el claustro cubierto de azulejos con vistas al Mediterráneo, decorado con hojas de uvas malvasía en el techo. ¿Dos curiosidades? Dicen que durante la Guerra Civil el Palau de Maricel no fue bombardeado porque al ser considerado «territorio estadounidense» Franco no quería entrar en conflicto. Para asegurarse, extendieron la bandera de EEUU en la terraza.
Por otra parte, las obras de arte que quedan en el Palau de Maricel son una muestra ínfima de las que hubo: cuando Charles Deering se enfadó con Utrillo, montó en cólera y se marchó en barco a su país, llevándose consigo todo lo que pudo. De nada valieron las súplicas de muchos habitantes del pueblo, quienes le habían cogido cariño al extravagante y rico empresario yankee.
Claustro del Palau Maricel en Sitges
¿Cómo visitar el Palau de Maricel?
Los horarios y días de las visitas guiadas están disponibles en la web de museus de Sitges. Te recomiendo que lo mires con tiempo ya que el palau permanece cerrado muchos días por acoger diferentes eventos, conferencias, jornadas o incluso bodas civiles. ¿A quién no le gustaría casarse aquí?
Palau de Maricel, Sitges
Otros museos que ver en Sitges son el Can Llopis, museo romántico ubicado en un edificio neoclásico en el mismo centro de Sitges y la Fundació Stämpfli, dedicado al arte más vanguardista.
5 – Conocer la iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla.
Sin duda la postal más reconocida de Sitges, retratada por muchos de los pintores que pasaron por la villa. Este templo de estilo barroco construida en el siglo XVII se ubica frente al mar, defendiéndose de él. Y es que estos muros con cañones hacían de bastión frente al ataque de piratas y otros enemigos. Sus dos torres asimétricas son campanarios, donde da la hora el reloj de la villa. El interior es sobrio pero no exento de arte: el altar lo preside el retablo renacentista de Sant Bartomeu y Santa Tecla, realizado por el pintor napolitano Nicolás de Credença en 1499.
Iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, Sitges
Templo principal que ver en Sitges, las fiestas mayores son en honor del santo patrón, Sant Bartomeu, el 24 de agosto. Días en que gigantes y diablos toman las calles junto con los danzantes y el fuego, protagonistas de una celebración que rinde culto a uno de los doce apóstoles de Jesús, martirizado por el rey de Armenia.
6 – Entrar a la ermita de San Sebastián.
Otro de los santuarios más visibles de Sitges, ya que se encuentra en el lado opuesto de Sant Bartomeu, en la otra cara de la playa de San Sebastián, coronando una colina. Pequeña y humilde, este templo encalado del siglo XIX forma parte del cementerio de Sitges, a sus espaldas, haciendo de capilla para los rituales funerarios. Por dentro, su decoración es sencilla pero con encanto.
Ermita de San Sebastián, qué ver en Sitges, Barcelona
7 – Una cata y visita al Centro de la malvasía de Sitges.
Monemvasía. Así se llama la ciudad del Peloponeso en Grecia de donde procede la uva malvasía original. Allá por el siglo IV a.C. llegó con los navegantes a las costas del Garraf, donde se comenzó a cultivar creando un vino fresco, dorado y salino, ligero y frutal.
Viñedos de uva malvasía en Sitges
La visita al Centro de la malvasía de Sitges permite conocer la historia de este vino tan peculiar en unas instalaciones históricas: las bodegas del hospital, del siglo XVIII. Recorrido didáctico y sabroso por los viñedos, la antigua capilla y las instalaciones, con cata final. No hay que perder la oportunidad de probar este vino único, con una producción muy local y pequeña: tienen 5 vinificaciones, una de ellas envejecida bajo el mar durante 11 meses, ya que el centro posee también una bodega experimental. A quien le guste el mundo de la enología, este plan imprescindible que hacer en Sitges le va a entusiasmar.
Centro de la Malvasía de Sitges
La visita, de un par de horas de duración, se puede reservar con cata en la web oficial: Centro de la Interpretación de la Malvasía de Sitges. Si no hay disponibles también es posible visitar el centro por libre, con acceso a la parte de museo y la tienda -donde comprar vino-.
8 – Ruta de los Indianos.
Si te gusta la arquitectura, un plan curioso y diferente que hacer en Sitges es buscar la huella de los indianos: aquellos sitgetanos que partieron a América en los siglos XVIII y XIX a hacer fortuna. Su destino, principalmente Cuba y Puerto Rico. Muchos regresaron con su misión cumplida, presumiendo de riquezas. Y qué mejor forma de demostrarlo que construyendo opulentas mansiones en el centro de la villa. Torreones como si se tratara de un palacio medieval, jardines con fuentes y palmeras y otras plantas exóticas que recordaban al «Nuevo Mundo» no podían faltar en este derroche. Hoy, forman parte de la Sitges histórica.
