Mis listas Vamos de viaje

Nueve cosas que no sé hacer cuando viajo…

Escrito por la
el
22 enero, 2015

Queridos amig@s,

Hoy os traigo un post divertido e informal. Declaro que he sucumbido a las cadenas que circulan por las redes sociales y he sido nominada por los chicos de Compass Trip a citar «nueve cosas que no sé hacer cuando viajo». ¡Vamos allá! Confesiones a la de una, dos y tres…

Y es que, por mucho que lo intento, cuando viajo no soy capaz de…

1. Aceptar con buen humor el agua fría.

O tibia, escasa, salada… Esos baños asiáticos con agujero y cubo. Los calambres de las duchas en Brasil. Soy consciente de que con esta revelación algún viajero y mochilero «de los de verdad» me dirá: ¡princesita! Sí, sí. Lo llevo un poco regular… Pero, ¡y lo que se disfruta a la vuelta de una ducha auténtica! De esas que el baño acaba con más niebla que Londres en invierno…

Baño en Indonesia

Baño en Indonesia

2. ¡Bichos noooo!

«Antenudas» que te saludan desde el lavabo cuando vas al baño a media noche. Compañeras de habitación no invitadas en el techo de la habitación en Río. Un enorme ciempiés columpiándose plácidamente en la cortina del hostel de Puerto Jiménez en Costa Rica. Pero que conste que me embadurno de RELEC y me marcho a explorar el corazón de la selva. Ni una legión de mosquitos (a los que, por cierto, les tengo alergia) consiguen quitarme las ganas de aventura y descubrir mundo.

Habitación en Río de Janeiro

Habitación en Río de Janeiro

¡Eso sí, a los bichos medianos y de cuatro patas los adoro!
Coatí

Coatí

3. Dormir en el transporte en un largo recorrido.

Miro con envidia a mi alrededor en el autobús (por llamarlo de alguna forma) que nos lleva de Yoggy al volcán Bromo: once horas de viaje. Todos se han dormido, meno yo. No sé por qué, pero me cuesta muchísimo. Solución: ¡un buen libro!

4. Dejar de tomarme una birra, cueste lo que cueste…

Aunque su coste sea mayor que el de comer (literal, en Indonesia: un plato de arroz y pollo 1 euro; una cerveza: 3 euros). No puedo resistirme a disfrutar de una jornada de relax entre el trajín y degustar de una rubia espumosa local…

Una bintang en Indonesia

Una bintang en Indonesia

Una imperial en Costa Rica

Una imperial en Costa Rica

Una viking en Islandia

Una viking en Islandia

Una sagres en el Algarve

Una sagres en el Algarve

5. Llevar ropa adecuada.

Siempre me equivoco y me falta algo, que acabo comprando en el lugar de destino: una bufanda en las Highlands (¡bajó la temperatura a 5 grados!) una chaqueta en Brasil gracias a una ola de frío y lluvia…

¡Qué frío en Ullapool!

¡Qué frío en Ullapool!

6. Conducir sin liarla.

Ay, ay. Esos baches del volcán Arenal en los que las ruedas del todo-terreno se hunden, esos setos a la izquierda en las carreteritas de Escocia… Sin grandes incidentes, por suerte.

Charcos en el camino, Costa Rica

Charcos en el camino, Costa Rica

7. Do you speak english?

Aunque me defienda, pueda mantener conversaciones, haga amigos… ¿A quién no se le ha escapado algún tonto mistake? Ejemplo: desayunando en el hostel de Paraty con unos nuevos amigos holandeses. Nos preguntan: «¿qué vais a hacer hoy?» Yo: «ir al parque de pájaros» (pero pronuncié osos, bears en lugar de birds). Cara de sorpresa: «¿hay osos en Brasil?» Yo: «claro, (pensando en pájaros) de muchos tamaños y colores ¿no los habéis visto?» «Por favor, ¡queremos desayunar lo mismo que tú!» Ahí me di cuenta del error… Cara roja de vergüenza. Podía haber sido peor y haber dicho «parque de la cerveza» (Beer Park).

Dos holandeses, una francesa y dos españolas en Paraty

Dos holandeses, una francesa y dos españolas en Paraty

8. Regatear.

No puedo, de verdad. Me da pereza, me produce impaciencia… No puedo perder dos horas en discutir el precio de un bolso en un puesto del Gran Bazar de Estambul o en la Medina de Tetuán. Casi lo dejo… O pago lo primero que me dicen. Así soy de tonta.

Medina de Tetuán

Medina de Tetuán

9. No comprar souvenirs.

Por último, cuando viajo no puedo evitar comprar algunos típicos recuerdos que engorden mi colección de tazas e imanes, y volver con dos kilos de más en la mochila. Me alegra el día el abrir la nevera con todos esos magnéticos de colores adquiridos en mi último viaje. «Desayunar» una mañana en Costa Rica, otra en Santorini…

Mi colección de tazas de viajes

Mi colección de tazas de viajes

¿Y vosotros? ¿Cuáles son las nueve cosas que no sabéis hacer cuándo vais de viaje?

Ahora me toca a mí nominar… (Risa malvada):

La maleta de Glo.

Viajando en furgo.

Objetivo Destino.

Un abrazo viajero 🙂

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47 Comentarios
  1. Responder

    Karla

    31 mayo, 2016

    Jajajaja muy bueno! Lo de los bichos ya lo tengo superado al igual que el agua fría Jajajaja pero eso de no comprar souvenirs o regatear tampoco se me da.

    • Responder

      cosmopolilla

      1 junio, 2016

      ja ja ja me alegro por ti, en un par de meses estaré por Panamá y Colombia, me pienso llevar litros de relec, a ver qué tal los bichejos por allí 🙂
      Un abrazo, Karla

  2. Responder

    bea

    17 enero, 2017

    He flipado … creo que coincido en todo, jeje.

    ¿Cuanto bajaría el precio de mis viajes si no bebiese cerveza? Peeeero, no los disfrutaría igual.

    Y a la hora de regatear me pasa lo mismo, al final no compro solo por la pereza de pensar en tener que negociar el precio.

    Ahora en los viajes en bus, biodramina y a dormir como un bebe 😉

    Buen post!

    • Responder

      cosmopolilla

      17 enero, 2017

      Ja ja ja cervezas viajeras, qué sería de nuestros viajes sin ellas 😉 besitos

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