Maestros flamencos en Amberes
Bélgica Europa

Tras las huellas de Rubens en Amberes

Escrito por la
el
31 mayo, 2018
Maestros flamencos en Amberes, Flandes

Maestros flamencos en Amberes, Flandes

Energía. Color. Sensualidad. El pincel del maestro barroco da vida y luz a lienzos destinados a palacios y catedrales. Siempre con Tiziano en la mente, con quien «la pintura encontró su esencia», su inagotable fuente de creación es un derroche de paisajes, mitología, religión, retratos. La gran sala de su taller, un hervidero de aprendices concentrados en cuadros, trípticos e ilustraciones. Rubens, pintor y humanista, se ganó la inmortalidad gracias a su obra. Aunque su vida terrenal acabase, la huella de su legado es reconocida y admirada en todo el mundo. Este 2018 es el año para conocer más sobre su figura.

El descendimiento de la cruz, Rubens

El descendimiento de la cruz, Rubens

Destino Flandes. Tras los Maestros flamencos en Amberes. 

Sucedió así. Recibí un cofre decorado con pinturas de vírgenes y ángeles flamencos. En su interior, una llave dorada y una carta rubricada por el mismo Pedro Pablo Rubens, invitándome a conocer su ciudad. No pude rechazar esta oferta. Un mes después, me apeo en la estación central de trenes de Amberes. Inaugurada en 1905, es un magnífico edificio de vidrio y hierro revestido en piedra coronado con una gran cúpula. No en vano ha sido incluida varias veces dentro de la lista de las cinco estaciones más bellas del mundo.

Estación Central de Amberes

Estación Central de Amberes

Sol y cielo azul. Un paseo de árboles con edificios señoriales al fondo. Desde el minuto uno adivino que Amberes, la ciudad del diamante, me va a gustar. Antwerpen en flamenco, es una de esas ciudades monumentales y tan antiguas como la misma Historia de Europa. Según la tradición fue un centurión romano, Silvio Brabo, quien liberó a estas tierras de la tiranía del gigante Antigoon, quien habitaba el río Escalda cobrando un peaje a los barcos que quisieran pasar. A los que se negaban, el gigante cortaba la mano del capitán y la arrojaba a las aguas. El romano, cansado, arremetió contra Antigoon y le pagó con la misma moneda. Surgió así el nombre de Amberes: Ant (mano) y Werpen (lanzar).

Silvio Brabo, plaza del Mercado de Amberes

Silvio Brabo, plaza del Mercado de Amberes

Amberes, la capital mundial del diamante. 

Pasada la Alta Edad Media, esa época oscura de la que poco se conoce, ya en los tiempos de Rubens Amberes brillaba con luz propia. Ropajes y telas de lujo, diamantes… Aquí acudían nobles y reyes de las casas europeas a proveerse de lo exquisito. Un puerto 60 kilómetros tierra adentro, en las orillas del Escalda, punto de entrada al viejo continente y conexión con el mar del Norte hacen de Amberes una ciudad de comerciantes próspera y floreciente. Aún hoy la milla del diamante concentra en el bulevar cientos de joyerías que hacen suspirar a las Audrey Hepburn contemporáneas frente a sus escaparates.

Iglesia de San Pablo, Amberes

Iglesia de San Pablo, Amberes

El comercio de diamantes en Amberes se remonta al S.XV, cuando esta ciudad con fama de tolerante acogió a judíos expulsados de otras tierras. De ellos se decía que tenían que transportar todo su capital en el menor espacio posible, de ahí que portaran diamantes. Una tradición de talla y comercio de piedras preciosas que continúa hasta nuestros días. Aunque ya no es negocio exclusivo de los judíos: más del 80% de los diamantes del mundo se tallan o comercian en Amberes.

Diamantes en Amberes

Diamantes en Amberes

Visita a la Casa – Museo de Rubens.

