Calle Arenal
España Madrid

Calles de Madriz

Escrito por la
el
6 junio, 2016

Cuántas veces paso por tus calles y avenidas con prisa, sin prestarte la atención que te mereces. Gasto las baldosas sin hacer preguntas, preocupada solo por la aguja del reloj. Como si tus travesías no estuvieran repletas de historias y leyendas, algunas extrañas o divertidas… De las gentes que por aquí caminaban, mucho antes que yo. Por las calles de Madriz.

Calles de Madrid

Calles de Madrid

Hoy quiero recrearme en tus esquinas, en tus detalles. Fijarme en ti, ciudad que me acoges, aunque nunca te haya sentido como mía. No te culpes, los que venimos del mar tenemos esa «tara»… Así que después de tantos años me siento curiosa, me dispongo a indagar un poco en tu castizo centro, en ese auténtico Madriz. El por qué esas arterias por las que discurre la vida se llaman como se llaman.

Calle de Quevedo, Madrid

Calle de Quevedo, Madrid

Este es un pequeño recorrido por algunas de las calles del genuino Madriz. Seguro que descubres cosas que ignorabas, por muy «gato» que seas. ¿Me sigues en esta gesta?

Don Quijote, plaza de España, Madrid

Don Quijote, plaza de España, Madrid

Historias y secretos de las calles de Madriz.

Mi recorrido empieza en la plaza de España, saludando a Cervantes y a sus eternos Don Quijote y Sancho Panza. A la ausente Dulcinea desde las alturas. ¡Cómo me gusta esta plaza! Amable, con fuentes y césped donde sentarse a comer unos fideos del chino take-away que hay en el sótano, uno de los más ricos de Madrid.

Dulcinea, plaza de España, Madrid

Dulcinea, plaza de España, Madrid

En lugar de integrarme en el hormiguero ruidoso de Gran Vía prefiero callejear un rato y sigo por la calle Fomento en busca de una curiosidad: aquí nació en 1805 Manuel García Siches, inventor del laringoscopio, en la esquina de la travesía del Reloj, en la que existió un edificio con un reloj de sol en su fachada.

Calle Fomento, Madrid

Calle Fomento, Madrid

Sigo internándome por las calles de Madriz y tuerzo por la calle Bola, en la que se ubica una de las tabernas históricas con el mismo nombre. Se dice que aquí se practicaba el popular juego de los bolos, lo cual se señalizaba con una bola colgante. Al parecer un día de viento muy fuerte la bola se desprendió y voló hasta el Alcázar de los Austrias (antiguo Palacio Real) destrozando una de las ventanas y provocando un susto de muerte.

Taberna la Bola, Madrid

Taberna la Bola, Madrid

Sigo caminando hasta la peatonal calle Arenal, una de las más animadas de Madrid, donde nunca falta la melodía de músicos ambulantes o estatuas humanas formando parte del atrezzo. ¿Sabías que en el número 8 está la casa del Ratoncito Pérez? ¿Tendrá en ella acumulados todos los dientes de leche de los niños de España?

Casa del Ratón Pérez, Madrid

Casa del Ratón Pérez, Madrid

Ante mí la Puerta del Sol. El mítico punto cero de España, el corazón de Madrid y a donde llevan todos los caminos (o de donde parten). Este es el centro de las calles de Madriz. Y para todos los que venimos de fuera sin duda es nuestro referente, con el emblemático edificio de Correos y su reloj marcando el comienzo de un nuevo año. En su centro se yergue un Carlos III ecuestre, «el mejor alcalde de Madrid».

Puerta del Sol, Carlos III

Puerta del Sol, Carlos III

Pero sigamos. Andemos toda la calle Espoz y Mina, con nombre de general navarro, hasta encontrarnos con el callejón del Gato. Sabía de esta calleja antes de trasladarme a la capital, gracias a la gran Luces de Bohemia de Valle Inclán. Su verdadero nombre es calle de Álvarez Gato, poeta madrileño que llegó a ser mayordomo de la reina Isabel la Católica. Sus espejos nos muestran una visión grotesca de nosotros mismos que desata la risa.

Callejón del Gato, espejos curvos

Callejón del Gato, espejos curvos

«El esperpento lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato». Max Estrella. 

