Fuente de los Cuatro Caños, qué ver en Pastrana
Castilla La Mancha España

Qué ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli

Escrito por la
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27 abril, 2020

«Nos ponen en cárcel oscura, que nos falta el aire y el aliento para poder vivir. Que no es posible que Su Majestad tal quiera ni permita siendo que es tan cristianísimo. Estos aposentos, donde no se podía vivir sin rejas, cuanto más ahora hechos cárcel de muerte, oscuros y tristes…” Palabras escritas desde la prisión – alcoba de Ana de la Cerda en el Palacio Ducal, principal monumento que ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli. 

Alcoba de la princesa de Éboli en el Palacio de Pastrana

Las palabras de la princesa de Éboli se pierden en la desesperanza desde su habitación – celda, donde vive confinada con la menor de sus hijas, Ana de Silva, por orden del rey Felipe II. El balcón, tapiado con una celosía, sólo puede abrirse durante una hora al día; el tiempo permitido a la duquesa para asomarse al exterior. De ahí el nombre que dieron sus vecinos a la gran explanada donde el Palacio Ducal de Pastrana se asienta: la Plaza de la Hora. Reducida a la oscuridad y la tristeza, doña Ana de Medonza muere durante un frío invierno, el 2 de febrero de 1592, en sus aposentos. Hoy, su pintura mira a las visitantes con un único ojo desde la estancia vacía a quienes nos acercamos a conocer su alcoba, su pueblo. Pastrana en La Alcarria, comarca de Guadalajara con aires literarios, donde también nació Moratín.

El balcón con rejas de la princesa de Éboli

El balcón con rejas de la princesa de Éboli, qué ver en Pastrana, Guadalajara

Destino: La Alcarria. Cómo llegar a Pastrana. 

En junio de 1946 Camilo José Cela subió a un tren en la estación de Atocha, rumbo a Castilla profunda. En su cuaderno viajero describió un paisaje dorado y ondulado, las colinas de lavanda, cerros azules y secos. A Pastrana llegó para encontrarse un Palacio Ducal en estado lamentable, desolado, en el olvido. Se alojó en la misma Plaza de La Hora y recorrió el pueblo del autor de «El sí de las niñas» asombrándose de su belleza medieval, a pesar de la dejadez reinante. Su «Viaje a La Alcarria« en el siglo XXI puede recrearse en un tren de alta velocidad a Guadalajara -y en autobús local desde esta ciudad-.

Calles de Pastrana, La Alcarria

Calles de Pastrana, La Alcarria

Aunque la opción más rápida es en coche desde Madrid, a sólo hora y cuarto por la CM2003. Por lo tanto, la villa ducal es una escapada ideal para un fin de semana de turismo rural fuera de la capital, entre la naturaleza y la Historia. Si sigues leyendo, a continuación te cuento los lugares que ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli.

Retrato de la princesa de Éboli, Palacio Ducal de Pastrana

Retrato de la princesa de Éboli, Palacio Ducal de Pastrana

Alojamiento en Pastrana.

Toma nota: mi recomendación para alojarse en Pastrana es el Hotel Palaterna. Más céntrico imposible: en pleno casco histórico, junto a la fuente de los Cuatro Caños. Tranquilo, cómodo y rural, con exquisito desayuno.

Hotel en Pastrana

Hotel en Pastrana

Qué ver en Pastrana, la villa ducal en un fin de semana. 

Cela llamó a Pastrana una «instantánea del tiempo pasado». Pese a su pequeña población -cuenta tan sólo con 885 habitantes- Pastrana posee un gran patrimonio: el municipio fue declarado Conjunto Histórico – Artístico en 1966 por la abundancia y riqueza de sus monumentos. No sólo por la opulenta residencia de la princesa de Éboli – el Palacio Ducal– también en sus lindes hay varios conventos renacentistas fundados por Santa Teresa de Jesús. Ademas de los famosos tapices flamencos de Pastrana, que pertenecieron a Alfonso V, rey de Portugal. Una villa repleta de Historia, por la que desfilaron importantes personajes de la época.

