Casa Museo Lope de Vega
España Madrid

El nido del Fénix

Escrito por la
el
14 abril, 2016

La placa dorada del número 50 de la calle Mayor de Madrid indica el lugar de nacimiento de Lope Félix de Vega Carpio, el Fénix de los ingenios, el 25 de noviembre de 1562. Estoy frente al mercado de San Miguel en la entrada de un moderno hotel; la casa natal de Lope hace mucho que fue demolida completamente. La que hoy es la Casa Museo Lope de Vega no se encuentra muy lejos…

Placa calle Mayor, casa natal de Lope de Vega en Madrid

Placa calle Mayor, casa natal de Lope de Vega en Madrid

Atravieso la animada plaza Mayor, asomándome a la calle Toledo. Anexo a la Colegiata de San Isidro, catedral hasta la apertura de la Almudena, se encuentra el antiguo Colegio Imperial de la Compañía de Jesús, donde estudió Lope de joven. Contemplo el sobrio edificio y vuelvo sobre mis pasos para internarme en las callejuelas del barrio de Las Letras. Voy en busca de la Casa Museo Lope de Vega, uno de los grandes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español.

Barrio de las Letras

Barrio de las Letras

Tras una juventud convulsa, de conducta desordenada y mujeriega, lo que le llevó a abandonar sus estudios, un desengaño amoroso e incluso una pena de cárcel con destierro, conoció a su Belisa: Isabel de Alderete y Urbina. Con ella casó y vivió en Valencia y Toledo. Sin embargo fue felicidad efímera y murió de parto poco después. Lope regresó a Madrid y casó con Juana de Guardo, hija de ricos mercaderes. Gracias a su dote compró esta vivienda de la calle Cervantes número 11, donde pasará los últimos veinticinco años de su vida.

Entrada a la Casa Museo Lope de Vega

Entrada a la Casa Museo Lope de Vega

La Casa Museo Lope de Vega en Madrid.

Cruzar este umbral es trasladarse atrás en el tiempo, en concreto a 1610. Por aquel entonces Lope de Vega ya tenía una posición consolidada en el mundo literario. Sus historias desatan pasiones en los corrales de comedias. La que fuera la actriz del momento, Micaela de Luján, más que su amante era «su querida», con quien convivía paralelamente y le había dado tres hijos. La primera parte de «El Quijote» luce tinta fresca con sus ataques velados contra Lope en el prólogo.

Jardín de la casa de Lope de Vega

Jardín de la casa de Lope de Vega

Me interno por el pasillo hasta la reja de hierro negro donde se abre un espacio abierto al cielo de Madrid, de árboles invernales, un pozo y corral para las aves domésticas. Éste es un lugar sosegado y tranquilo, que transmite calma: parece mentira que estemos en pleno centro. El jardín es un elemento esencial de la casa: en él Lope gastó muchas horas paseando, meditando y cuidando de sus árboles y flores.

Jardín de la Casa Museo Lope de Vega

Jardín de la Casa Museo Lope de Vega

«Cuando las secas encinas, álamos y robles altos,
los secos ramillos visten de verdes hojas y ramos…
Todo se alegra, mi Belisa, ahora, solo tu Albano se entristece y llora».
Casa Museo Lope de Vega

Casa Museo Lope de Vega

Vuelvo al interior y subo las escaleras que conducen a la primera planta. El espíritu de la Contrarreforma se hace latente en la capilla, con un retablo principal de San Isidro Labrador con trigo a sus pies, en cuya canonización participó Lope. Lo acompañan en esta sagrada estancia Santa Catalina y una talla de la Inmaculada Concepción del S.XVII, además de cuadros religiosos provenientes de El Prado.

Capilla con San Isidro

Capilla con San Isidro

En la casa original ya existía un oratorio cuando la adquirió Lope en 1610. Pero fue en los últimos años de su vida cuando esta estancia cobró importancia transformándose en capilla, con la conversión en sacerdote. ¿Por qué se ordenó cura Lope de Vega, un hombre libertino, en el punto de mira de la Inquisición? Al parecer, la muerte de su más querido hijo y la de su mujer Juana poco después le sumió en una depresión cuya salvación fue abrazar la fe.

Detalle de la capilla, Casa Museo Lope de Vega

Detalle de la capilla, Casa Museo Lope de Vega

Sigo indagando en la intimidad del Fénix de los ingenios. El distribuidor da acceso a su estudio, donde vio la luz la prolífica producción literaria de los últimos años: «El perro del hortelano», «el caballero de Olmedo», «El mejor alcalde, el rey»… Desde un lienzo anónimo rescatado me traspasan sus ojos oscuros dominando el espacio, como queriendo retener su legado. Como queriendo decir: todos esos que me han sobrevivido -Teodoro, la celosa condesa Diana, don Alonso y doña Inés – mis inmortales hijos literarios, nacieron del amor de esta pluma.

