Bienvenue à Nantes. La capital del País del Loire, región al oeste de Francia de aires marineros y ciudad natal de Julio Verne. El universo, la fantasía de este genio y visionario impregna gran parte de los principales lugares que ver Nantes: desde las callejuelas del centro histórico a la irreverente Isla de las Máquinas en el gran Loira. Mi consejo: alquila una bici para recorrerla. Si además es verano disfrutarás del arte urbano itinerante gracias al festival conceptual Le Voyage à Nantes, celebrado desde primeros de julio a mediados de septiembre.
El Loira y la isla de las Máquinas
Visitar la ciudad de Nantes y pasar un día en ella es una magnífica idea. Por su ubicación y buenas conexiones, es la puerta ideal para hacer una ruta por la Bretaña francesa o los famosos castillos del Loira. No hagas como yo: la primera vez que volé a Nantes pasé de largo y me fui directa a la coqueta Rennes. Error. Nantes es cosmopolita, divertida, universitaria y animada: solo por conocer la original isla de las Máquinas merece la pena. Créeme: el arte y la sorpresa esperan en cada esquina.
Estatua a Julio Verne en Nantes
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Sitios que visitar en Nantes en un día.
Empezaremos el recorrido por el castillo de los duques de Bretaña, regia fortaleza con varios siglos de Historia acumulada entre sus muros. Seguiremos explorando el centro histórico alternando vanguardias artísticas con edificios clasicistas o de puro Art Decò. El Loira nos indicará el camino a seguir hasta el museo de ese soñador llamado Julio Verne. Sorpresa y emoción a cada esquina.
Nota: si es la primera vez que visitas la ciudad, te recomiendo hacer un free tour por Nantes.
Alojamiento recomendado en Nantes.
En mi viaje a Nantes me hospedé en el Voltaire Opera Nantes Centre, un hotel boutique muy acogedor con excelente desayuno a tan solo unos metros caminando de la plaza Graslin.
Hotel Voltaire Opera en Nantes
Castillo de los duques de Bretaña.
El principal monumento que ver en Nantes es este imponente castillo amurallado, con foso y torreones. La fortaleza se construyó en el siglo XV como palacio ducal y fue usado por la monarquía francesa durante el verano. Lo mejor es que se puede acceder al Patio de Armas y pasear por la parte exterior de las murallas, con bonitas vistas a la ciudad, de manera gratuita. El castillo tras la Revolución Francesa fue usado como prisión, búnker durante la Segunda Guerra Mundial y hoy su interior está abierto al público con un uso mucho más lúdico y didáctico: alberga el Museo de Historia de Nantes. Nada menos que 32 salas con exposiciones, objetos de diferentes épocas y una visión global sobre la historia de la ciudad. Una urbe que conserva su pasado medieval, industrial y en los últimos años se ha volcado en las vanguardias artísticas.
Castillo ducal en Nantes
La Torre LU.
A pocos metros caminando del castillo ducal se yergue un edificio emblemático en aquella época de eclosión industrial de Nantes. Fue fábrica de galletas en el siglo XIX y XX -donde se inventaron las famosas y deliciosas galletas Príncipe- y hoy conserva su silueta de edificio modernista. Sin embargo, su interior se ha transformado en centro cultural y de ocio para locales y turistas: hoy hay galerías de arte, bares y restaurantes.
Torre Lu, qué ver en Nantes, Francia
Jardín de las Plantas.
Invernaderos de la Belle Epoque, con bellas estructuras de cristal, reflejan la luz del sol entre estanques repletos de aves acuáticas y senderos de árboles y flores. El Jardín Botánico de Nantes es un magnífico lugar de recreo donde buscar la tranquilidad en medio de la urbe, para pasear, leer o evadirse. También es jardín de juegos con toboganes y bancos gigantes entre otros divertidos cachivaches que se instalan bajo la mirada de la estatua de Julio Verne.
Jardin des Plantes, Nantes
Catedral de San Pedro y San Pablo.
Sobre el templo románico que presidía la ciudad se construyó una mayor catedral gótica, más adecuada para la importancia y el prestigio de la ciudad de Nantes, lugar de residencia de los duques de Bretaña. Su interior alberga el sepulcro de Francisco II de Bretaña y Margarita de Foix, promotores del templo y padres de Ana de Bretaña, quien llegó a ser reina de Francia. Las obras de la catedral comenzaron en 1481 y no concluyeron hasta finales del siglo XIX: más de 450 años para el templo católico más relevante que ver en Nantes. Aunque actualmente está cerrada por restauración.
Plaza y barrio de Bouffay.
Estamos en el corazón de Nantes: la villa medieval y centro histórico. Las estrechas travesías discurren en un trazado un tanto laberíntico donde los sentidos se agudizan. Olor a rico crepe recién hecho, a café, a pizza en sus múltiples terrazas y restaurantes con un genial ambiente. Tiendas de ropa, souvenirs, comercios tradicionales… Entre los que se conservan algunas de las casas de arquitectura típica de la zona con entramado de madera en sus fachadas. No llega a tener el encanto de Rennes, la capital de la Bretaña, donde hay muchísimas, pero vale la pena el paseo. En este distrito es de obligado paso la plaza de Bouffay, en cuyo centro destaca una original escultura de bronce: Éloge du pas de côté.
Plaza Bouffay, qué ver en Nantes, Francia
La plaza Real y basílica de San Nicolás.
