La ruta de la hechicería: 7 pueblos de brujas en España

Yo no creo en las meigas más haberlas haylas. Cuentan que el mismo rey Alfonso X el Sabio era gran aficionado a la hechicería, la magia y la adivinación. En los tiempos oscuros de la Alta Edad Media los rituales paganos, los sortilegios heredados de druidas y celtas no se perseguían aún por la santa iglesia. Fue en la segunda mitad del siglo XIII cuando la palabra bruxa apareció por vez primera como sinónimo de súcubo, un demonio femenino. Siglos después, decenas de acusados por herejía habían ardido en toda Europa en las hogueras de la Inquisición. Pero la leyenda, su legado, ha sobrevivido oculto en lugares remotos: hay varios pueblos de brujas en España. Si de algunos las hicieron desaparecer; en otros están más vivas que nunca.

Lugares mágicos de Galicia

Soportújar, el pueblo de las brujas en la Alpujarra.

Incluso Baba Yaga, la hechicera más temible de la tradición eslava, se ha mudado a este pequeño municipio blanco de la Alpujarra granadina. Su casita de madera con grandes patas de gallina se alza en una placeta junto a una fuente de la que sólo se puede beber si se resuelve el acertijo. En Soportújar, el pueblo de las brujas, situado en la ladera sur de Sierra Nevada, se celebran algunos de los más grandes aquelarres en España. La Feria del Embrujo, durante el mes de agosto y la noche de Halloween. Sus 266 habitantes son conocidos como “los brujos” desde que fue repoblado por gallegos tras la expulsión de los moriscos en la época de Felipe II.

Cabeza de Baba Yaga, Soportújar, pueblos de brujas en España

El apodo “cariñoso” fue ganado a pulso según las poblaciones vecinas tras presenciar extraños sucesos: reuniones de brujas durante las noches de luna llena en la Era del Aquelarre. En ellas las mujeres “se untaban los sobacos en manteca para poder volar”. La Cueva del Ojo de la Bruja era otro lugar maldito, frecuentada por malos espíritus y seres que raptaban a los más pequeños con malvadas intenciones. Supersticiones que en la última década han sido rescatadas y puestas en valor, convirtiéndose en la seña de identidad de un pueblo. Con el proyecto Embrujo Soportújar se han añadido personajes fantásticos creando un escenario de ilusión: el mirador del Embrujo, la fuente del Dragón, el pozo de los deseos o la araña tejedora de sueños serán responsables de los mejores augurios o peores pesadillas.

La fuente del Dragón, Soportújar

Llanes, la villa de la Llobera.

Hablar de Asturias -como de Galicia- es sinónimo de brujería. Estas tierras celtas azotadas por el Cantábrico, de altas cumbres y tenebrosos valles cubiertos de niebla han dado pie a diversas historias y mitos contados de boca en boca, generación tras generación. Una de ellas es la de Ana María García la Llobera. La bruja más famosa de Asturias nació en Posada de Llanes, la marinera capital del oriente de Asturias. Corría el año 1623 y Ana María era séptima hija de siete hermanas: en caso de haber resultado varones, lobisome hubiera sido su sino.

Paseo de San Pedro, Llanes, pueblos de brujas en España

Tras una infancia desgraciada, Ana María a los 20 años se convirtió en la aprendiz de Catalina González, la bruja de Bricia. Esta le enseñó el arte de la curación y el poder de convocar a los lobos, haciendo que obedezcan.  Su fama corrió por todo el Principado: la Lobera se convirtió en una mujer muy importante, dominando a las manadas y ayudando a los vaqueiros de los Picos de Europa. Sin embargo, el amor la condujo hasta Toledo, donde fue acusada y juzgada por brujería en un tribunal de la Inquisición. La Lobera no sufrió la hoguera al no ser probados los actos. Libre, retornó a las montañas de Asturias, lejos de los inquisidores.

La Lobera, ilustración de Pixabay.es

Fiestas de brujas en el Concello de Llanes.

A la bruja de Bricia, maestra de la Lobera, se recuerda su gran labor de curandera y el poder de hablar con los animales en el Aquelarre de Celorio. En la aldea de Barros, concejo de Llanes, se organiza una popular Fiesta de las Brujas rindiendo homenaje a estas mujeres malditas y temidas a la par que respetadas. Fiestas paganas, divertidas con fuego y música celta. Ya apunté al comienzo que hay pueblos de España donde las brujas parecen revivir en una nueva era de esplendor. Un planazo si se está haciendo una Ruta por Asturias.

Palacio derruido de Llanes, Asturias

La Cueva del rey Cintolo en Mondoñedo.

¿Quieres encontrar brujas en Galicia? Entra en una fraga y levanta una piedra. Acude a una playa solitaria al anochecer… Pueblos de meigas en Galicia hay centenares. Desde Fisterra, en el fin de la tierra al soto de Merilán en la parte más desconocida de la Ribeira Sacra. Hacer una ruta de las brujas en Galicia es conectar con las raíces celtas de un antiguo reino sumido en la magia.

