Almería, refugios de la Guerra Civil
Andalucía España

Refugios de la Guerra Civil: Almería bajo tierra

Escrito por la
el
18 julio, 2016

Almería, 1937. Martín está comprando en el mercado de abastos. Gloria poniendo la mesa, con el guiso en el fuego. Los niños jugando a soldados y trincheras en el patio. Suena una sirena y el tiempo se congela. Se detiene la vida sólo un instante. Porque hay que echar a correr. Distan cinco o diez minutos hasta la segunda sirena: la que anuncia que ya están aquí. Preludio del estruendo de los aviones surcando el cielo, escupiendo fuego y muerte. Pero, con un poco de suerte, habrán logrado alcanzar la escalera, la que baja hasta el subsuelo de Almería, a los refugios de la Guerra Civil.

Acceso refugios Guerra Civil

Acceso a los refugios de la Guerra Civil

«Cuando sonaban las sirenas teníamos que salir corriendo, aunque estuviéramos trabajando… Luego allí abajo qué asfixia, muchas veces a oscuras… Pero con aquellos cañonazos, ¿quién salía? ¿A dónde íbamos a ir?» Historia de Gloria.

Almería durante la Guerra Civil.

Ancianos que entonces eran niños aún tiemblan con el recuerdo de una de las épocas más terribles de nuestra historia. Tres años infames que se escribieron con tinta de dolor y sangre. Una herida que aún escuece. Al este de la península la pequeña Almería fue una de las que más sufrió la Guerra Civil Española. Fiel a la República hasta el final, soportó el asedio por mar y aire de más de cincuenta bombardeos que la dejaron tan hecha trizas como las ilusiones que hacían ondear la tricolor.

Fuente: http://www.culturandalucia.com/GCE/Guerra_Civil_en_Almer%C3%ADa.htm

Bombardeos en Almería. Fuente: culturandalucia.com

Almería bajo tierra: visita a los refugios de la Guerra Civil.

La luz radiante de una mañana de verano se desvanece cuando desciendo por esta escalera túnel del tiempo, que me conduce bajo la plaza de Manuel Pérez García a los refugios de la Guerra Civil. Han pasado ochenta años y ya no están Martín ni Gloria. Ni esos niños asustados que las madres en vano intentaban hacer callar. El silencio es el dueño hoy de estas galerías que recorren el centro de Almería paralelas al paseo en dirección al mar, como una espina dorsal a nueve metros bajo tierra.

Almería, refugios Guerra Civil

Almería, refugios Guerra Civil

Camino por el pasadizo intentando ponerme en la piel de mis antepasados andaluces, imaginando cuán terrible sería la vida marcada al ritmo de la sirena. La espera, la incertidumbre… Entre estos muros de hormigón aún frescos, donde un pequeño dibuja lo que tiene en su cabeza, en lo que no puede dejar de pensar: el pájaro de metal.

Un avión en la pared

Un avión en la pared

Hasta que sonara dos veces la llamada «la sirena de la tranquilidad». Entonces era el momento de volver a la superficie y enfrentarse al espectáculo de la destrucción y la tristeza. Como la de aquella aciaga mañana del 31 de mayo de 1937, en la que las bombas alemanas del Acorazado Deutschland sin previo aviso se saldaron 40 muertos, 150 heridos y 200 edificios destruidos, dejando una Almería presa de la desolación.

Galería principal, Almería, refugios Guerra Civil

Galería principal, Almería, refugios Guerra Civil

Encogida, intento retener las cifras y datos importantes: las obras de los refugios bajo el subsuelo de Almería comenzaron en octubre de 1936 a cargo de Guillermo Langle, el arquitecto municipal. Obreros y voluntarios colaboraron con pico y pala, cavando sin descanso estas galerías destinadas a cobijar a 35 mil personas en un total de 4,5 km de longitud. Se detuvieron a escasos 300 metros del mar, donde ya no pudieron avanzar más debido a la humedad y el salitre, que en este último tramo se adhiere al muro corrompiendo las paredes.

Refugios de la Guerra Civil

Refugios de la Guerra Civil

Hoy, modernos fluorescentes arrojan una luz tenue. Antaño eran bombillas sujetas a un techo de madera, que muchas veces estaban apagadas: cuando las sirenas sonaban de noche los refugios tenían que permanecer a oscuras. Una norma necesaria para la supervivencia: no se podía exponer al enemigo ninguna de las 67 bocas de acceso usando la luz. Las otras dos normas eran: prohibido bajar portando armas y no hablar de política ni religión.

