Una foto de fondo verde es la primera que tomo de isla Mauricio desde el aire, recortada por el ala del avión. Me revuelvo nerviosa en el asiento. Por fin, tras doce horas de vuelo, vamos a aterrizar en ese puntito en medio del Índico, al este de Madagascar. Nos espera una semana intensa, emocionante y divertida, en la que un nuevo sello de un dodo será nuestro pasaporte a la aventura en las tierras del trópico, hemisferio sur.
¡No viajes a Isla Mauricio sin seguro de viaje!
Aunque es muy seguro viajar a Mauricio, además de que es obligatorio llevar un Seguro de Viaje con coberturas COVID-19 desde la Pandemia, por lo que pueda pasar (cancelaciones, robos, necesidad de atención médica o incluso hospitalización…) Yo recomiendo contratar MONDO Seguros de viaje. Tiene coberturas COVID-19, chat médico disponible 24 horas en la app móvil y llamadas desde el extranjero gratuitas. Si lo compras a través de mi web tendrás un 5% de descuento. Lo puedes conseguir pinchando en esta imagen:
«Vacaciones blogger» en Mauricio.
Cuando Bthetravelbrand publicó el concurso «Vacaciones Blogger» en el que regalaban un viaje a isla Mauricio a cuatro bloggers de viajes no pensé otra cosa que «un sueño» para mí: los afortunados acompañarían a Iosu López de Mochileros TV a recorrer la isla de forma libre. El objetivo, descubrir esa otra Mauricio más allá del resort y del «todo incluido». La alegría que sentí al ser elegida junto a Irene de Tragaviajes, Jose de El viaje me hizo a mí y Sara de Viajar lo cura todo fue indescriptible. ¡Listos para partir!
Contenido del artículo
Mauricio, la isla multicolor.
Nuestra semana en Mauricio ha sido sencillamente maravillosa. Y, como todo lo bueno, ha transcurrido volando. A la vuelta del paraíso me traigo la retina impregnada de fogonazos que podría reproducir como una película a cámara rápida, en fotogramas a color con mil matices. Como siempre que voy a un país tropical, no deja de asombrarme la intensidad del colorido, la diversidad de gamas cromáticas. Es como si aquí en Europa viéramos el mundo cubierto por un filtro grisáceo, que allende los mares gracias a la lluvia desaparece.
Mauricio es AZUL…
Cian en la orilla del océano, translúcido, salpicado de trazos de sol, por donde se desliza el catamarán en el que navegamos con música chill – out y cervezas hasta la paradisíaca isla de los Ciervos.
Azul turquesa con vetas irregulares, como pintadas por un artista caprichoso. Cobalto cada vez más oscuro y agitado tras la barrera de coral, que separa la inmensidad del océano de las lagunas coralinas de aguas cristalinas y cálidas, incluso en su «invierno».
Mauricio es VERDE…
Verde esmeralda en las profundidades de la selva, que por tramos se apretuja a las montañas sin querer dejar pasar la luz. En los frondosos arbustos por los que campan monos a sus anchas, mirándote con extrañeza.
Verde claro en las hojas de las palmeras esbeltas que nos regalan esa postal paradisíaca que venimos a buscar después de hojear los catálogos. Verde brillante en los campos de cañas de azúcar que se extienden en las planicies hasta el horizonte.
Verde profundo en los acantilados de lava por donde salta el mar en Gris Gris, «La roca que llora», al sureste de la isla, transportándome por un momento a los paisajes del Cantábrico.
Mauricio es AMARILLA…
Dorada como la Allamanda, esa flor acampanada que crece en los márgenes de los caminos y que sirve a los peregrinos hindúes como ofrenda a sus dioses en los templos de Grand Bassin, la pequeña India de Mauricio, en torno al lago sagrado.
En Mauricio la mayoría de sus habitantes profesan la fe hindú, casi un 60%, conviviendo también con musulmanes y cristianos en un ejemplo de paz y tolerancia.
Rubia como la Phoenix, la cerveza local fresca y espumosa que tantos ratitos de risas y felicidad nos ha dado.
Mauricio es MAGENTA…
Como el tejado que cubre la iglesia de Cap Malheureux, el punto más al norte, un mirador a la bahía recortada por cuatro islotes.
Como las nubes rosáceas que tiñen el cielo al amanecer desde mi privilegiado balcón en el hotel Riu Le Morne, mi casa en la isla.
Bermellón en las frutas y flores que colorean los mercados de Quatre Bornes y Curepipe, en el interior del país. Allí donde el turista es una mera anécdota.
Mauricio es MARRÓN…
Color tierra, que se mimetiza en las tortugas de Chamarel, unos de los seres más sabios y viejos del planeta.
Madera en el esqueleto de los barcos en miniatura, pequeñas obras de arte que arman con paciencia los artesanos de la fábrica de maquetas navales en Curepipe, una de las tradiciones del país.
Mauricio es BLANCA…
Como agua que corre y se precipita en forma de cascada entre la selva, en negras gargantas o muriendo en el mar.
Mauricio es ARCOIRIS…
Una luz mágica que nos acompañó a diario, decorando el cielo en los ratos de lluvia y sol.
Arcoiris reflejado en los alegres trajes de los mauricianos. En sus rostros de sonrisa permanente.
Siete colores en la Tierra de Chamarel, donde una extraña composición de arena se pliega en una fantasía bizarra.
Multicolores sus platos de comidas especiadas y aromáticas, donde predominan el curry y el cilantro, el pescado y los vegetales, acompañados de fideos o arroz. Una simbiosis entre África y Asia que confunde a mi paladar.
Tonos dulces encerrados en cristal, donde se derrite el hielo a cada sorbito con sabor a vacaciones, a verano que acaba de empezar.
Sí, en Mauricio la vida es sueño. Continuará…
Gracias a B The Travel Brand por esta increíble oportunidad de conocer isla Mauricio.
Gracias a mis compañeros de ruta por hacer de #VacacionesBlogger un viaje inolvidable.
26 comentarios en “Mauricio, la isla multicolor”
Menuda pasada de viaje Patri, me alegro mucho que te tocase y que además disfrutases tanto con el viaje. La verdad es que a juzgar por las fotos y las descripciones, la visita mereció la pena. Gracias por acercarnos el lugar con el que todos soñamos.
Un abrazo
Carmen
Muchas gracias, Carmen. Lo he disfrutado muchísimo y como tú dices es un lugar soñado.
Un abrazo
Enhorabuena por el premio y por el post! 🙂
Es un lugar increíble y lo has descrito muy bien a traves de los colores. Me quedo con la imagen de la cascada de Chamarel, es impresionante.
Un saludo!
¡Muchas gracias, Jose! La verdad es que ha sido un súper premio y un viajazo, muy feliz que estoy de haber ido a Mauricio. Seguiré escribiendo y contando más cosas de este increíble lugar. Un saludo
Vaya lujo de viaje y que tan bien transmitido. Que suerte que te tocara este viaje, la verdad que por la fotos la isla es preciosa. Gracias por compartirlo y acercarnos un poco más a los que todavía no hemos ido. Un abrazo
Muchas gracias, Belén. Me alegro de que te haya gustado 🙂