Pastrana monumental

Pastrana, una villa monumental en Guadalajara

El Palacio Ducal de Pastrana.

Desde la gran Plaza de la Hora se contempla su gigantesca y maciza estructura de piedra. Un palacio renacentista, de planta cuadrada con cuatro torres en cada esquina. En la fachada principal aún se puede leer el nombre de sus primeros dueños y señores: «De Mendoza y De La Cerda». La pequeña ciudad medieval de Pastrana se desarrolló a la sombra de este palacio, construido por el arquitecto Alonso de Covarrubias para residencia y disfrute de Doña Ana de la Cerda, noble Grande de España que había comprado la villa en 1541. Más conocida como la Princesa de Éboli tras su matrimonio con Ruy Gómez de Silva, noble portugués valido del rey Felipe II.

Fachada del Palacio Ducal de Pastrana

Fachada del Palacio Ducal, qué ver en Pastrana, Guadalajara

La visita al interior del Palacio Ducal de por sí justifica ya una visita a Pastrana. En sus salas y salones, escalinatas y pasillos aún parece que flota la presencia de la princesa cautiva, quien fue prisionera en su propia casa  -en la Torre de Levante – tras ser acusada de unas intrigas palaciegas que nunca fueron demostradas. Además de los exquisitos zócalos mudéjares, se conservan los artesonados de estilo plateresco diseñados por Alonso de Covarrubias. Este monumento es sin duda la principal atracción que ver en Pastrana, aunque no la única.

Techo del Palacio Ducal en Pastrana

Techo del Palacio Ducal, qué ver en Pastrana, la villa de la princesa de Éboli

La Plaza de la Hora desde el Palacio Ducal

La Plaza de la Hora desde el Palacio Ducal

El final de doña Ana de Mendoza fue de lo más triste… Ella que lo tuvo todo, se fue marchitando poco a poco, encerrada en vida presa en su propio palacio. ¿Vagará por sus alcobas el espíritu de la princesa clamando justicia?

Torre de Levante, Palacio Ducal de Pastrana

Torre de Levante, Palacio Ducal, qué ver en Pastrana

Echa un vistazo a este artículo sobre qué ver en Cifuentes, la villa natal de la princesa de Éboli.

La Colegiata de Pastrana: Museo Parroquial de Tapices.

Tras el Palacio Ducal, el segundo lugar más importante que ver en Pastrana es la sala capitular de la Colegiata de nuestra Señora de la Asunción. En ella se conservan los tapices de Pastrana. Se trata nada menos que la serie de tapices gótico – flamencos más importante del mundo de finales del siglo XV. Telas históricas de gran tamaño que narran la conquista de las plazas del norte de África por las tropas de Alfonso V de Portugal: Assilah, Tánger o Larache.

Tapices flamencos de Pastrana

Tapices flamencos, qué ver en Pastrana: la Colegiata

Detalle de los tapices de Pastrana

Detalle de los tapices de Pastrana

Además de esta colección de tapices, de incalculable valor, La Colegiata en su museo alberga tallas y pinturas renacentistas y barrocas de autores como Juan de Borgoña y Juan Carreño de Miranda. Mandada a construir por el Arzobispo Fray Pedro González de Mendoza, hijo de los primeros duques de Pastrana, es una obligada visita para amantes del arte y la historia en esta villa de La Alcarria.

Museo Parroquial de Pastrana

Museo Parroquial, qué ver en Pastrana

Apunta: el Horario de la Colegiata de Pastrana se puede consultar en la web oficial de Turismo de Pastrana.

Entrada a la iglesia de La Colegiata de Pastrana

Entrada a la iglesia de La Colegiata de Pastrana

Paseo a pie por la villa medieval de Pastrana.

Como mejor se descubre Pastrana es en un paseo a pie por su empedrado antiguo. La visita al Palacio Ducal y a La Colegiata no estaría completa sin pasar bajo el Arco de San Francisco -restos de la muralla medieval que la protegía- y caminar por su laberinto de callejas y pasadizos.

