La atmósfera opresiva de Gilead, país de la serie más distópica de HBO, flota en el pasillo recubierto de madera de la Casa Loma. Esta mansión neógótica al norte del Downtown ha servido de plató cinematográfico en múltiples ocasiones: aquí se ha rodado el «Cuento de la criada» o la saga de los «X-Men» entre otras. Si eres un friki del cine y te gustan los lugares singulares, esta casa es uno de los lugares imprescindibles que ver en Toronto. Torreones, jardines, salones, biblioteca… Un escenario de otro tiempo fruto del sueño de un caballero de origen británico a principios del siglo XX. ¿Me sigues a descubrirla?
Visita a la Casa Loma, Toronto
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Visita a la Casa Loma, una mansión de cine.
La línea 1 del metropolitano de Toronto apenas tarda 12 minutos en completar el trayecto desde la estación de Union a la parada de Dupont. En este barrio de la mayor urbe que ver en Canadá no faltan las casas elegantes, mansiones lujosas que se adivinan tras los muros y setos. Una de las más elegantes es la Casa Spadina, donde vivió la familia Austin desde 1866. Con sus preciosos jardines y estancias de estilo Art Decó, hoy transformada en el Museo Spadina es una de las visitas que hacer en Toronto. Aperitivo de lo que espera justo al lado: su vecina Casa Loma te dejará alucinada.
Consejo: si quieres visitar este castillo neogótico en Toronto, puedes reservar tu entrada a la Casa Loma en este enlace.
Breve historia de la Casa Loma.
Antes de cruzar el umbral de esta opulenta residencia – palacete neogótico, hay que hablar de su impulsor y primer propietario: Henry Pellatt. Nacido en Kingston, Ontario, en 1859, heredó de sus padres británicos la nostalgia y el estilo de aquella isla al otro lado del mar de donde procedían sus ancestros. Algo que se acrecentó en sus variados viajes por las principales ciudades europeas. De joven trabajó con su padre en el negocio familiar y en la temprana veintena, Henry se casó con Mary Dodgeson. Visionario empresarial, comprendió el gran futuro de la electricidad por lo que en 1883 fundó la Toronto Electric Light Company. En pocos años pasó a controlar todo el alumbrado público de la ciudad. Gracias a las ganancias obtenidas en sus acciones de la Canadian Pacific Railroad, en plena expansión por el Oeste de Canadá, en 1902 obtuvo un permiso para construir la primera central hidroeléctrica canadiense en las cataratas del Niágara.
Henry Pellatt
Además de empresario, Henry era un apasionado de las bellas artes y la arquitectura. Con una fortuna personal de 17 millones de dólares, adquirió en 1911 un gran solar a las afueras de Toronto, en un promontorio separado del Old Town. Su sueño: hacer realidad la «Casa en la Colina» o Casa Loma. Un castillo romántico al estilo de los palacios de piedra escoceses. El arquitecto designado para el proyecto: E. J. Lennox. Dicen que se inspiró en el mismo castillo de Balmoral en las afueras de la ciudad de Aberdeen.
Este castillo es una ruina.
Tal y como se ve en una visita a la Casa Loma, Henry Pellatt no escatimó en gastos: dilapidó su fortuna en este palacio, para la que compró obras de arte de todo el mundo. En su momento, Casa Loma fue la residencia privada más grande de toda Canadá, y a buen seguro una de las más lujosas. Todas las personas de Toronto de la época hablaban de ella y se morían por ser invitados a alguna de las fiestas que organizaba Lady Pellatt. Sir Heny -nombrado caballero por los servicios prestados en el ejército al servicio de su majestad- se arruinó con este castillo. Consiguió su Camelot particular pero a costa de la bancarrota. No sólo por lo que le costó la obra en sí: para su mantenimiento necesitaba no menos de 40 personas entre sirvientes, cocineros, jardineros…
Casa Loma, un palacio neogótico en Toronto
Antes de deshacerse de su palacio, Henry recurrió a los préstamos bancarios: intentó hacer frente a los gastos de su lujosa forma de vida primero hipotecando la empresa y, más tarde, con la especulación del terreno de alrededor de Casa Loma. Pensó que, dada la fama, muchos nuevos ricos con gusto querrían ser sus vecinos. Pero no contaba con el revés que supuso para la economía la Primera Guerra Mundial. Con una altísima deuda, no le quedó otra que asumir su derrota y subastar su preciado tesoro, la Casa Loma o el castillo de sus sueños dominando Toronto. Los Pellant volvieron a su granja en Kingston, donde fallecerían poco después.
De palacio a museo.
