Asia China Transmongoliano

Planeta Pekín

Escrito por la
el
19 octubre, 2015

Hutong de Nanluoguxiang, Pekín. Varias personas hacen cola ante un puesto de «churros con helado». Dos chicas adquieren miniaturas de pimiento y tomate para decorarse el cabello. La música estridente de un comercio me aturulla y no consigo oír los timbres de las bicicletas, que pasan rozándome peligrosamente. Lo que sí escucho es el sonido de un escupitajo cayendo al asfalto. Otro más… 

Entonces es cuando me pregunto… ¿Pero qué hago yo aquí?

Al rico churro con helado

Ahora sé cómo se debía sentir Paco Martínez Soria en aquella Alemania insólita. Y es que desde que he aterrizado en China me parece estar en otro mundo, que a veces se me antoja loco, surrealista. Otras absurdo…

Tras relatar mi experiencia un tanto traumática en Pekín (Beijing, la Ciudad Prohibida sigue vetada), me apetece escribir un artículo con un toque de humor. Describir esas peculiaridades que no han dejado de sorprenderme en mi breve estancia en la capital China.

Otro mundo llamado Planeta Pekín.

Planeta Pekín

Desconexiones: cosas que me hacen sentir «extraterrestre»…

1. La comida, el almuerzo… O lo que quiera que sea.

No señor, la carta de los restaurantes no es la de los chinos de España. ¿Dónde está el arroz tres delicias, el cerdo agridulce? En su lugar, apetitosas fotografías de tortuga, vísceras de ternera o coloridos platos de ¿verduras? Ilustran las páginas. De un letrerito en inglés ni hablemos. Venga, valiente, ¿qué pedimos?

Carta de un restaurante chino en China

Ya tenemos el almuerzo sobre la mesa. Ahora, «excuse me», quiero un poco de «soya». Qué majo, el camarero me ha entendido a la primera, cosa muy rara aquí. Poco después mi cara fue todo un poema, cuando en lugar de soja aparece con un rico… Vaso de agua caliente.

Vaso de agua caliente

Aún me pregunto qué se supone que debía de hacer con el vaso de agua caliente…

¿Propina? Se nos ocurrió dejar unos yenes a una chica que fue muy simpática. Una vez en la calle salió corriendo tras nosotros porque pensó que se nos había olvidado el dinero allí…

¡Y eso de comer con palillos una sopa con fideos! Ay, yo que me sentía tan orgullosa de haber aprendido a coger el sushi… ¿A vosotros qué tal se os da? Yo confieso que no muy bien…

¡Que alguien me preste un tenedor!

2. «China style».

No soy precisamente una entendida en moda. Más bien, un «desastrillo». Cuando voy de viaje el estilo y el glamour no son lo mío: es un poco difícil lucir tacones o vestidos monos con mochila de 30 litros. Aún así no puedo evitar que me llame la atención ciertas combinaciones: una chaqueta rosa con medias de leopardo, plataformas y mochila decoradas con brillantes…

¿Que hace calor? Pues sube la camiseta hasta el pecho y deja al aire la tripa. Queda de lo más sexy.

¡Tripa al viento!

¿Y qué tal un huerto en tu cabeza? Apúntate a la última moda de Pekín: horquillas cual antenas con pepinos, tomates y pimientos. Y yo que hubiera hecho un gazpacho… ¡Qué desperdicio!

Chicas con un mini pimiento y hoja en la cabeza

3. La intimidad en China… ¿Eso qué es? 

Una habitación de hotel con baño dentro. ¿Fantástico, no? Si no fuera porque entre cama y w.c. sólo hay una separación de un cristal traslúcido. Ideal para consolidar la confianza con tu pareja, amigo, madre o quien quiera que sea con quien viajes… Pero aún fue mejor en un baño público cerca del Templo de los Lamas: la separación entre retrete y retrete era inexistente.

Cama con vistas a la ducha

4. El exceso de control y seguridad en Pekín.

En la calle y en el metro. En cada esquina. A la entrada de un templo o de un salón de té. Cámaras y más cámaras. Escáner. Controles, vallas, vetos… Me hacen sentir un personaje de «1984», constantemente vigilada por el Gran Hermano. ¡Y de tus redes sociales olvídate! Aquí Facebook, Twitter o Instagram están capados, así como Google (y por extensión, gmail o maps) o periódicos extranjeros como El País.

Beiging - acceso a l perímetro central

Acceso a los alrededores de Tianamén

5. Indicaciones para llegar a algún lugar.

«Excuse me, where are…?» ¿Estás preguntando por una localización? ¡Error! ¡No! Acabarás perdido allá por Siam… No es que lo hagan a mala fé. De verdad. Ellos intentan ayudar: «ve por ahí»… Y llegas ahí y, en el mejor de los casos, te devuelven a dónde venías… Uno te dice a la izquierda y otro a la derecha. Y así, acabas tan loco como en el episodio de los funcionarios en «Las doce pruebas de Asterix».