Casa de la torre del Reloj, lugares que ver en Sitges, Barcelons
Algunas de las mansiones de indianos en Sitges son: la Casa Folch i Torre, en la calle Davallada 13. El Palau del Rei Moro en el Carrer D’en Bosc 12. La Casa Josep Mirabent Gatell en Rafael Llopart, 2. Casa Ferret Carreras o Villa Remei, entre otras. En el Passeig de la Ribera hay varias como la Casa Simó Llauradó – hoy Hotel Celimar – la Casa Marina Planas (1908) y la Casa Isabel Ferret, de finales del XIX.
Casas de Indianos en Sitges
El mercado de Sitges: en este edificio modernista albergó hasta 2020 la Casa – Museo Bacardí. Un pequeño homenaje a uno de los indianos más ilustres de Sitges. Facundo Bacardí Massó emigró a Cuba en 1830, con tan sólo 15 años. Hijo de un comerciante de vinos, se dedicó a vender licores europeos hasta que en 1862 fundó Bacardi, el gran imperio del ron.
9 – Disfrutar de la gastronomía local.
¡Qué bien se come en Sitges! Esto no es ningún secreto. Hay restaurantes para todos los gustos y bolsillos, desde disfrutar de un arroz con vistas al mar a unas tapas en una taberna típica. Además, en los últimos años numerosos locales se han sumado a preparar platos con productos frescos, de temporada y cercanía. Otros -como el chef de la Nansa- han investigado para recuperar recetas tradicionales del Garraf. Restaurantes recomendados en Sitges por la gente local (a quien siempre hay que preguntar):
- El restauranteLa Nansa, en pleno centro histórico y con decoración marinera. No hay otro más clásico en Sitges. Ideal para probar el arroz a la sitgetana.
- El Picnic, propuestas innovadoras a pie de mar con buena calidad.
- La Salseta, local encantador, con una carta 100% slow food.
- El Pou: tapas sabrosas y elaboradas en un bar con una antigua bodega de malvasía.
- Para unos vinos (o cañas) y tapas: el Cable Bar. ¡De toda la vida!
- Montroig Café: bar joven y amplio con terraza para picar algo rápido tipo bocata (bueno y barato) o simplemente un té o café de media tarde.
Arroz a la sitgetana en el restaurant La Nansa
Consejo: reserva si vas a ir en fin de semana. Los restaurantes más populares se suelen llenar. En cuanto a los platos que no te puedes perder: el arroz a la Sitgetana, una variedad local de arroz meloso que incluye pescado, carne y marisco. Otro plato típico de invierno es el xató, una especie de ensalada a base de bacalao desmigado, escarola, anchoas y aceitunas. ¡Siempre acompañado de un malvasía de Sitges!
10 – Asistir a alguno de sus eventos culturales y festivales.
Seguro que es pensar en Sitges y viene a tu cabeza el festival internacional de cine fantástico. Y es que este evento pionero en el mundo del celuloide es todo un referente en el sector de la ciencia ficción y el terror, con unas cuantas décadas a sus espaldas: la primera edición fue en 1968. Tampoco se queda atrás el famoso carnaval de Sitges ¡un despliegue de imaginación, música y color!
Además de Fiestas Mayores, goza de muhca popularidad la fiesta del Orgullo LGTB celebrada en junio, con desfile de carrozas, espectáculos y conciertos. En este mismo mes alfombras de flores cubren las calles con motivo del Corpus Christi. ¡Ya avisé que Sitges puede presumir de una vida cultural apasionante! Por mi parte, he asistido al Sitges Creative Connexions Ireland, un festival de cultura irlandesa que con más de una década acerca la Isla Esmeralda a través de performances y conciertos de música folk y celta. Qué ilusión escuchar el sonido de gaitas o arpas por las calles y bares de Sitges. Casi como estar en Galway o Dublín pero bajo el sol mediterráneo ¡qué maravilla!
Festival Sitges Creative Connexions Ireland, planes que hacer en Sitges
11 – Vivir la vida nocturna de Sitges.
Calle 1 de mayo. Ese es el epicentro de la intensa vida noctura en Sitges. Dicen que el sobrenombre de calle del Pecado -donde se asientan la mayoría de pubs y discotecas del centro urbano de Sitges- proviene de las exclamaciones que hacía la gente local «Quin pecat» al ver cómo se paseaban ligeras de ropa las encadinavas que veraneaban en Sitges en los años 60… Leyenda o realidad, lo cierto es que el ambiente de esta travesía está especialmente animado durante el fin de semana. ¡La noche es joven en Sitges!
12 – Visitar el santuario de la virgen del Vinyet.
El santuario del Vinyet es un templo ubicado a las afueras de Sitges -zona de Terramar- y fuertemente vinculado a los indianos. Cuenta la tradición que la imagen de la virgen fue hallada entre las viñas -de ahí el nombre-. La talla se convirtió en protectora de los navegantes o viajeros que zarpaban rumbo a las Américas. Por lo que comenzaron a llevar a la virgen exvotos con reproducciones de sus naves como ofrenda: hoy pueden verse flotando alrededor de la nave principal.