Timbres de bicicletas, risas, helados, ambiente veraniego… Se mezcla con el tradicional olor a waffle y a chocolate que me acompaña siempre en Bélgica. Voy por calles repletas de tiendas que bullen de vida. En mi camino de la estación al centro de la ciudad, tras las huellas de los maestros flamencos en Amberes, me abro paso por la Meir hasta la Casa- Museo de Pedro Pablo Rubens. Las banderas ondean en una fachada tradicional de ladrillo. Aquí pasó el pintor veinticinco años de su vida junto a su familia.

Casa de Rubens, Amberes

Casa de Rubens, Amberes

Cruzar esa puerta es adentrarse al mundo íntimo de Rubens, a sus estancias privadas y salones, donde atesoraba sus obras más queridas. Aún parece que flota su presencia. Sus lujosos aposentos hablan de una privilegiada posición como hombre importante de la ciudad. Sabed que Rubens no sólo fue el artista preferido del rey Felipe IV, también ejerció de diplomático en las cortes europeas.

Salón, Casa Museo de Rubens

Salón, Casa Museo de Rubens

Habitación, Casa Museo de Rubens

Habitación, Casa Museo de Rubens, maestros flamencos en Amberes

Anexo a la vivienda se ubica el taller en el que más horas del día invertía, trabajando con sus discípulos entre los que se encontraban Jacobs Jordaens o Anton van Dyck. Atrás, un jardín barroco bañado de sol, con un impresionante pórtico diseñado por él mismo. En él, imagino, se refugiaría para hallar calma en el espíritu. O tal vez buscando a unas musas que se empeñaban en quererle. Siglos después, Rubens inspira a las nuevas generaciones de artistas que indagan en sus trazos los secretos mejor guardados de los maestros flamencos.

Pórtico, Jardín de Rubens

Pórtico, Jardín de Rubens. Maestros flamencos en Amberes

Jardín de la casa de Rubens

Jardín de la casa de Rubens. Maestros flamencos en Amberes

Catedral de Nuestra Señora, el corazón de Amberes.

Ahora mis pies me llevan al corazón mismo de la ciudad. Callejuelas medievales de fachadas milenarias, me guío por la punta del campanario de 123 metros de altura, donde marca las horas el reloj dorado de la catedral de Amberes. A sus pies, duerme el sueño eterno el huérfano Nello y su mejor amigo Patrasche convertidos en piedra.

Nello y Pastrane

Nello y Pastrane

La catedral de Amberes es la mayor en tamaño de Bélgica. Un ejemplo de armonía en la que la luz proyecta escenas religiosas a través de sus magníficas vidrieras de colores. Comenzada a construir en 1352, dentro custodia joyas de los maestros flamencos como la Elevación a la Cruz, la Ascensión de María o el Descendimiento de la Cruz de Rubens. Y, como exposición temporal, hasta finales de 2019 sus pilares se visten con obras maestras del Real Museo de Bellas Artes de Amberes.

San Juan predicando en el bosque

San Juan predicando en el bosque, Hendrick Van Balen. Maestros flamencos en Flandes

Plaza Mayor, el núcleo de Amberes. 

Todos los caminos llevan a la Grote Markt. La estatua de Rubens se alza en la contigua Groenplaats, antaño un cementerio. Hoy, de animadas terrazas donde degustar las deliciosas cervezas belgas. Pero los elogios se los lleva la bellísima plaza Mayor de Amberes, abrazada por la típicas fachadas de casas gremiales y el Ayuntamiento, Patrimonio de la Humanidad. Las horas se diluyen en un banco, con el sonido de la fuente dedicada a Brabo, el circular de las bicicletas y la música de carillón de la catedral.

Plaza Mayor de Amberes

Plaza Mayor de Amberes

Las iglesias de Amberes. 

Si bien la catedral de Nuestra Señora es el templo más imponente, mi viaje tras la senda de los flamencos en Amberes me lleva a basílicas más modestas pero imprescindibles. La iglesia Barroca de San Carlos Borromeo se la conoce como la iglesia de Rubens en los Países Bajos, ya que suyo es el diseño escultórico y gran parte de las pinturas. Aunque la mayoría tristemente fueron destruidas por un incendio en 1718. Sin embargo la tumba del maestro la encuentro en una joya gótica tallada en mármol: en la iglesia de Santiago, en pleno barrio Universitario. Tal vez para seguir inspirando a los estudiantes que se acercan hasta la capilla decorada con su tardía virgen rodeada de santos. Próxima se encuentra la casa del que fuera su gran amigo y confidente, el alcalde de Amberes Nicolaas Rockox, mecenas del arte cuyo museo se acaba de abrir nuevamente a los visitantes.

