Guijuelo, esencia de ibérico

TBV Guijuelo: un encuentro de viajeros.

El turismo gastronómico está en auge. Y es que si al placer de viajar le sumamos el del buen comer obtenemos un resultado inmejorable. Por esto elegimos Guijuelo, al sur de la provincia de Salamanca, para un encuentro muy especial de amigos viajeros: los que formamos parte del grupo Tu Blog de Viajes. Esta reunión es la excusa perfecta para descubrir los secretos naturales y tradicionales así como el sabor de la cuna del ibérico en España. ¿A que suena fenomenal?

Destino Guijuelo, la cuna del ibérico.

Guijuelo se ubica en medio de la Ruta de la Plata, con la que los romanos unieron España de norte a sur. En concreto su situación es en un altiplano, a 1.010 metros, abrazado por las sierras de Gredos, de Béjar y de Francia. Debajo se extienden las verdes dehesas de Extremadura donde el cerdo ibérico vive en libertad alimentándose de bellotas entre jaras, encinas y alcornoques. Esta cercanía con los prados así como el viento frío y seco de la montaña hacen de él un enclave privilegiado: aquí nacieron las primeras industrias chacineras,  hace más de 250 años.

¡Ya estamos todo el grupo de viajeros en Guijuelo! Nuestra casa este fin de semana es el Hotel Torres, a pocos pasos de la plaza Mayor. Un hotel familiar de ambiente tranquilo, con un personal más que amable y acogedor que nos da la bienvenida en una cena deliciosa con una selección de lo mejor de la región, de su esencia de ibérico.

¡Un brindis por Guijuelo y por los encuentros viajeros!

Entre conversaciones viajeras – nuestro tema preferido – se nos escurre la noche sin darnos cuenta. En el nuevo día hay más ganas de ibérico, así que para desayunar, nada más rico que un café con leche, zumo de naranja y… Sí, tostada de jamón.

¿Y qué se puede hacer en Guijuelo… Aparte de comer y comer?

Visita a una fábrica de ibérico. 

No sólo el catar si no el comprender el mundo que rodea al jamón nos lleva a visitar el Grupo Víctor Gómez, donde se fabrican los embutidos. En esta fábrica nos explican los procesos de curación y accedemos a las naves industriales ataviados de batas, guantes y gorro como si entráramos a un quirófano. Aquí todo es ibérico y el olor que se desprende en seguida te abre el apetito: lomo, lomito, paletillas, salchichones… Ante nuestros ojos se expone un producto de altísima calidad que además está exquisito.

Cata en Alma de Ibérico.

Tras hacer hambre con los sanos aromas de la fábrica, nos espera una cata en su tienda Alma de Ibérico, en pleno centro de Guijuelo. Además de adquirir algunos regalos con denominación de origen para la familia, por 3 euros se puede disfrutar de una rica selección de productos ibéricos acompañados de un vino tinto de la tierra.

Y, aunque parezca mentira, seguimos comiendo… En el Restaurante Guijuelo continuamos con el ibérico pero a la brasa. Curiosamente acompañado de almogrote, un queso originario de La Gomera pero que aquí lógicamente se confecciona con queso de de oveja de la comarca de Guijuelo.

Paseo al atardecer.

Caminar por el entorno natural que bordea Guijuelo entre prados, vacas, con las montañas de Béjar y la sierra de Francia de fondo es la mejor opción para bajar la comilona y respirar el aire puro de los macizos salmantinos.

De pinchos por Salamanca.

Despedimos este fantástico fin de semana de encuentro viajero en la siempre bella Salamanca y con mejor sabor de boca imposible: en la cervecería El Parque aún nos queda espacio para probar su cerveza artesanal y los pinchos típicos de la ciudad charra: uno de hojaldre relleno de farinato, una cazuelita de chanfaina, un pincho de pluma ibérica…

¡Larga vida a Tu Blog de Viajes!