Ejemplo real: entrada al templo de Confucio. Cartel: la entrada está 50 metros al este. En ese punto otro cartel: la entrada está a 50 metros al oeste. «What!?»  Algo similar vivimos el día que se nos ocurrió ir a la Gran Muralla por nuestra cuenta… 

Puerta del Templo de Confucio

Conexiones: esto me suena de algo…

Pero no te asustes. Cosas intuitivas también las hay. Si yo sobreviví, también lo podrás hacer tú…

1. El transporte público.

En el metro todas las paradas y planos vienen tanto en letras chinas como en caracteres latinos. ¡Gracias, gracias! No puedo decir lo mismo de Moscú. Si estás habituado a coger el metro, no tendrás ningún problema. Los autobuses también tienen numeración occidental.

Metro de Pekín

2. Oda a las multinacionales.

Aunque el «planeta Pekín» parezca muy lejano de la «galaxia Europa», de repente aparece en la avenida una tienda de Apple, Zara, Mango… Que te harán plantearte ¿estoy en la Gran Vía de Madrid, en Oxford Street o dónde…? Resulta muy sorprendente el gran contraste con los hutongs o callejones, conviviendo todo junto en la misma ciudad.

Apple Store

Sí, puedo decir que, hasta ahora, en Pekín es donde me he sentido más lejos de casa que nunca… Más que en países tan distintos como Mongolia. Pero a fin de cuentas, viajar es ésto: aprender de la experiencia.

Y nunca hay que olvidar que ellos no son los extraños. El extraño eres tú…

Cuando viajas, recuerda que los países extranjeros no están diseñados para que te sientas cómodo. Están diseñados para que su propia gente se sienta cómoda” (Clifton Fadiman)

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20 Comentarios
  1. Responder

    irenesomoza

    19 octubre, 2015

    jajajaja muy bueno! me parto con la soja que se convierte en un vaso de agua caliente.

    Tiene que ser una experiencia curiosa. La verdad es que no muy apetecible, pero me han entrado ganillas de conocerlo de primera mano. China será un destino futuro… algún día.

    Eso sí, no me gustan mucho los restaurantes chinos en Madrid, no sé, me dan como cosica… ¡pues como pongan tortugas así en los menús, me da que igual tengo un problema!

    me encantan estos post!

    un beso!

    Ire

    • Responder

      @lacosmopolilla

      19 octubre, 2015

      Ja ja ¡gracias, Irene! Sólo estuve en Pekín y unos pocos días así que fue una primera impresión. No sé cómo será el resto de China, habrá que ir a explorar… Todo son experiencias viajeras que de una forma u otra nos enriquecen y nos las llevamos a la mochila.
      La verdad es que yo no soy nada escrupulosa, chinos de Madrid, comida en los puestos callejeros de Marrakech y lo que me pongan… De hecho me quedé con las ganas de comer en el mercado de los insectos pero estaba cerrado 🙁
      Un besazo

      • Responder

        @lacosmopolilla

        19 octubre, 2015

        Por cierto la tortuga no la pedimos… Daba cosica y ¡además era lo más caro de la carta! Creo recordar que como dieciocho euros al cambio… Y eso que el resto de los platos no suelen costar más de 1 ó 2 euros.

  2. Responder

    elMundoOk

    19 octubre, 2015

    jajajaja Quiero mi arroz tres delicias y «lollitos» de primavera righ now! jajajaja

    Las Experiencias en Asia, son bastantes opuestas a las de Europa y América, aunque poco a poco se van adaptando a los estilos más consumista, que por cierto también lo son.

    Me río y me sorprenden, porque a veces aunque leamos ciertas cosas, al estar ya en aquel o aquellos lugares lejanos, podemos comprobar que no son tan cierto las cosas que nos dicen (prejuicios) como la de Rusia por ejemplo.

    Un abrazo guapa.

    Bo

    • Responder

      @lacosmopolilla

      19 octubre, 2015

      En realidad eso es lo genial, que sean diferentes y los choques culturales al final son divertidos. Rusia es mucho más parecida a Europa en todos los sentidos, je je de momento ya digo que Pekín ha sido lo que más me ha descolocado, como digo ¡otro planeta!
      Muchas gracias por leer y comentar mi post ¡A seguir viviendo aventuras!
      Abrazo

  3. Responder

    Álvaro Onieva

    19 octubre, 2015

    Qué genial lo del vaso de agua, me atrevería a decir que es bueno para el estómago (como cualquier infusión). ¿Probaste a bebértelo?

    Con el wc en el dormitorio habría tenido un problema. Bueno, directamente habría mandado a mi pareja a dar un paseo por el hotel para que me dejase intimidad. Si no, imposible.

    Y los palillos, te entiendo. Yo siempre lo intento pero no con todo se puede… 😛

    • Responder

      @lacosmopolilla

      19 octubre, 2015

      Pues no probé a bebérmelo. Mira que soy «la hierbas» (me encantan todo tipo de infusiones y tés), pero lo del agua caliente sin una mijita de sabor como que no lo vi…
      Lo del wc pues ciertamente ésa fue la solución, darse un paseo por los pasillos de moqueta ja ja ja en el del Templo de los Lamas directamente me di la vuelta, hay cosas que soy muy occidental je je je 🙂

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