Los refugios de la Guerra Civil en Almería

Los refugios de la Guerra Civil en Almería

Cada pocos metros hay que doblar un recodo, el del doble muro destinado a frenar la onda expansiva de las bombas. En los laterales rejas negras indican las salidas o entradas, distribuidas con estrategia desde el mercado central, plazas e iglesias. Muchas casas particulares disponían de refugios privados desde los que se podía acceder al principal, indicándolo a sus vecinos con el cartel «Refugio» en la fachada y un lazo negro para los que no supieran leer.

Refugio privado Langle

Refugio privado de Langle

Mientras la gente de Almería intentaba hacer su vida con el miedo entre los huesos la guerra avanzaba sin piedad. Cayó Málaga y miles de personas huyeron hacia el este en camionetas, a burro o a pie, a los que se unieron en el éxodo granadinos y jienenses. Su objetivo: refugiarse en Almería,  baluarte de la República. Muchos fueron ametrallados por el camino (la Desbandá), muriendo o llegando malheridos. En los refugios se colocaron camillas y un quirófano de urgencia. La suerte de los refugiados fue atroz: acampados en el paseo, fueron bombardeos por el otro socio de Franco, Mussolini.

Quirófano de emergencia

Quirófano de emergencia

Almería aguantó estoicamente hasta marzo de 1939, siendo la última ciudad andaluza que se rindió a los militares sublevados. Con la Dictadura los refugios quedaron sellados, ubicando en sus bocas quioscos de prensa, música y flores, pintados de rojo y blanco. Hoy casi un kilómetro de galerías se abren al público como un museo de la Memoria Histórica de Almería y de España, para que no olvidemos aquello que nunca debió de suceder.

Quiosco de prensa sobre una antigua boca a los refugios

Quiosco de prensa sobre una antigua boca a los refugios

  • Precio de la visita guiada a los refugios de la Guerra Civil: 3€. 
  • Horarios y reserva en la web oficial: museo de los refugios de la GC.
  • Encuentra más lugares que ver en Andalucía en una ruta de este a oeste por el sur de España. 
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20 Comentarios
  1. Responder

    Eva Meraviglia

    19 julio, 2016

    Estremecedor ponerse en el lugar de la gente que tenía que correr a esos refugios para intentar ponerse a salvo. He tenido la oportunidad de visitar uno en Valencia, pero no tan grande ni preparado como éste de Almería. Una visita que sin duda haré cuando vaya a esta ciudad.
    ¡Un saludo!
    Eva

    • Responder

      cosmopolilla

      19 julio, 2016

      Hola Eva, no sabía que en Valencia también había refugios de la guerra. Tiene sentido ya que allí se trasladó el Gobierno de la República cuando cayó Madrid. Me lo anoto para cuando vaya.
      Un saludo

  2. Responder

    David

    19 julio, 2016

    Uff me ha encantado el relato Cosmopatri. Me has tenido sin pestañear hasta el final. No conocía la existencia de esos toneles en Almería. No me quiero ni imaginar cómo lo tuvieron que pasar en la guerra nuestros ancestros. Madre mía…

    • Responder

      cosmopolilla

      19 julio, 2016

      Muchas gracias, David. Pues sí, todos hemos escuchado historias en boca de nuestros abuelos y caminar por esas galerías la verdad es que te remueve. Fíjate mi abuelo se acordaba de «la Desbandá», toda la noche estuvieron pasando por las calles de su pueblo huyendo de Granada hacia Almería. Qué miedo…
      Un abrazo y ¡gracias por tus palabras y por leerlo!

  3. Responder

    Maruxaina

    20 julio, 2016

    Vaya Patri, qué buen post. Justo el otro día escuchaba que España no cuenta con ningún museo sobre la Guerra Civil, sólo monumentos franquistas…Con este post he aprendido, desconocía el papel de Almería durante la guerra, y añado otro motivo para conocer Almería.
    Un abrazo!!

    • Responder

      cosmopolilla

      20 julio, 2016

      Muchas gracias, Maruxaina. Pues sí, la Dictadura acabó como quien dice anteayer y hay muchas cosas que no se saben, que se ocultan… Yo desconocía que Almería fue bombardeada por Hitler y Mussolini y se me quedó el cuerpo cortado. Qué época tan negra. Por no decir que en España es uno de los países del mundo que más desaparecidos hay… Por eso creo que es necesario rescatar estos lugares y la historia, hacer «justicia», los que murieron luchando contra el fascismo lo merecen.
      Un abrazo

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