Kandy, la abuelita mochilera
Vamos de viaje

Kandy, la abuelita mochilera

Escrito por la
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13 junio, 2016

Kandy, la abuelita mochilera: viajar no tiene edad.

Un cielo nítido con un sol brillante promete una mañana espléndida de principios de verano. La brisa de poniente zarandea las hojas de las palmeras y me lleva hasta el Llano de Carchuna, Granada, a visitar a Kandy. Conocí a la abuelita mochilera en Madrid, cuando hizo de ponente y contó su historia con increíble desparpajo en las Jornadas de los Grandes Viajes, evento que nos reúne a todos los locos infectados por el virus viajero.

Carchuna, Granada. La abuelita mochilera.

Carchuna, Granada. La abuelita mochilera.

¿Quién es Kandy, la abuelita mochilera?

Cándida, natural de Valladolid, es una abogada que al jubilarse con 66 años cogió la mochila y se marchó a cumplir su sueño: dar la vuelta al mundo en solitario. Un periplo que comenzó en Argentina y la trajo de vuelta a casa 8 meses después, con un carro de experiencias: convivir con los mapuches, vivir en la Casa de la Madre Teresa de Calcuta o colaborar con la asociación Vicente Ferrer. Hoy, a sus 81 años, sigue volando y traspasando fronteras, persistiendo su pasión por viajar y descubrir nuevos lugares.

Kandy, la abuelita mochilera. Playa de Carchuna

Kandy, la abuelita mochilera. Playa de Carchuna

Kandy me espera a la sombra leyendo el periódico, en el bar del camping de su familia Don Cactus. Me recibe con una sonrisa y un abrazo afectuoso. No puedo disimular mi impaciencia por volver a escucharla: Kandy es toda una enciclopedia viajera, una gurú de la vida. Sus ojos brillan cuando habla de todos los sitios por los que ha pasado. Su anecdotario es infinito.

Esto, más que una entrevista, es una charla entre dos amigas…

En pocos días vuelves a coger la mochila rumbo a Laos, ¿qué te motiva a viajar de nuevo a este país? ¿Qué has encontrado allí?

La tranquilidad. Si tuviera que elegir un lugar para quedarme sería Laos o el sur de la India. En Laos todo es dulzura, paz, su gente y los paisajes. Me siento y veo pasar la vida. Porque a veces solo es eso, ver pasar la vida. Ver cómo viven, cómo se mueven… Ellos te miran y siempre tienen una sonrisa para ti.

Es el lugar con el que más has conectado…

Sí. También al sur de la India: la región de Kerala es una maravilla. Hay dos lugares a los que apenas van turistas y que para mí son muy especiales. Jamnagar, donde está el templo «Bala Hanuman». En él todos los días durante las 24 horas hay gente salmodiando. Un día me levanté a las 5 de la mañana y allí estaban… Echando mantras. Impresionante. Luego está Palitana, una meseta cubierta de templos jainistas donde por primera vez vi a los porteadores: indios que con cuatro palos y una tela porteaban a la gente por los 3.300 escalones que hay para subir. Tenían unos hombros el doble de lo normal… Me impresionó mucho. Esa parte de la India es increíble.

Porteadores en Palitana

Porteadores en Palitana

¿Un recuerdo impactante de tu vuelta al mundo?

Hong Kong. Nunca he visto un espectáculo semejante. Todos los días cuando el sol se mete se empieza a escuchar música por las calles. Sobre la fachada de los edificios se proyecta un juego de luces y también en el cielo, miles de rayos de colores. Es un espectáculo muy bonito que dura media hora. Y si te subes a la montaña tienes unas vistas preciosas.

¿Un sitio que no te haya gustado?

Pekín. Es para ver la Ciudad Prohibida y marcharse. Es una ciudad incómoda, la gente, a la hora de comer, todo escrito con palitos y no hay quien lo entienda… Preguntas y te dan una dirección contraria. No me sentí a gusto en Pekín. Siam, sin embargo, sí me gustó mucho.

(Gracias, Kandy. Me alegro de no ser la única que tuve un desencuentro con Pekín).

¿Hasta el momento de jubilarte no habías viajado de mochilera?

