Entre limones y olivos, en una llanura verde regada por el río Guadalfeo se asienta Órgiva. Municipio cosmopolita con decenas de nacionalidades -a pesar de que sólo tiene 5.700 habitantes- Órgiva se considera la capital de la Alpujarra granadina. Ubicada entre la sierra de Lújar y los picos que superan los tres mil de Sierra Nevada, es la antesala al barranco del Poqueira, Trevélez o Soportújar, el pueblo de las brujas. Especialmente si se viene de la Costa Tropical. Para quien se desplaza desde Granada, la puerta a la Alpujarra granadina es Lanjarón, el pueblo del agua con su famoso manantial de la salud. Sea como sea, merece la pena hacer una parada y descubrir lo que ver en Órgiva: puede dar para una mañana, un día entero o varios, a gusto del visitante.
Olivos centenarios en Órgiva
El puente de los Siete Ojos -por el que sólo puede transitar un vehículo- salva el cauce del Guadalfeo dando la bienvenida a Órgiva. El aire es más puro, más fresco. Especialmente si ya ha nevado en Sierra Nevada. La visión de estas montañas, techo de la península, pintadas de blanco siempre resulta imponente. La sinuosa carretera que atraviesa el centro histórico muestra unas pinceladas de lo que esta villa tiene para ofrecer: comercios, bares, un templo renacentista de dos torres apuntando a cielo. Y algún personaje de ropajes extraños: un lama tibetano, un sufí o hippies de cualquiera de los asentamientos a las afueras de Órgiva. Hacer una ruta por la Alpujarra granadina no sólo aporta conocer parajes de bella naturaleza y pueblos pintorescos; también enriquecerse con la diversidad de gentes asentadas al sur de Granada desde hace décadas. Órgiva es un crisol de culturas.
Contenido del artículo
Introducción: una breve historia de Órgiva.
El geógrafo de la antigüedad Ptlomeo identificó a Órgiva como una colona griega de nombre Exoche, por lo que su origen se remota a milenios. Cobró relevancia en la época musulmana, siendo cabeza de la taha de Albastch, “llano” a los pies de Sulayr, la montaña del sol. Cedida a Boabdil tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos en las Capitulaciones, el rey Chico de la Alhambra prefirió sin embargo instalarse más lejos, al final de la Alpujarra en Laujar de Andarax, antes de marchar a su exilio en Fez para siempre. Señorío del Gran Capitán y otros nobles castellanos como los condes de Sástago, Órgiva se consolida con los siglos como el centro administrativo de esos pueblos blancos de arquitectura bereber que se adhieren a la montaña, conexión obligada en su camino al Mediterráneo.
La Sierra de Lújar y Órgiva
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Alojamiento en Órgiva:
Al ser capital de la Alpujarra Órgiva cuenta con una buena cobertura hotelera y de casas rurales en el campo para quien quiera tranquilidad. Un hotel recomendado: la Posada Alpujarra Sol. Órgiva es una buena opción para sentar base y explorar desde ella el resto de pueblos de la comarca, en incluso acercarse a la vecina Costa Tropical y explorar el valle de Lecrín, entre Granada y el mar.
Lugares que ver en Órgiva, puerta a la Alpujarra.
- Puente de los Siete Ojos.
- Iglesia de la Expectación.
- Casa Palacio de los Condes de Sástago.
- La plaza de la Alpujarra.
- Barrio Alto de Órgiva.
- Ermita de San Sebastián.
- Biblioteca municipal
- Molino de Benizalte.
- La Ruta de los olivos centenarios.
Fuente: Google maps.
Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación.
El eco de sus campanas se escucha en todo el valle. Sus torres gemelas con puntiagudos tejados de pizarra también se divisan en la distancia, siendo fácil localizar la villa desde las alturas. El edificio más emblemático que ver en Órgiva es este templo de estilo renacentista construido en 1580 y que aún conserva la Cruz de la verja exterior que perteneció a Gonzalo Fernández de Córdoba, señor de la villa tras sofocar las primeras rebeliones de los mudéjares de la Alpujarra.
Iglesia parroquial, qué ver en Órgiva, la Alpujarra
Las bóvedas de medio cañón y arcos de medio punto le dan un aspecto clásico al conjunto del templo. Sobriedad que contrasta con el barroco churrigueresco del interior: el Altar Mayor custodia la talla más venerada de Órgiva, la imagen del Santo Cristo de la Expiración. Talla de madera de cedro que pertenece a la escuela de Martínez Montañés. Aún muchas mujeres del pueblo se llaman como el Cristo -Expiración- al que se le atribuye una leyenda: la famosa talla fue objeto de robo de los vecinos y por entonces rivales del pueblo de Lanjarón. Pero, cuando fueron a cruzar el puente sobre el río Chico el cristo se volvió tan pesado que no pudieron cargar con él de ninguna forma posible, por lo que se vieron obligados a devolverlo a la iglesia de Órgiva.
Casa – Palacio de los condes de Sástago.
A partir del siglo XVI Órgiva pasó del “mejor capitán del mundo” -que cayó en desgracia por disputas con el rey- a los condes de Sástago. Estos nobles no dudaron en construir un suntuoso palacio de estilo árabe, con un torreón de 26 almenas. Torreón al que en el siglo XIX se le añadió un tejado para secar pimientos y maíz. Este edificio histórico, hoy es sede del Ayuntamiento de Órgiva.