Esta plaza neoclásica diseñada en el siglo XVIII recuerda a la arquitectura parisina con un campanario de fondo: es la basílica de San Nicolás. Alrededor de la monumental fuente, alegoría de la vida fluvial y marítima de Nantes, se celebran tertulias artísticas y políticas, siendo uno de los escenarios elegidos para obras de arte urbano durante Le Voyage. En este caso, por un efímero naufragio.
La plaza Real, Nantes
Galería Pommeraye.
El pasaje Pommeraye es otro de los sitios obligados que ver en Nantes: son unas galerías comerciales cubiertas de cristal de inspiración parisina. Construidas en el siglo XIX, la elegancia de sus estatuas, la escalinata, sus comercios tradicionales y el estilo Art-Decó hace que sea uno de los lugares más fotogénicos de la ciudad. ¡Mejor madrugar y sacar fotos antes de que abran las tiendas!
Plaza Graslin.
Sin caminar -o pedalear- muy lejos, encontramos uno de los núcleos donde palpita la vida de Nantes: un teatro neoclásico del siglo XVIII, el restaurante modernista de La Cigale -lugar mítico donde comer en la ciudad- y cafeterías y pubs donde pasar un buen rato y mezclarse con la gente local. Ya dije que la ciudad goza de un ambiente universitario y cultural envidiable.
Restaurante La Cigale, Nantes
Museo de Julio Verne.
1828. En una Nantes marinera a orillas del Loira, poco antes de desembocar en el océano Atlántico, nació Julio Verne. El espíritu cosmopolita y portuario acompañaría desde niño al futuro escritor alentado su alma viajera e imaginación. Padre de la literatura de Ciencia Ficción, el autor de «La vuelta al mundo en ochenta días», «De la Tierra a la Luna» o «Veinte mil leguas de viaje submarino» tiene su propio museo en su ciudad natal. Un homenaje a su figura y a su obra a través de carteles, cartas, objetos… Que en varias salas y un pequeño jardín nos hacen soñar con esas historias imposibles cuando las escribió, pero que luego se hicieron realidad.
Museo Jules Verne, qué ver en Nantes
«Pero, ¿qué había ganado con esa excursión? ¿Qué había traído de su viaje? Nada, se dirá. Nada, enhorabuena, a no ser una linda mujer, que, por inverosímil que parezca, le hizo el más feliz de los hombres. Y en verdad, ¿no se daría por menos que eso la vuelta al mundo?»
Museo de Julio Verne en Nantes
El Jardín Extraordinario.
Un balcón al Loira semejante a un «nido». El árbol lunar. Cascadas, parterres, senderos escondidos en un jardín vertical es una de las obras permanentes de «El viaje a Nantes» inspirado en el universo Verne.
El Nido desde el Loira
Isla de las Máquinas.
El lugar más espectacular que ver en Nantes tanto para adultos como para niños. En esta isla de los prodigios y donde cobra vida la fantasía se puede saltar buscando atrapar la luna, jugar con la óptica y la perspectiva, tomar un refresco en uno de sus locales alternativos pero sobre todo, admirar las máquinas autopropulsadas que se pasean por ella. Moscas gigantes, arañas, pájaros autómatas y la gran estrella: el Gran Elefante, cuya estructura de hierro puede soportar hasta 50 pasajeros. Todas ellas «duermen» en la galería o pabellón de las máquinas, lugar de ensueño o pesadilla según se mire.
El gran elefante, la isla de las Máquinas, sitios que ver en Nantes
Además de visitar el pabellón de las Máquinas, no hay que perder la oportunidad de subirse al Carrusel de los mundos marinos: con varios niveles en este carrusel las criaturas oceánicas «flotan» a 50 metros de altura.
Pabellón de las máquinas
Barrio pesquero de Trentemoult.
Podemos acabar la jornada visitando la pequeña villa marinera de Trentemoult, a orillas del Loira, bien en bicicleta o tomando el barco. Barcas, casitas en tonos pastel, coquetos restaurantes y cafeterías trasladan a la calma de lo que fue antaño aquella Nantes de pescadores, colorida y pintoresca.
Bici en el Loira, Nantes
Hasta aquí los imprescindibles de Nantes si pasas un día o día y medio en la ciudad. Si tienes más tiempo para disfrutar de la ciudad, te recomiendo que visites alguno de sus museos, como el Memorial de la Abolición de la Esclavitud, el museo de Historia Natural, ubicado muy cerca del agradable Cours Cambrone. Entre la catedral y el Jardín Botánico se ubica el Museo de Arte. Otra idea que hacer en Nantes y alrededores: tomar el barco al Saint-Nazarie, un bonito paseo fluvial por el estuario del Loira entre curiosas intervenciones como una casa semihundida en el río. Y es que el Arte ha conquistado el río más largo de Francia dándole alegría y vida con las creaciones más sugerentes.
Mapa de lugares que ver en Nantes:
- Castillo de los duques de Bretaña.
- Torre Lu (Le lieu Unique).
- Jardín de las Plantas.
- Catedral de San Pedro y Pablo.
- Plaza Bouffay.
- La plaza Real e iglesia de San Nicolás.
- Pasaje Pommeraye.
- Plaza Graslin.
- Museo de Julio Verne.
- Jardín Extraordinario.
- Isla de las Máquinas.
- Barrio pesquero de Trentemoult.
Mapa de lugares que ver en Nantes. Puedes ampliarlo en Google maps.
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