Pastrana

Restos de Muralla medieval, qué ver en Pastrana

Pasadizo de Pastrana, La Alcarria

Pasadizo de Pastrana, La Alcarria

Es increíble cómo se mantienen intactas, tal y como cientos de años atrás. La vivienda en la que Leandro Fernández de Moratín escribió algunas de sus obras de teatro más célebres aún sigue en pie. También la Casa del Dean, un palacio del siglo XVII residencia del prior de La Colegiata. La Fuente de los Cuatro Caños es todo un emblema de la villa: una gran fuente señorial de la misma época que la princesa de Éboli.

Fuente de los Cuatro Caños en Pastrana

Fuente de los Cuatro Caños en Pastrana

Las casas solariegas y mansiones de nobles menores e hidalgos que servían a los Mendoza y sus descendientes abundan en la villa de Pastrana. La Casa del Caballero Calatravo, de imponente portón de madera y piedra; el Palacio de Burgos aún conserva su escudo de armas sobre el portón arquitrabado que hace de entrada. En la calle de La Palma se percibe el rastro de la presencia de la Santa Inquisición: la casa marcada por una cruz, una palma y una espada, símbolo de haber sido sede de la mano negra de la Iglesia en su cruenta persecución de brujas y herejes.

Casa de la Inquisición, qué ver en Pastrana

Casa de la Inquisición, qué ver en Pastrana, La Alcarria

La Casa del Caballero Calatravo

La Casa del Caballero Calatravo

Palacio de Burgos en Pastrana

Palacio de Burgos en Pastrana

Los conventos de Santa Teresa.

«La princesa monja, la casa doy por deshecha». Con estas palabras Santa Teresa de Jesús proclamaba su desacuerdo con que Doña Ana de Mendoza, tras la muerte de su marido Ruy, se internara en el convento de las hermanas carmelitas descalzas sin despojarse de sus lujos cotidianos, fundado y dirigido por la monja. Se cuenta que tuvieron más que palabras, lo que provocó que la princesa abandonara la vida espiritual y volviera a la corte de Madrid.

Cuadro de la princesa de Éboli monja

Cuadro de la princesa de Éboli monja, qué ver en Pastrana, la villa ducal

Las huellas de Santa Teresa en Pastrana han sido permanentes: además del convento de San José – ocupado por las monjas franciscanas tras las desavenencias con la princesa- fundó el convento del Carmen donde años después estuvo San Juan de la Cruz como maestro de novicios. La cueva donde se dice que se retiraba el religioso a meditar durante algunas temporadas aún permanece junto a la Ermita de San Pedro, excavada en la roca.

Conventos de Pastrana, Guadalajara

Conventos de Pastrana, Guadalajara

El pequeño Albaycin de Pastrana.

Y, para mi mayor sorpresa, encontré en La Alcarria exiliados de mi tierra: La Alpujarra granadina. Cuentan las crónicas que en 1570 se produjo la entrega de manos de don Juan de Austria al duque de Pastrana, de doscientas familias de moriscos expatriados de las Alpujarras tras las revueltas. Los moriscos se asentaron a las afueras de Pastrana, construyendo un barrio con nombre granadino: el Albaycín, donde continuaron ejerciendo la producción de la seda -por lo que después sería conocida la villa- y labores agrícolas, tal y como hacían en su pequeño paraíso perdido para siempre al sur de Sierra Nevada.

Gato en Pastrana

Gato en Pastrana

Más información en la web oficial de Turismo de Castilla-La Mancha.

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2 Comentarios
  1. Responder

    Silvia

    11 enero, 2022

    Hola, enhorabuena por este magnífico recorrido a través del tiempo y del pueblo de Pastrana.
    El autor del cuadro de la princesa de Éboli que utilizas es Javier Cámara Sanchez-seco, pintor local.

    Agradecemos tu visita a nuestro restaurante en el que se encuentra el cuadro presidiendo la sala del Convento de San José.

    Saludos cordiales

    • Responder

      cosmopolilla

      11 enero, 2022

      Muchas gracias 🙂 deseando volver a Pastrana, un saludo

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