«No encontrarás un arco iris si estás mirando hacia abajo», solía decir Charles Spencer Chaplin, más conocido como Charlie Chaplin o Charlot. El actor, director, guionista, humorista y productor encontró su arco iris particular al borde del lago Lemán, rodeado de los Alpes suizos, en el pueblo de Corsier-sur-Vevey. Corrían los años 50 y el afamado protagonista de Tiempos modernos y El gran dictador huía de la Caza de Brujas de MacCarthy. El rincón escogido para pasar los últimos 25 años de su vida fue una finca de catorce hectáreas a las afueras de Vevey. En la mansión Manoir de Ban murió el día de Navidad de 1977 rodeado de los suyos. Cuarenta años después, se inauguró Chaplin´s World. Un museo dedicado a la vida y obra de este genio que sigue haciendo reír con sus muecas en blanco y negro generación tras generación.
Este mágico mundo es uno de los rincones más fantásticos que ver en una ruta por Suiza que tenga en el itinerario el lago Lemán.
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Chaplin´s World, el museo de Charles Chaplin en Vevey.
¡Luces, cámara y acción! La historia del cine del S.XX no sería la misma sin las películas de Charlot. Así lo recuerda el gran teatro de 140 localidades que da la bienvenida en Chaplin´s World. Desde la butaca roja observo escenas que recuerdo de la infancia, mundialmente conocidas, que forman parte del legado cultural del Séptimo Arte. En el inmenso jardín de la residencia Chaplin como parte de su museo se ha instalado un enorme estudio de Hollywood donde la fábrica de sueños cobra vida. Un salto al otro lado de la pantalla. A ese mundo en blanco y negro que pretendía, a través del humor, concienciar.
Porque Chaplin siempre estuvo del lado de los débiles. Nunca dejó de ser ese pequeño que vivió en un orfanato para niños pobres de Londres. En sus películas siempre hubo espacio para la protesta por la tiranía y la desigualdad. También para el amor y la ternura. Así se recrea fielmente en los tres mil metros cuadrados de museo, donde es posible integrarse en un escenario de cartón piedra como un personaje más.
La barbería de El gran dictador.
Se abre la puerta del plató. Un niño mendigo de cera increpa a sus visitantes. Paso a paso me encuentro con la grandiosa máquina de Tiempos Modernos. La floristería sin olor de Luces de la Ciudad. La casa humilde de La quimera del Oro. O la barbería de El gran dictador. Un despliegue técnico y sensorial para pasar unas horas dentro de El mundo de Chaplin. Un mundo de sueños, de fantasía, que se transforma en tecnicolor casi cien años después. Chaplin´s world es un paraíso para amantes del cine clásico como yo.
«Mirada de cerca, la vida es una tragedia. Pero vista de lejos parece una comedia». Charles Chaplin
«Todos somos aficionados, la vida es tan corta que no da para más» Charlie Chaplin.
La casa de Charles Chaplin en Vevey.
De vuelta a la realidad. Anexa a los estudios la mansión donde vivió Charles Chaplin con su familia es hoy una casa museo. Adentrarse por sus salones, escalinata, baños y alcobas es asomarse a la intimidad de esa persona que se mostraba al mundo tras el personaje de Charlot. Fotografías de familiares y amigos, objetos personales… Y la sombra de la presencia de quien buscaba la inspiración en la naturaleza, contemplando desde los ventanales la luz sobre el lago Lemán. Junto a Montreux, el refugio de Freddie Mercury, uno de los rincones más encantadores de los Alpes suizos.
Chaplin nunca se fue. Sigue vivo a través de sus cintas. Sólo hay que encender el proyector para verlo de nuevo brillar, eterno Charlot.
«…Y al fin y al cabo, la vida es maravillosa si no se le tiene miedo». Chales Chaplin
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