No, había viajado mucho por Europa y por trabajo pero siempre a hoteles de lujo. Pero yo tenía otra idea en la cabeza, antes de ser abogada había llevado un camping en San Sebastián. Allí conocí a todo tipo de gente que viajaban casi sin nada. Yo ese concepto de camping lo llevaba dentro. Ahí empecé con mi sueño de dar la vuelta al mundo por mi cuenta, y cuando me jubilé me lancé.

Kandy, la abuelita mochilera. Bar del camping Don Cactus

Kandy, la abuelita mochilera. Bar del camping Don Cactus

¿Qué opina tu familia sobre tus viajes de mochilera por el mundo?

Mi hijo ya lo tiene asimilado desde que di la vuelta al mundo. Me paso cuatro meses aquí y me dice: «Ya hace mucho que no vuelas»… Y le digo: «Ya, ya mismo me toca volar». Me dice: «¿Por qué ir a un hostel habiendo hoteles?» No es ni hostel ni hotel, ni maleta ni mochila. Para mí ser mochilera es un concepto, una idea, una manera de viajar. Se puede ir un día a un hotel con piscina, ¿por qué no? Pero yo voy a mi aire. Cojo los autobuses públicos. Voy a donde quiero y como donde me apetece.

¿Qué es lo mejor de viajar para ti?

Que cada día es una sorpresa. A mí la monotonía me cansa. Eso de levantarte y que todos los días sean igual… Me dicen: «¿Pero dónde vas Kandy, si aquí se está fenomenal?» Pero yo ya me lo sé todo. Me levanto, me vengo al bar, me traigo mi libro y mi periódico, escribo… En cambio, cuando estoy de viaje no sé qué va a pasar, estoy a la expectativa. Cada día es una sorpresa. Sabes lo bonito que es levantarte y decir: «Hola mundo, ¿qué me tienes preparado hoy?» Levantarte y coger un autobús y que todos los días sean iguales… Eso no es una vida. Una vida es libertad. Yo siempre me imagino que soy un pájaro volando. Me paro en este árbol y luego me voy a otro. Eso es lo más bonito…

Pájaros volando

Pájaros volando

¿Un sueño viajero por cumplir para Kandy?

Pues mira, he ido varias veces a Rusia (ah, las noches blancas de San Petersburgo… Eso es una preciosidad), pero me gustaría hacer el Transiberiano como tú. Así que me ha venido genial conocerte, ahora me cuentas todo.

Y así, charlando de destinos pasa la mañana junto al mar. La ilusión de Kandy por viajar es tan contagiosa que creo que me voy a comprar un billete a la India o Laos muy pronto…

«No os resignéis a simplemente admirar una foto, no, id al lugar. Pisad esas arenas tan blancas que parece que se ha esparcido harina por la orilla del mar, adentrarse en sus aguas cristalinas y de color turquesa. Todo eso podéis hacerlo si en realidad lo queréis muy de veras. Recordad que los sueños se pueden convertir en realidad». Kandy, la abuelita mochilera.

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28 Comentarios
  1. Responder

    Carmen

    17 junio, 2016

    Al ver las fotos pensé que no le veía la gracia porque imaginaba que era mucho más joven. Pero al leer que tiene 81 años me he quedado alucinada. Sin duda viajar le ha sentado bien. Solo una cosa que decir:
    ¡BRAVO POR TI KANDY!
    Un abrazo a las dos
    Carmen

    • Responder

      cosmopolilla

      19 junio, 2016

      Gracias, Carmen. Justo acabo de ver una foto en facebook de Kandy que ya está por Laos. Es increíble esta mujer. Me alegro mucho de haberla conocido y de haber contado un poquito de su historia para que sea inspiración al resto.
      Un abrazo

  2. Responder

    Netikerty

    20 junio, 2016

    Toda una enseñanza. Me parece maravilloso lo que hace esta mujer. Si es que el viajar no tiene edad!! Todo un ejemplo para el mundo

    • Responder

      cosmopolilla

      3 julio, 2016

      ¡Así es, Netikerty! Un abrazo

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Patricia Rojas
Barcelona

¡Hola! Soy Patri, periodista y apasionada de los viajes. Andaluza de Motril (Granada) desde 2013 escribo en lacosmopolilla.com relatos de lugares y gentes del mundo. En mi web encontrarás completas guías de países y ciudades, consejos para ahorrar viajando, rutas en coche o artículos sobre gastronomía local. ¿Viajamos juntas?

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