Del reflejo deforme salgo a Núñez de Arce, una de las más «tenebrosas» de las calles de Madriz. Antes de nombre de poeta fue «la calle de la Agorera». Se cuenta que en el S.XV llegó a Madrid María Mola, expulsada de Burgos por su fama de bruja y llamada la «Agorera». En Madrid continuó practicando la adivinación y la brujería, instalada en esta calle. Un día requirió de sus servicios un religioso franciscano, a quien previno de una aparición demoníaca en su iglesia. Al día siguiente el religioso percibió una sombra durante su primera misa y cayó inconsciente. María fue apresada y conducida al patíbulo como se hacía con todos los culpables de hechicería en la época.

Tablao Villa Rosa

Tablao Villa Rosa

Mucho después, por esta plaza de Santa Ana hechiceras del S.XX y el Séptimo Arte se pasearían. Cuentan que frecuentaba el tablao flamenco del Villa – Rosa la diva Ava Gadner, tambaleándose en sus tacones bajo el efecto del vino. Bajando por la calle del Prado encuentro el Ateneo, aunque ya antes había sido lugar de cafés que aglutinaban tertulias de intelectuales.

Ateneo de Madrid

Ateneo de Madrid

Aquí, en pleno barrio de las Musas, localizo la calle de Cervantes. En ella está la casa donde habitó uno de sus literatos «enemigos» durante el Siglo de Oro: Lope de Vega. En cuanto a Cervantes perteneció también a estos lares y pisó estas piedras. Hoy una placa recuerda al ilustre «manco de Lepanto» que nos dio El Quijote, en cuyo prólogo le dedicaba versos satíricos a Lope. Justo a la vuelta de la esquina vivió el tercero en discordia: Quevedo, dando posteriormente nombre a este callejón. Aunque con quien se llevaba realmente mal Francisco era con Góngora. ¡Qué divertido tenía que ser Madriz en aquella época!

Casa de Lope de Vega

Casa de Lope de Vega

«Yo te untaré mis obras con tocino porque no me las muerdas, Gongorilla, perro de los ingenios de Castilla, docto en pullas, cual mozo de camino.» Quevedo.

Perpendicular a la calle Cervantes aparece la calle del León. El nombre de esta callejuela no se vincula a sus ilustres vecinos sino a una curiosa leyenda que cuenta que en ella vivía un extraño extranjero, indio o turco según la versión, que instaló una jaula con un león. A cambio de dos maravedíes, dejaba a quien se atreviera ver y oler a la fiera, ¡pobre animal!

Calle del León, Madrid

Calle del León, Madrid

Sigo caminando por la calle del León para rizar el rizo: si Lope de Vega, el Fénix de los Ingenios, vivió en la calle Cervantes, el escritor de «El Quijote» fue enterrado en la iglesia del convento de las Trinitarias, hoy calle Lope de Vega. Otro dato interesante: las hijas de ambos se casaron con Dios entre estas paredes, abrazando la clausura.

Calle de Lope de Vega, Madrid

Calle de Lope de Vega, Madrid

Y andando y andando por las calles de Madriz he llegado a la calle Atocha, muerta de hambre y sed… Creo que es hora de hacer una parada y coger fuerzas en uno de los mercados gourmet de Madrid. Una ciudad que guarda muchos secretos e historias. Estas sólo han sido algunas de ellas.

Atardecer en Madrid

Atardecer en Madrid

«Cuando vayas a Madrid chulona mía
voy a hacerte emperatriz de Lavapies
y alfombrarte con claveles la Gran Vía
y a bañarte con vinillo de jerez.
Madrid, Madrid, Madrid
pedazo de la España en que nací…» 

(Madrid, Agustín Lara)

TAGS
10 Comentarios
  1. Responder

    Netikerty

    11 junio, 2016

    Que bonita ruta y que original!! Me la apunto para mi próxima visita a Madrid.

    • Responder

      cosmopolilla

      13 junio, 2016

      Gracias, me alegro de que te guste.

  2. Responder

    Carmen

    13 junio, 2016

    Bonita ruta! Hay tanto que ver y hacer en Madrid!! me vuelve loca, o mejor dicho: «Madrid me mata».
    Un abrazo
    Carmen

    • Responder

      cosmopolilla

      13 junio, 2016

      je je gracias, Carmen, hay hasta un bar en Malasaña que se llama así «Madrid me mata». Un abrazo

DEJA UN COMENTARIO