El estudio de Lope de Vega

El estudio de Lope de Vega

«Celos son hijos del amor, mas son bastardos te confieso.»
Estudio de Lope

Estudio de Lope

En la pared ora otra de sus hijas, de las de carne y hueso: una seria Marcela, la única de Lope que heredó su afán escritor. Con quince años ingresó en el cercano Convento de las Trinitarias no conociendo otro varón que Dios.

Retrato de Marcela

Retrato de Marcela

El estudio da paso al salón de las mujeres nobles. Me sorprende el estrado, con decoración y cojines heredados de costumbres árabes y un caro espejo flamenco, que entonces su utilidad más que servir a la vanidad era la de reflejar la luz. Justo al lado se ubica la alcoba del dueño y señor de la casa. Esta distribución obedece a un intento de control ya que eran muy frecuentes los raptos de mujeres, consentidos o no.

Salón de las mujeres, Casa Museo Lope de Vega

Salón de las mujeres, Casa Museo Lope de Vega

La habitación de Lope es austera y opresiva. Siento un escalofrío imaginándolo recostado en esta cama corta, nunca en posición horizontal, ya que esa postura les recordaba supersticiosamente a la muerte. También para facilitar las pesadas digestiones de las que abusaban nobles y burgueses, como advertía el sabio refranero español: «de grandes cenas están las sepulturas llenas». Me imagino a Lope enfermo y suplicando: desde el ventanuco veía a los santos de la capilla. En esta misma estancia murió un día caluroso.

Ventana del dormitorio de Lope de Vega

Ventana del dormitorio de Lope de Vega

Penetro ahora a zonas menos íntimas, mirando hacia el jardín. Me asomo a la cocina castellana del S.XVII, precedida de un amplio comedor iluminado por la luz natural de amplios ventalanes de madera oscura.

Cocina castellana, Casa Museo de Lope de Vega en Madrid

Cocina castellana, Casa Museo de Lope de Vega en Madrid

En el dormitorio de su hija Antonia Clara, fruto de su último gran amor Marta, mujer casada con la que Lope se amancebó siendo ya sacerdote, flota la sombra de una deshonra. La joven se fugó con un hombre con el que no se casó, regresando sin ser doncella. Por ello fue despreciada por los casaderos de su condición.

Dormitorio de Antonia Clara, Casa Museo Lope de Vega

Dormitorio de Antonia Clara, Casa Museo Lope de Vega

Termino de subir las escaleras hasta una buhardilla destartalada, con la alcoba de los huéspedes, el cuarto de los infantes y el pobre dormitorio de las sirvientas, de camas sin dosel ni protección; los colchones son de paja y no de lana.

Dormitorio de las sirvientas

Dormitorio de las sirvientas

El Fénix de los ingenios cesó de escribir para siempre en 1635. Su mecenas el duque de Sessa se encargó del funeral. Por petición de su hija sor Marcela el cortejo pasó frente al Convento de las Trinitarias. El cuerpo de Lope fue enterrado en la Iglesia de San Sebastián, en la calle de Atocha. Pero su benefactor dejó a deber 400 reales, por lo que sus restos acabarían en la fosa común. Lope se marchó pero su obra pervive y el eco de sus palabras resuena en los teatros. Hizo gala de su nombre como el ave, resurgiendo de sus cenizas y alzando el vuelo hacia la eternidad.

Iglesia de San Sebastián

Iglesia de San Sebastián

“Pero la vida es corta: viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra”. Lope de Vega

La visita guiada a la Casa – Museo de Lope de Vega es gratuita. Es necesario reservar por email: casamuseolopedevega.org.

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5 Comentarios
  1. Responder

    Belén (mis viajes y sensaciones)

    15 abril, 2016

    Que recuerdos me ha traído este post. Estuve este verano visitando la casa y el barrio de las Letras, y de paso conociendo un poco más mi ciudad que tan abandonada tengo. Saludos

    • Responder

      cosmopolilla

      17 abril, 2016

      Gracias, una visita muy recomendable la Casa Museo. Un saludo

  2. Responder

    Carmen

    17 abril, 2016

    Que buena entrada Patri. Me ha encantado el recorrido por la historia y por la casa de Lope. Esto me recuerda que hace mucho que no me leo un clásico.
    Un abrazo
    Carmen

    • Responder

      cosmopolilla

      17 abril, 2016

      Muchas gracias, Carmen. Un abrazo

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