Los siguientes años de la Casa Loma fueron de incertidumbre. La arrendó William Sparling, eminente hombre de negocios, con el proyecto de construir un hotel de lujo con 96 suites… Pero no salió adelante. Con la gran depresión del 29, Casa Loma volvió a quedar libre y pasó a manos municipales: la compró la ciudad de Toronto por 27 mil dólares. Mucho menos de los más de 3 millones que costó a su creador. Converirla en escuela, galería de arte, museo o incluso hogar para veteranos de guerra eran las ideas iniciales… Triunfó el uso turístico. Actualmente, una corporación privada, Liberty Entertaiment Group, tiene una concesión para explotar la Casa Loma. Eventos, películas y visitas de curiosos y turistas son el empleo de las pomposas estancias que disfrutaron hace un siglo los señores Pellatt. Pasen y vean.
La biblioteca, visita a la Casa Loma en Toronto
Primera planta.
La visita a la Casa Loma comienza, tras el recibidor, por un pasillo revestido en madera -inspirado en el castillo de Windsor-. Este distribuye a lo largo de las diferentes estancias: el gran salón, con un techo de 60 metros, tiene esculturas en sus pilares. La biblioteca es inmesa: en el techo aparece el escudo de armas de los Pellatt. Junto a ella el comedor, con una delicada madera de nogal circasiano.
Estudio de Henry Pellatt
La sala de música es una belleza, con mármol italiano y un avanzado sistema de tuberías de vapor para dar calor a flores y plantas en invierno, cuando la ciudad de Toronto es presa del hielo y la nieve. En la sala de servicio, donde la familia tomaba el desayuno, se mantienen los muebles originales de los Pellatt. La planta baja también tiene el estudio de Henry Pellat, una sala de fumadores -donde los hombres se retiraban a jugar al ajedrez o a las cartas- y una sala de billar.
Techo de la sala de música
Segunda planta.
La escalera conduce a la planta más íntima de la familia Pellatt: el dormitorio de Henry y su baño privado de mármol de Carrara, el más caro de la época. En las paredes de caoba y la chimenea había un pequeño hueco invisible, para guardar documentos u objetos valiosos. La habitación de Lady Pellatt está pintada en azul Wedgwood, color de la realeza británica. Como curiosidad, el baño de Mary tiene un bidé, algo muy novedoso en aquella época. La planta noble también tiene suite de invitados y la Sala Windsor: uno de los sueños de Henry era alojar algún día a la casa real.
Dormitorio en la Casa Loma
Planta superior, torres y terrazas.
Pero aún hay más ¡la visita a la Casa Loma puede demorar toda una mañana! En la tercera planta encontramos el Queen´s Own Rifles Museum. Aquí se aborda la faceta militar de Henry Pellatt, donde llegó a ser nombrado Mayor del ejército. De hecho, a menudo invitaban a la banda del regimiento para entretener a los invitados de las fiestas organizadas en la Casa Loma. Tenían que ser todo un espectáculo. En la parte más alta de la casa también están los cuartos del servicio -criadas, mayordomos- mucho más humildes y la subida a las torres y terrazas. ¡Vistazas sobre la ciudad de Toronto!
Visita a la Casa Loma en Toronto
Nota: echa un vistazo a este artículo: Un día en las islas de Toronto.
Los exteriores de la Casa Loma también son de un derroche exquisito: fuentes, cenador, parterres, flores… El colorido y la variedad de plantas alcanza su cénit al final de la primavera, cuando se celebran eventos relacionados con los jardines históricos de toda Canadá, teniendo la Casa Loma uno de sus referentes. ¡No es para menos!
Películas rodadas en Casa Loma.
No hay que perderse el nivel inferior de la casa, cuyos espacios han sido transformados para diferentes usos. El gimnasio privado del señor Henry, hoy es el Liberty Café, ideal para tomar un descanso. La tienda de regalos está dispuesta a lo largo de lo que iba a ser una bolera, pero nunca se llegó a concluir. Al igual que la piscina proyectada bajo la sala de música, hoy sala de audiovisuales para conocer más sobre la historia de la Casa Loma. En el subsuelo hay una bodega -Henry era muy aficcionado al vino y al champán- y un túnel a las Caballerizas. Pero quizá lo más interesante -para frikis del cine- son los diferentes carteles y vídeos sobre las series y películas que han usado este espacio.
La película «Chicago» (2002) de Rob Marshall – la oficina de Billy Flynn´s-. En la serie «El cuento de la criada» aparecen las estancias de la planta baja como el pasillo, la biblioteca, el comedor o la sala de música… También este castillo neogótico ha servido de escenario para recrear Xavier´s School de los X-Men y otros filmes de superhéroes y fantasía como «Titans», «Secret Society of Second-Born Royals» (de la factoría Disney). «Crimson Peak», «The Skulls», «Salvation», «City of bonnes» o la saga de «Goosebumps» (Pesadillas). ¡Entre otros títulos! Como indiqué al comienzo del artículo ¡un castillo de cine!
Escenas de Ecuento de la criada rodadas en la Casa Loma
Visitar la Casa Loma en Toronto: datos prácticos.
- Horario de apertura: de 9:30 a 5 p.m.
- Precio: 25$.
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