Casa – Palacio de los condes de Sástago. Fuente: turgranada
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La plaza de la Alpujarra.
La iglesia de Pitres. Los tejados de Carataunas. Yegen, el pueblo de Gerald Brenan… El corazón de la villa es una tradicional plaza que rinde homenaje a cada uno de los pueblos de la comarca en primorosos azulejos, distribuidos bajo dos blancos tinaos. Así, para darse una vuelta por toda la Alpujarra granadina no hay que salir de Órgiva. Por cierto, en esta plaza también se ubica la oficina de Turismo donde obtener información sobre todo lo que ver en Órgiva, incluyendo paseos urbanos y rutas de senderismo por los alrededores.
La plaza de la Alpujarra
En los alrededores de la plaza de la Alpujarra cada jueves se celebra el mercado matutino. De los mejores momentos para visitar Órgiva, ya que en él se dan cita toda suerte de personajes, hippies, agricultores, puede que algún monje lama de O Sel Ling, escritores o incluso músicos famosos que se han exiliado en la Alpujarra para vender / comprar productos del campo y artesanías.
Amuletos, mercadillo de Órgiva
Los primeros hippies comenzaron a llegar a la Alpujarra en los años 70, huyendo de una cada vez más turística Ibiza. Cansados del mundo occidental y capitalista, se asentaron en cortijos abandonados y empezaron a labrar la tierra. Su popularidad fue creciendo y en los alrededores de Órgiva existen tres comunidades: los Cigarrones, el Moleón y Beneficio. No siempre la convivencia con la población local ha sido armoniosa. La famosa «Fiesta del Dragón» que atraía a miles de hippies de toda Europa para celebrar la llegada de la primavera acabó siendo prohibida por los ruidos y molestias que ocasionaban a los vecinos, por el consumo de drogas y algún trágico accidente.
El barrio Alto de Órgiva y la ermita de San Sebastián.
Puede que el más bonito de los barrios que ver en Órgiva, por típico, sea el Barrio Alto. Si bien en la calle principal y parte baja la mayoría de los edificios son de nueva construcción, modernos y sin personalidad, el barrio Alto de Órgiva conserva ese trazado de pueblo antiguo típico alpujarreño, con calles estrechas y cuesta arriba con habitantes gatunos y macetas. Un preludio de lo que nos espera un poquito más arriba, cuando exploremos la Alpujarra Alta con pueblos tan exquisitos como Pampaneira, Pitres o Capileira.
Rincones de Órgiva, la Alpujarra
Un pequeño camino conduce hasta la parte más alta de Órgiva: la ermita de su patrón San Sebastián, acompañado de las capillas de la Virgen de la Aurora y Santa Ana. La importancia histórico-artística de la ermita de San Sebastián es que fue edificada sobre las ruinas de una vieja fortaleza de tiempos de los visigodos, aunque tuvo que ser reconstruida tras el lamentable estado en que quedó durante la Guerra Civil.
Calles de Órgiva
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La Sala cervantina de la biblioteca municipal de Órgiva.
Una de las curiosidades de Órgiva, que tiene que ver con esta multiculturalidad de la que vengo haciendo referencia en todo el artículo, es que su biblioteca pública alberga una colección de ejemplares de El Quijote traducido a más de 50 idiomas. Colección que se remonta a los años 60, son los propios bibliotecarios los que han ido recopilando los diferentes quijotes, con traducciones tan exóticas como al esperanto, en latín macarrónico, hebreo, serbio, árabe, japonés, ruso o coreano.
Museo de Ruiz de Almodóvar.
También la pintura tiene cabida en Órgiva: las obras del “pintor de Sierra Nevada”, el granadino José Ruiz de Almodóvar se exponen en este centro cultural privado dedicado al arte de los siglos XIX y XX. Además, el museo también dispone de salas con la historia de la Alpujarra, comarca tan singular en tierras andaluzas.
Retrato de Angel Ganivet, Ruiz de Almodóvar, fuente: wikipedia
Molino de Benizalte.
Nos internamos por los campos de limones y naranjos -con ese cálido olor a azahar en primavera- para cruzar al otro lado del río Chico. El Molino de Benizalte se remonta al siglo XVI, cuando usaba las aguas para moler la aceituna. Su protectora: la Virgen de las Nieves, patrona de toda Sierra Nevada.
Senderos de Órgiva.
Como villa a los pies de Sierra Nevada los caminos por los que perderse en Órgiva pueden ser infinitos. Dos voy a destacar: el GR 240 Sendero Sulayr, el sendero circular más grande de España que atraviesa este Parque Nacional Reserva de la Biosfera. El segundo, el camino del Zute que conduce a la ruta de los olivos centenarios: dicen que fueron plantados por los musulmanes antes de abandonar la Alpujarra para siempre.
Ruta de los olivos centenarios en Órgiva
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Juan Antonio
Te crea ganas de visitar Orjiva estw artículo. Gracias
Anónimo
Referente al Stmo Cristo de la Expiracion de Orgiva había que restaurar la imagen del Stmo Cristo y decidieron llevarla a Granada y cuando se hacerco al puente de Río chico el carro de tiro por los caballos se levantaba y retroceder hacia atrás y decidieron volverse a la Parroquia y desde entonces se restaura en Orgiva.