Las hojas crujen bajo las botas en una alfombra color castaño. Huele a humedad, a lluvia matinal que al alba ha regado ramas y piedras. La niebla ha comenzado a disiparse con un halo fantasmal entre rocas y troncos cubiertos de musgo. Y es que los líquenes no faltan en estos barrancos umbríos surcados por arroyos en la cara septentrional del Pirineo. En estos bosques de fantasía que tornan el ropaje verde por otro dorado, ocre, carmín. Ha llegado el otoño en todo su esplendor a la Val d´Aran. Un valle de ensueño con cimas que rasgan el cielo sobrepasando los 2.000 y 3.000 metros de altura. Hayedos – abetales, impresionantes cascadas y pueblos de pizarra se integran en un paisaje bellísimo. Internarse por sus senderos sin duda es el mejor de los planes que hacer en la Val d´Aran en otoño.
Antes de que la nieve envuelva de blanco prados y valles, atrayendo a miles de visitantes para esquiar en la famosa estación de Baqueira – Beret, la Val d´Aran parece como dormida en un letargo otoñal. Las tardes se acortan lentamente bajo un atardecer dorado. Mientras, el bosque comienza a despertar. Los ciervos entran en celo y «berrean» compitiendo por las hembras de la manada. La paleta de colores se torna caprichosa, intensa. El hayedo de Carlac, la Artiga de Lin o el valle de Moliéres, en la boca sur del túnel de Vielha, son una gozada para los sentidos. Senderos sencillos, agradables y para toda la familia con los que disfrutar de la época de los mil colores en este valle del Pirineo catalán.
Hayedos de otoño en la Val d´Aran
Contenido del artículo
Rutas que hacer en la Val d´Aran en otoño.
La Val d´Aran es sinónimo de pura naturaleza. Al pensar en rutas de senderismo que hacer en la Val d´Aran puede que la más recurrente sea la excursión al Circ de Colomers. Un conjunto de lagos glaciares bajo cumbres de 2500 metros de altura, donde nace el río Aiguamòg, cabecera del Garona. El único de cuenca atlántica de toda Cataluña. Sin embargo, al tratarse de un trekking de alta montaña esta ruta es más recomendable durante el verano. En otoño el tiempo es cambiante, con tormentas repentinas; yo me decanté por varias rutas de media montaña de baja – media dificultad. No por ello menos bonitas.
Valle de Molières, Val d´Aran
El bosque de Carlac, Bausen.
Raya con Francia, parte norte del valle. Justo antes de cruzar la frontera, la salida de la N-320 conduce por una sinuosa carretera ascendente al pequeño Bausen. Estamos en la parte más septentrional de Cataluña y de la Val d´Aran, antaño lugar de paso de contrabandistas, guerrilleros y exiliados. Un lugar de leyenda, congelado en el tiempo desde hace decenas de años. Bausen surge entre la espesura: se trata de un escarpado pueblo construido aprovechando la verticalidad del terreno, con casitas de piedra y flores. La torre de la iglesia de Sant Pèir ad Vincula se alza sobre los tejados de pizarra: es el único edificio que sobrevivió a un terrible incendio que arrasó el pueblo en 1823.
Iglesia de Bausen, la Val d´Aran
Dejando el vehículo en el parking de la entrada, unas escaleras conducen a la parte posterior de la parroquia. A la derecha, todo recto, se encuentra la ermita de San Roc y el columpio del tilo. Un bucólico rincón donde parte la ruta circular que recorre el hayedo de Carlac y vuelve al pueblo por el otro lado de la montaña, tras completar 6,5 kilómetros (2-3 horas). Hay que dejar atrás el cementerio de Teresa -el único civil de todo el valle- con solo una tumba para descubrir un bosque de fantasía en otoño: danza de hojas secas, musgo, helechos y hayas centenarias con siniestras formas. El sendero es de media dificultad, con 430 metros de desnivel. ,Recomendable llevar buen calzado: con lluvia puede resbalar en algunos tramos. Si el día está despejado al final del bosque podremos contemplar unas espléndidas vistas al valle y algunas de las cumbres más altas del Pirineo.
Bosque de Carlac, rutas de senderismo en la Val d´Aran
Historia de los enamorados de Bausen. A principios del siglo XX una pareja de enamorados, Sisco y Teresa, querían casarse pero el párroco del pueblo se negó ya que eran parientes. A cambio de tramitar una bula a Roma les pidió una considerable suma de dinero, que los jóvenes no podían pagar ya que disponían de pocos recursos. Teresa y Sisto decidieron desafiar al cura y a las convenciones de la época: se fueron a vivir juntos sin pasar por el altar, originando escándalo y habladurías. Sin embargo, ellos vivieron felices durante unos años y tuvieron dos hijos, Cándido y Valerosa. Cuando Teresa cumplió 33 años enfermó gravemente y murió en 1916. El cura se negó a enterrarla en el cementerio local ya que había «vivido en pecado». Su amante y los vecinos del pueblo, conmovidos, decidieron construir otro cementerio a las afueras, donde colocaron su tumba. Era deseo de Sisco acompañarla al fallecer; sin embargo, estalló la Guerra Civil. Él y sus dos hijos huyeron a Francia. Nunca regresaron a la Val d´Aran.
Cementerio de Teresa, Bausen
La Artiga de Lin.
