España Madrid

La plaza encendida

Escrito por la
el
5 diciembre, 2014

Los adoquines están salpicados de destellos azules, fugaz reflejo en un charco del suelo, que tiembla y se desvanece con la pisada de un transeúnte solitario. Levanto mi cabeza hacia el cubo luminoso que hay sobre ella suspendido. Detrás, otro cubo rosa, y detrás otro verde, y otro morado, sucediéndose en una explosión de color que decora el techo de aire de la plaza rectangular. Ya es Navidad en la plaza Mayor de Madrid.

luces

Plaza Mayor de Madrid

Ya ha caído la noche y llueve un chirimiri de esos que no te atreves a abrir el paraguas por vergüenza, pero acabas calado hasta los huesos. Eso no impide que el trajín sea protagonista en esta noche importante: mañana es la inauguración oficial del más castizo de los mercados europeos. En éste no encontrarás humeantes salchichas ni el olor a vino especiado que impregna los de Praga o Berlín.

Esta noche algunos vendedores se han adelantado en abrir su puestecito, y exhiben su tradicional mercancía con orgullo a curiosos y turistas, que no cesan de acceder por el Arco de Cuchilleros en un raudal irregular pero constante. Un padre con dos hijos observa con nostalgia las figuras de unos pastorcillos, perdida la mirada en quién sabe qué recuerdo. La niña mayor quiere comprar el camello más grande ¿o es un dromedario? El niño pequeño, la estrella más brillante, no vaya a ser que los Reyes Magos este año no encuentren el camino a su casa.

Puestos de la plaza Mayor

Navidad en la plaza Mayor de Madrid

Una pareja camina sin prisa, cogida de la mano. Ella se detiene aquí y allí, indecisa. Su adquisición final, una diadema rosa con orejas de conejo. Se la ajusta sobre el cabello plateado y sonríe a su novio, encantada. Se llama Lada, es de Rusia y este es su primer viaje a Madrid. Divertidos, se hacen un selfie bajo la severa presencia que preside la plaza: un ecuestre Carlos III impasible, recordándome una antigua canción sobre otro monumento de Madrid: “mírala, mírala, viendo pasar el tiempo…”

Al otro lado de la plaza, Nicolai abre la cadena del tiovivo. Esto también es novedad. Un caballo de crines al viento y un león de ojos vivaces dan la bienvenida al niño de la estrella y a la niña del camello, que ríen felices con sus nuevas pertenencias, mientras Nicolai les aupa a los lomos de tan gallardos corceles. Comienza a girar el carrusel. Sí, la Navidad en la plaza Mayor de Madrid también puede ser divertida.

Tiovivo de la plaza Mayor

Tiovivo de la plaza Mayor

Pero no son los gritos de los pequeños los que me transportan a la infancia, si no otra canción infantil: “Cómo me pica la nariz…” ¿Acaso Madrid se llena de canciones en Navidad? Me pregunto. Nicolai se ajusta el abrigo. Seguro que, como yo, tiene las manos ateridas. Qué bien nos vendría ahora un vaso de vino caliente… El carrusel seguirá aquí hasta el 6 de enero. Después se marcharán a un lugar de clima más benigno, Valencia, me cuenta con su ligero acento del este.

Aprieta la lluvia. Las luces de los cubos titilan en los charcos. Ahora sí se abren los paraguas, se busca refugio en bares y soportales. La excusa perfecta para tomar una caña y, por qué no, un típico bocata de calamares. Los puestos poco a poco van cerrando y las sombras de los viandates, diluyéndose en la noche, resonando el eco de sus pasos cada vez más lejanos. Nicolai también echa la cadena al tíovivo. La diversión se acabó; es tarde y hay que volver a casa.

Navidad en la plaza Mayor de Madrid

Navidad en la plaza Mayor de Madrid

La plaza se apaga y entonces los veo, a los invisibles de la noche: esos que no son niños, ni turistas ni comerciantes. Esos que no son nadie. Que se cubren con cartones en los laterales de la otra plaza Mayor, ésa que no sale en las postales. Esos que, quizá, las únicas luces de Navidad que vean sean los del furgón de la Cruz Roja, que acaban de llegar repartiendo termos de caldo caliente y mantas. Estos sí que son los Reyes Magos de la noche madrileña.

Lateral de la plaza Mayor

Lateral de la plaza Mayor

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8 Comentarios
  1. Responder

    TurismoCuatro

    22 agosto, 2017

    ¡Buenas!

    Como madrileña tengo que darte la enhorabuena porque has descrito la Plaza Mayor como yo la he concebido siempre.

    Yo la verdad es que no entiendo la popularidad de este escenario navideño. Como bien dices, solo venden artículos de broma y figuritas para el Belén y está repleto de gente durante esos días que dura el periodo navideño. A mí me agota y llevo varios años sin pisarla porque creo que hay muchos otros sitios interesantes en Madrid: la sierra con sus pueblos cercanos a la capital, nieve, montañas y piscinas naturales; los museos; los parques., las grandes arquitecturas…

    De Madrid al cielo sí, pero sin pasar por la Plaza Mayor en Navidad jeje.

    Un abrazo.

    • Responder

      cosmopolilla

      10 septiembre, 2017

      Je je desde luego para mí un sitio a evitar en Navidad, no se puede ni andar… Aunque el día o mejor dicho noche que escribí esta crónica llovía por lo tanto se quedó vacía… Un abrazo

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