Fisterra, Costa da Morte, Galicia

Uno de los brujos más malvados de Galicia fue el que destruyó en la antigüedad la ciudad de Bría, reduciéndola a escombros. Su motivo: la lucha por desposarse con la princesa Manfada, hija del rey Cintolo, con un conde pretendiente. El noble venció la reyerta, pero el brujo, como venganza, redujo la ciudad a piedras, sepultando el castillo del rey bajo tierra. La mayor cueva de Galicia se conoce como la del rey Cintolo, situada a las afueras de Mondoñedo (Lugo). En sus profundidades se cree que aún vaga el alma en pena de la joven Manfada. Mas del siniestro brujo, nada más se supo.

Cueva del rey Cintolo, Mondoñedo, Lugo

Piedrafita, los brujos del Alto Gállego.

Huesca, valle de Tena. En el Alto Gállego aragonés, bajo cumbres que rozan los tres mil metros de altura se localiza Piedrafita de Jaca. A sus vecinos se les conoce con el apodo de “Los brujos” (¿serán parientes lejanos de los de Soportújar?) Según cuenta la leyenda, en el cercano bosque del Betato -entre Piedrafita y Tramacastilla- se celebraban grandes aquelarres. No muy lejos de allí, en la Hoz de Jaca, se ubica la Cueva Encantada y el Huerto de las Brujas. Para hallar otro siniestro paraje, el Barranco de la Brujas, hay que llegar hasta Santa Elena. El mágico paisaje del Pirineo con sus bosques de umbría, riachuelos, cascadas, animales salvajes, túmulos cubiertos de musgo y nieve, ponen el resto. Escenario de ensueño o brujería, caer hechizada es cuestión de un momento.

Paisajes del Pirineo aragonés

Trasmoz y la bruja del año.

Seguimos en Aragón, a los pies del Moncayo, para encontrar uno de los pueblos de brujas en España con más tradición. La fama de pueblo maldito la arrastra desde 1511, fecha en que fue excomulgado y maldecido. La última bruja reconocida de Trasmoz fue la Tía Casca, despeñada desde lo alto del castillo tras ser acusada por los vecinos de echar mal de ojo y envenenar las aguas. Las ruinas de la vetusta fortaleza aún presiden el pueblo, el cual según la leyenda fue levantado en una sola noche con artes oscuras por un brujo o nigromante. Con un museo dedicado a la brujería, a las afueras de Trasmoz se localiza la Cueva de las Brujas, enclave señalado como punto de encuentro y celebración de aquelarres. En pleno siglo XXI, en Trasmoz se celebra la Feria de la Brujería, Magia y Plantas Medicinales, donde se elige a “la bruja del año”.

Fuente: Flickr

Cernégula, las brujas de Castilla.

«Cuando las brujas van a Cernégula, ata a tu vieja que acaso lo sea.» Dicho popular.

Burgos, Páramo de Masa. En una yerma llanura donde el viento del norte corta como un cuchillo, existe una laguna solitaria conocida como La Pila. A sus orillas una pequeña aldea, Cernégula, señalada como punto de encuentro de brujas de Castilla, Cantabria y Navarra para intercambiar hechizos y hacer aquelarres. Reunidas en torno a un espino, bailaban en la oscuridad y se sumergían en las heladas aguas para completar el ritual. La Inquisición tuvo noticia de estos encuentros y envió al inquisidor de Burgos, con orden de limpiar Castilla de brujas y magos además de otros herejes. Siglos después, el aura de pueblo maldito y la dureza del clima hicieron de Cernégula lugar relegado a la emigración y al olvido. Hoy, como en otros pueblos de pasado embrujado, rinden culto a esas hechiceras voladoras con guiños e imágenes, incluyendo la de una bruja en la pequeña laguna encantada.

Fuente: Flickr

Las brujas de Zugarramurdi.

La historia más famosa de la brujería en España la encontramos en el Pirineo navarro. La caza de brujas se desató a principios del siglo XVII. Terminó con un auto de fe redactado por la Inquisición donde se condenó a morir en la hoguera a doce mujeres acusadas de brujería y prácticas satánicas. Sin duda, el capítulo más siniestro de la Santa Inquisición en España fue el de las brujas de Zugarramurdi, al norte del valle del Baztan.

Cueva de las brujas en Zugarramurdi

Varios siglos después de tan terrible sentencia, Zugarramurdi se ha convertido en destino brujeril por excelencia, como el más famoso de los pueblos de brujas en España. El prado del Aquelarre, donde se cuenta que bailaban las hechiceras hasta el amanecer y la sobrecogedora Cueva de las Brujas, a las afueras del pueblo, son los principales focos de atención en un inquietante recorrido por el sueño de la razón. No puede faltar en el centro histórico el siniestro museo de las Brujas, ubicado en un antiguo hospital y dotado de instrumentos de tortura que usaba la Inquisición para obtener las confesiones de las acusadas. Que las supuestas brujas no hicieran uso de sus poderes para escapar de la cárcel y de las llamas, continúa siendo un misterio.

Pócimas y brujerías, pueblos de brujas en España