Iglesia de San Carlos Borromeo

Iglesia de San Carlos Borromeo, maestros flamencos en Amberes

Iglesia monástica de los padres agustinos

Iglesia monástica de los padres agustinos

De Ruien: Amberes subterráneo.

Es fácil imaginar el Amberes del Barroco por el que se paseaba Rubens, ya que las calles y plazas del centro histórico conservan su fisonomía de ciudad monumental, capital del Arte. Sin embargo, si la estatua del maestro cobrara vida hay algo que echaría de menos… Preguntaría por los canales, esos viaductos de agua por los que se transportaban mercancías desde el río Escalda a los almacenes. En el S.XVII, Amberes lucía con un esqueleto similar al de las vecinas Brujas o Ámsterdam. Sin embargo, fue en 1800 cuando Napoleón mandó cubrirlos debido a una epidemia de peste. Los canales quedaron clausurados y olvidados, bajo el suelo de Amberes. Sin embargo, ahora se puede acceder a ellos a través de una escalera y recorrer los túneles a la luz de la linterna.

Canales soterrados de Amberes

Canales soterrados de Amberes

El Amberes contemporáneo.

Vuelvo a la luz. Al Amberes del S.XXI que mira al futuro, rindiendo homenaje a su legado del pasado. En el barrio marinero e industrial se alza el MAS, museo mirador de la ciudad receptor de las vanguardias.

Museo MAS de Amberes

Museo MAS de Amberes

Museo MAS

Museo MAS

Y es que Amberes es la perfecta combinación donde barroco y tradición conviven con el arte urbano y los locales vintage.

Arte urbano en Amberes

Arte urbano en Amberes

Un crisol de culturas en una ciudad que gracias a su puerto, el más importante de Bélgica, alberga casi 200 diferentes nacionalidades. Una pequeña Manhattan en la que disfrutar y dar vueltas, como su noria, desde el legado de los maestros flamencos a la actualidad.

Noria de Amberes

Noria de Amberes

Datos prácticos. Dónde alojarse en Amberes.

  • Un hotel boutique de diseño en pleno centro histórico, junto a la Casa-Museo de Rockox: el precioso De Witte Lelie. Una casa tradicional llena de luz con ventanales y jardín. Pura inspiración en los Maestros flamencos en Amberes.
  • El Park Inn, hotel práctico y cómodo, tipo congresos, junto a la Estación Central y la gran noria de Amberes.
Hotel en Amberes

Hotel De Witte Lelie en Amberes

Dónde comer en Amberes.

La mejor gastronomía belga combina tres de las cosas que más me gustan: chocolate, pescado y cerveza. Los días que pasé tras las huellas de los maestros flamencos en Amberes pude degustar delicias locales en:

  • La Brasserie Dock’s, junto al río y el viejo castillo de Amberes, a medio camino entre la Grote Markt y el museo MAS. Uno de los lugares más elegantes para cenar en Amberes, con un menú degustación por 49 euros que incluye dos entrantes (en los que se puede pedir ostras, la especialidad de la casa), plato principal, postre y dos copas de vino.
  • Local Store, en el centro histórico, un moderno local acristalado con una agradable terraza y mesas de madera en las que comer al aire libre en un día soleado. Tienen menú vegetariano.
  • Grand Café Horta, a dos pasos de la Casa de Rubens, en este suntuoso restaurante probé una de las lubinas más deliciosas de mi vida, acompañada de exquisitos espárragos belgas.
  • Backyard, sitio de comida rápida (sandwiches, nachos, hamburguesas) y precio asequible en la Grote Markt.
Ostras en la Brasserie Dock´s de Amberes

Ostras en la Brasserie Dock´s de Amberes

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Agradecimientos: muchas gracias a Turismo de Flandes por la invitación a conocer más de cerca a los Maestros Flamencos en Amberes

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