Exvotos en el santuario de la virgen del Vinyet, qué ver en Sitges
13 – Caminar por el paseo Marítimo hasta los jardines de Terramar.
Sitges, años 20. En esta década se construyeron muchas de las casas y mansiones del barrio de Terramar, como parte de la Ciudad – Jardín. Un proyecto urbanístico para acoger a la burguesía catalana que se acababa de sumar a la moda del veraneo en zonas del interior de Cataluña con aguas termales como La Garriga. Pero cada vez más a pie de mar. Sitges se convirtió en uno de los destinos favoritos de aquellos primeros turistas. Para ellos se creó un gran conjunto residencial en una zona que antaño eran dunas y viñedos, en torno a un largo paseo marítimo. Dentro del proyecto se incluyó una zona de jardín con árboles y estanques: los jardines de Terramar.
Jardines de Terramar, lugares que ver en Sitges
Caminando desde el centro de Sitges es un agradable paseo de un par de horas: se puede extender la ruta hasta la Riera de Ribes, pasando junto al Autòdrom. Inaugurado en 1923, es el primer circuito cerrado de carreras de automóviles y motocicletas de España. Toda una atracción del pasado que llega hasta nuestros días, ya que se siguen celebrando eventos relacionados con el mundo del motor.
14 – Disfrutar de sus playas.
Es una redundancia decir que uno de los mejores planes que hacer en Sitges es disfrutar de sus playas, especialmente en época estival. Urbanas y concurridas, son de arena dorada y largas olas. Aunque también hay calitas más tranquilas. La de San Sebastián, la playa urbana en el centro de Sitges es la más frecuentada. Así como la de Estanyol, en el paseo marítimo. Pero también Sitges tiene playas familiares y tranquilas como la de la Marina d’Aiguadolç. Y otras más diversas como Cala Balmins o Bassa Rodona. También hay playas naturistas: es el caso de la Desenrocada o la playa del Muerto. Vírgenes y con dunas como Cala Ginesta o Cala Morisca, a medio camino entre el poblado de Garraf y Sitges. En resumen: el amplio litoral de Sitges da para playas para todos los públicos, donde cada cual encuentra su espacio. Lo importante, disfrutar del sol, el mar ¡y olvidarse de todo! Sigtes es el lugar adecuado gracias a su clima benigno.
Playa de San Sebastián, Sitges
15 – Otros barrios de Sitges: el poblat mariner de Sitges y las casetas de Garraf.
¿Más rincones que conocer en el municipio de Sitges? Si aún te sobra tiempo en esta escapada, hay dos rincones de esencia marinera poco turísticos: el puerto de Aiguadolç -Port de Sitges- con sus callejuelas y plazas, manteniendo la esencia de poblado pesquero. Y el anejo de Garraf, con la pintoresca playa de las casetas, donde el tren de cercanías hace parada rumbo a Barcelona (consultar horarios) ¡Ideal para ver el atardecer! Sea cual sea la elección, Sitges, en cualquier época del año ¡es un planazo!
Planes que hacer en Sitges todo el año
Datos prácticos para visitar Sitges: ¿cómo llegar a Sitges desde Barcelona?
La distancia de Barcelona a Sitges es de tan solo 38 kilómetros, ¡está muy cerca! Sin duda, una de mis escapadas en tren desde Barcelona favoritas, ¡voy varias veces al año!
- En coche por la autopista de peaje C-32 se tardan unos 45 minutos. ¿Dónde aparcar en Sitges? Hay un parking gratuito en calle Mestre Manuel Torrents, a 15 minutos andando del paseo Marítimo.
- En tren de cercanías (R2 Sud) sale de la estación de Francia, con parada en Passeig de Gracia y Sants. El trayecto es de unos 40 minutos y hay bastante frecuencia (4 trenes por hora). Puedes consultar los horarios en la web de rodalies de Catalunya.
- Hay autobús público también de Barcelona a Sitges, sale de Plaza Espanya.
Alojamiento recomendado en Sitges.
Yo me alojé en un precioso hotel histórico -en un palacio modernista reformado antaño casa de un indiano- con piscina y todas las comodidades, en pleno centro: el Hotel Medium Sitges Park. ¡Lo recomiendo 100%!
Hotel Medium Park Sitges
Más información sobre lugares que ver y planes que hacer en Sitges en la página oficial de turismo: Sitges Any Time.
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Agradecimientos: muchas gracias a Turisme de Sitges por invitarme a disfrutar del municipio durante la celebración del festival Sitges Creative Connexions Ireland. Todo lo que he escrito en este artículo sobre planes que hacer en Sitges en un fin de semana está basado en mi propia experiencia.