Si hay una ruta extraordinaria que hacer en la Val d´Aran esa es la senda que discurre desde Uelhs deth Joèu al refugio de la Artiga de Lin. Muy sencilla y preciosa: un frondoso bosque vestido de otoño, vistas a las montañas, praderas y cascadas. Con un poco de suerte, podremos contemplar el majestuoso vuelo de las águilas o el quebrantahuesos sobre las cumbres.
Artiga de Lin, rutas de senderismo en la Val d´Aran
Para llegar, hay que tomar la carretera desde el pintoresco pueblo de Es Bordes hasta el parking de Uelhs deth Joèu. El camino es sensacional; atraviesa un estrecho valle de agua y frescura donde los árboles se tocan con sus ramas formando túneles naturales. Se dice que este es uno de los rincones más bonitos que ver en la Val d´Aran y razones no faltan: la espesura y los colores explotan en pleno otoño.
Cascada Uelhs deth Joèu
Una vez estacionado el coche, poco más de una hora es el tiempo estimado (3 km) desde la cascada de Uelhs deth Joèu para completar la ruta. Pasaremos por el portal de piedra, la cabaña de la Artiga de Lin, el refugio de montaña y vuelta al parking por la carretera. Merece la pena hacer un pequeño desvío desde el refugio a la cascada de Pomèro, precioso salto de agua procedente del glaciar del Aneto. Todo el itinerario está bien señalizado; no hay pérdida. Muy recomendado para hacer con niños.
El Saut deth Pish.
La cascada más bonita de la Val d´Aran en otoño es, si cabe, aún más hermosa enmarcada en tonos dorados. El Saut deth Pish es una caída de agua en dos tramos -el primero de unos 20 metros y el segundo de 5- que se derrama en una idílica pradera donde pastan vacas y terneritas de raza autóctona.
Cascada del Saut deth Pish, la Val d´Aran, Cataluña
Hay que dejar el coche en el aparcamiento del Plan des Artiguetes y, tras cruzar el puente de madera, unos metros más arriba hay una pasarela para asomarse a la cascada. Desde el refugio se puede hacer una pequeña ruta de senderismo por el bosque de abetos y hayas del Barranc de Siesso. ¿Lo mejor? Las vistas panorámicas al macizo del Aneto, con sus impresionantes glaciares, cumbre más alta de los Pirineos con sus 3.404 metros.
Vistas al Aneto, val d´Aran
Valle de Molières.
Al sur del túnel de Vielha se ubica una de las zonas menos conocidas para hacer senderismo en la Val d´Aran. Del refugio de Conangles parten varios caminos y rutas de diferentes niveles de dificultad. Para el otoño recomiendo un estimulante paseo por el bosque de Conangles y la cascada de Molières, a solo media hora del párking. Los tonos rojizos y ocres de hayas y castaños contrastan con el verde oscuro de los abetos y pinos negros. De fábula.
Cascada de Molières, rutas que hacer en la Val d´Aran en otoño
Pueblos más bonitos del Val d´Aran.
Sin duda lo más conocido del valle es Vielha, centro neurálgico y capital de la Val d´Aran. Pero en sus laderas hay muchos pueblos mágicos que huelen a chimenea. Con iglesias románicas, callejuelas decoradas con macetas y plazas encantadoras encontramos el bonito Arties, con casas de colores entre dos aguas. El genuino Salardú a 1268 metros de altitud o Bagergue, perteneciente a la asociaciones de «los pueblos más bonitos de España». Motivos le sobran.
Arties, Val d´Aran
Saborear la gastronomía típica.
Otoño es tiempo de setas. Por ello, algunos restaurantes de la zona preparan menús y jornadas gastronómicas basadas en este manjar de temporada, por ejemplo el Cal Manel en el Pont d´Arròs. Aprovechando la ruta por la Val d´Aran no puede faltar degustar algunas de sus delicias como la olla aranesa -guiso de la zona-, ideal para entrar en calor por lo contundente. ¿De postre? Un mató con miel, que aunque también es típico de otras zonas de montaña en Cataluña como Montserrat, tengo que reconocer que en la Val d´Aran es exquisito. Y es que los altos pastos del Pirineo aportan un sabor único y especial.
Brioche con crema de boletus en el Cal Manel, Val d´Aran
Alojamiento en la Val d´Aran.
Nos alojamos en el hotel & restaurante Penha ubicado en El Pont d´Arròs, en plena carretera a Francia N-320, a tan solo 6 km de Vielha. Un cómodo hotel con restaurante de comida típica, justo al lado de la carretera de subida al Saut deth Pish. Muy recomendable tanto por las instalaciones como por la ubicación.
Hotel Penha, alojamiento en la Val d´Aran
Más información sobre planes en la web de turismo de la Val d´Aran.
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Código ético: este viaje ha sido posible gracias a la invitación de Turismo de la Val d´Aran. Todo lo que he escrito en este artículo sobre planes que hacer en la Val d´Aran está basado en mi propia experiencia.
Caminar sin gluten
Gracias por esta estupenda guía para viajar y disfrutar de ese valle tan increíble.
Y además de estupendamente redactado, para hacernos viajar y recordar esos lugares a los que queremos volver, acompañado con muy buenas fotografías.
Saludos
Ana y Víctor
cosmopolilla
Muchas gracias, me alegra que os guste, la Val d´Aran en otoño es una fantasía de colores, me ha enamorado ¡deseando volver! Un abrazo